Esta es la piscina natural poco conocida en donde puedes disfrutar de una cascada de 20 metros de altura

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Teruel, con su paisaje diverso y rico, esconde auténticos paraísos naturales donde el agua es la protagonista. Entre las joyas más destacadas de la provincia se encuentran las piscinas naturales, los ríos y las pozas que atraen a quienes buscan refrescarse en un entorno inigualable. En pleno corazón del Matarraña, una comarca que evoca la belleza de la Toscana italiana, los visitantes pueden encontrar espacios ideales para disfrutar de un chapuzón rodeado de naturaleza.

Este rincón aragonés es famoso no solo por su patrimonio cultural y sus encantadores pueblos, sino también por sus espectaculares entornos acuáticos. La comarca del Matarraña ofrece una gran variedad de opciones para quienes deseen disfrutar de un día en la naturaleza. Desde las pozas del Parrizal de Beceite, donde el agua cristalina invita a sumergirse en su frescura, hasta las recónditas piscinas naturales que se esconden en los cauces de los ríos de la comarca.

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P. M.

Aunque algunas de estas pozas están protegidas y no se permite el baño, existen otras igualmente impresionantes donde es posible disfrutar de un baño rodeado de un paisaje impresionante que parece sacado de un cuento. Entre los muchos puntos destacados, el Salt de la Portelleda se erige como una de las maravillas naturales más impresionantes de la zona.

El Salt de la Portelleda: un oasis en el Matarraña

El Salt de la Portelleda es, sin duda, una de las joyas de la comarca del Matarraña y de toda la provincia de Teruel. Este espectacular salto de agua, de más de 20 metros de altura, es el resultado del incansable trabajo del río Tastavins, que ha esculpido una cascada que desemboca en una piscina natural de aguas cristalinas. El entorno, rodeado de formaciones rocosas y vegetación mediterránea, ofrece un paisaje de ensueño que no deja indiferente a ningún visitante.

Para llegar hasta el Salt de la Portelleda, es posible optar por una ruta de senderismo que parte desde la carretera TE-V-3004, cerca del pueblo de La Portellada. El recorrido es de aproximadamente 4 kilómetros ida y vuelta, y se realiza en alrededor de una hora. Durante la caminata, los visitantes pueden disfrutar de la tranquilidad del entorno y de las vistas panorámicas que se abren paso entre los árboles.

Este espectacular salto de agua, de más de 20 metros de altura, desemboca en una piscina natural de aguas cristalinas

A medio kilómetro del Salt, se encuentra un pequeño aparcamiento donde es recomendable dejar el coche y continuar a pie hasta la base de la cascada. La ruta, de dificultad moderada, es accesible para la mayoría de las personas, aunque se recomienda llevar calzado adecuado y agua suficiente, especialmente en los días calurosos de verano.

Un rincón para disfrutar y desconectar

Una vez en el Salt de la Portelleda, los visitantes pueden relajarse junto a la poza, disfrutando del sonido del agua al caer y de la sombra que ofrecen las rocas circundantes. Es un lugar ideal para desconectar del bullicio y sumergirse en un entorno natural casi intacto. Es importante recordar que el caudal de la cascada varía según la época del año y las lluvias, por lo que, en periodos de sequía, el salto puede reducirse a un pequeño hilo de agua. No obstante, la belleza del lugar hace que la visita merezca la pena en cualquier momento del año.

Para llegar a este paraíso natural, se debe circular por la carretera TE-V-3004 que une los pueblos de La Portellada y Valderrobres. Un desvío señalizado indica el acceso al Salt, que se realiza por una pista forestal. Al tratarse de un lugar relativamente poco conocido, no suele estar masificado, lo que lo convierte en un destino perfecto para quienes buscan tranquilidad. Es recomendable llegar temprano para asegurarse un lugar en el aparcamiento y disfrutar de la cascada en todo su esplendor. Sin duda, el Salt de la Portelleda es un rincón de Teruel que no puedes dejar de visitar si buscas una experiencia única en contacto con la naturaleza.