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Estas pozas y piscinas naturales cerca de Madrid son perfectas: un oasis para escapar en verano
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Estas pozas y piscinas naturales cerca de Madrid son perfectas: un oasis para escapar en verano

Para combatir el calor en la gran ciudad, existen alternativas a la playa que nos permitirán disfrutar de la naturaleza

Foto: Estas pozas y piscinas naturales cerca de Madrid son perfectas: un oasis para escapar en verano (Nathan Anderson para Unsplash)
Estas pozas y piscinas naturales cerca de Madrid son perfectas: un oasis para escapar en verano (Nathan Anderson para Unsplash)

Con la llegada del calor, es habitual que la gente de la capital salga en estampida huyendo hacia las zonas costeras, aunque cada vez son más los que se aventuran a explorar nuevos territorios en busca de opciones que no estén tan lejos de la ciudad. Lugares donde podemos encontrar embalses, senderos, piscinas naturales y todo tipo de rincones paradisíacos que nada tienen que envidiar a unas playas en ocasiones demasiado masificadas.

Las pozas y piscinas naturales se cotizan al alza, y cada vez son más los urbanitas que deciden darse un chapuzón en sus aguas frescas y cristalinas, rodeados por la naturaleza. A continuación, detallamos algunas opciones para los que estén interesados en hacer un paréntesis veraniego, sin necesidad de hacer las maletas:

  • Piscinas naturales de Guadalajara. En pleno Parque Natural del Alto Tajo, y apenas a dos horas de Madrid, estas piscinas ofrecen unas vistas en las que encontraremos impresionantes cascadas como la del Salto de Poveda, y oasis de agua transparente rodeados de vegetación, como el de la Laguna de Taravilla.
  • Las Berceas. Mucho más cerca, a poco más de una hora, podemos encontrarnos con las piscinas naturales de Cercedilla. Este es, sin duda, un destino recurrente para todo bañista madrileño que se precie. Se encuentran en la Sierra de Guadarrama, a unos 1.400 metros de altitud, y muy cerca de una antigua calzada romana. Para llegar al lugar, el Ayuntamiento del pueblo ofrece servicios gratuitos desde el casco urbano.

También podemos visitar otros destinos junto al río Lozoya, e introducirnos en lugares de ensueño que solo los más curiosos conocen:

  • Pozas de la Angostura. El río Lozoya atraviesa este lugar repleto de cascadas y pozas que se extienden bajo la sombra de pinos y robles. A través de un acceso directo mediante la pista forestal que parte del kilómetro 32,4 de la comarcal M-604, y tras media hora, encontraremos una senda que nos conducirá a un antiguo puente de piedra. Finalmente, nos encontraremos con la Cascada del purgatorio, un salto de agua que forma el arroyo del Aguilón.
  • La piscina natural de Riosequillo. Al lado de Buitrago de Lozoya, descubrimos la piscina natural más grande de España, de unos 4.500 metros cuadrados. El agua está tratada con cloro, pero esto no impide que permanezca tan fresca como la del embalse de la que recibe el agua. Su tamaño hace que, incluso en casos de masificación, sea fácil encontrar sitio.
  • Hoya Encavera de Lozoya. Dentro del Parque Nacional Sierra de Guadarrama, y junto al río Lozoya, podemos encontrar unas pozas formadas por la erosión del río. Después del chapuzón podemos cambiar de vistas y cruzar el puente rojo para sentarnos bajo un roble. Cerca del lugar, podemos visitar el Puente Congosto, desde el que disfrutar de unas increíbles vistas al cañón del río.
  • Calderas del Río Cambrones. Más al norte, entre Castilla y León y la Comunidad de Madrid, se encuentra la Granja de San Ildefonso, un buen lugar para refrescarse en verano. Muy cerca, están situadas unas maravillosas pozas esculpidas en las rocas del río, la perfecta alternativa para el jacuzzi. Las más conocidas son las Calderas del Guindo y las de Enmedio.
  • Las Presillas. Volviendo al interior de la Comunidad de Madrid, podemos visitar las piscinas naturales de Rascafría, una de las áreas más socorridas para darse un baño a poco más de una hora de la ciudad. Deben su nombre a las numerosas presas que retienen el agua del río Lozoya. Una de estas piscinas, cuenta incluso con una pequeña isla en medio, y ofrece unas estupendas vistas a Peñalara.

Ante la imposibilidad de desplazarse hacia otros puntos cardinales de nuestra geografía, existen numerosas opciones que pueden ayudarnos a regular las altas temperaturas y, de paso, hacernos disfrutar de la naturaleza, alejándonos del calor, pero también del ruido y las interferencias con las que se conviven en las grandes ciudades.

Con la llegada del calor, es habitual que la gente de la capital salga en estampida huyendo hacia las zonas costeras, aunque cada vez son más los que se aventuran a explorar nuevos territorios en busca de opciones que no estén tan lejos de la ciudad. Lugares donde podemos encontrar embalses, senderos, piscinas naturales y todo tipo de rincones paradisíacos que nada tienen que envidiar a unas playas en ocasiones demasiado masificadas.

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