Ni el de Montejo ni el de Orlé: este es el hayedo más meridional de Europa y es Patrimonio de la Humanidad

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El Hayedo de Tejera Negra, situado en el término municipal de Cantalojas, es uno de los bosques más singulares de Europa. Se trata del hayedo más meridional del continente, lo que lo convierte en un verdadero tesoro natural dentro del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara. Flanqueado por los ríos Lillas y Zarzas, este paraje se caracteriza por su microclima único que ha permitido la conservación de sus extensos hayedos y la diversidad de su vegetación. Su reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2017 destaca la importancia ecológica de este rincón de la península ibérica.

Este bosque no solo cuenta con un valor natural impresionante, sino también con una historia que se remonta a varios siglos. Los hayedos, que hoy en día sorprenden por sus colores en otoño, se originaron en la última glaciación, cuando las hayas se expandieron por todo el continente. El difícil acceso a estos valles y sus pendientes empinadas permitieron que este ecosistema se mantuviera prácticamente intacto a lo largo de los siglos, a pesar de la acción humana.

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Las temperaturas suaves y la elevada pluviosidad han sido claves para que las hayas y otras especies arbóreas sigan creciendo en este enclave. El bosque alberga otras especies arbóreas como los robles melojos, pinos silvestres, abedules, tejos y acebos, que añaden variedad al paisaje. Durante el otoño, la aparición de boletus es otro atractivo que seduce a los amantes de la micología.

Pero el hayedo también es famoso por su fauna. Mamíferos como el corzo, el jabalí o el zorro son habitantes habituales de estos parajes. En los cielos, el majestuoso vuelo del águila real añade un toque salvaje a este entorno de cuento. Para aquellos que deseen explorar este espacio protegido, el Centro de Interpretación es un excelente punto de partida para aprender sobre la flora y fauna de la zona.

Rutas y senderos del Hayedo de Tejera Negra

El Hayedo de Tejera Negra ofrece varias rutas y senderos señalizados que permiten a los visitantes adentrarse en la magia de este bosque de hayas, rodeado por una atmósfera de cuento. La más popular y accesible es la Senda de Carretas, un recorrido circular de 6 kilómetros que comienza en el aparcamiento de Casarejo. Este sendero, de dificultad media-baja, está diseñado para disfrutar de un paseo tranquilo por el bosque, donde se puede apreciar la belleza de las hayas centenarias que visten el paisaje de tonos ocres en otoño.

Para los más aventureros, el hayedo también cuenta con la Senda del Robledal, una ruta de 17 kilómetros que exige mayor esfuerzo debido a su longitud y desnivel. Este sendero, de dificultad alta, comienza en el Centro de Interpretación y permite explorar áreas más alejadas y menos transitadas del hayedo, brindando vistas espectaculares de los valles que lo rodean.

Además de los senderos a pie, el Hayedo de Tejera Negra cuenta con una ruta circular de 21 kilómetros señalizada para bicicletas, que sigue el curso del río Zarzas. Esta opción ofrece una perspectiva distinta del entorno, permitiendo disfrutar del contraste entre la vegetación de ribera y el bosque de hayas. Las rutas a pie no son aptas para carritos de bebés ni personas con movilidad reducida, aunque el hayedo está adaptado para disfrutarlo con mascotas, siempre que vayan atadas.

Cómo llegar al Hayedo de Tejera Negra

A tan solo una hora y media de Madrid, en el noroeste de la provincia de Guadalajara. El acceso principal es a través de la A-1 en dirección a Burgos, desde donde se toma un desvío hacia la N-110 que lleva a Riaza, para después continuar por la CL-114 hasta llegar a Cantalojas. Desde este pequeño pueblo, una pista asfaltada y más tarde de tierra, conduce al aparcamiento del hayedo, donde es necesario realizar una reserva, sobre todo en épocas de alta afluencia como el otoño.

El Hayedo de Tejera Negra es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 2017 y tiene un valor natural impresionante

Este destino, ideal para una escapada otoñal, ofrece un espectáculo visual único con sus tonalidades de rojos y ocres, que contrastan con el verde de los helechos y musgos que tapizan el suelo. Visitar el Hayedo de Tejera Negra es una experiencia inolvidable, tanto por su valor ecológico como por la paz que se respira en cada rincón del bosque.