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'Slow life' balear y neutro en carbono

Entramos en Villa Le Blanc, el primer
Gran Lujo de Meliá en Menorca

Por EC Brands

Meliá ha abierto este verano en Menorca su primer hotel neutro en carbono y de Gran Lujo: 114 habitaciones y 45 ‘suites’ en primera línea en la playa en Santo Tomás, tres espacios gastronómicos y spa

Encontrar un solo viajero al que no le guste Menorca es una misión imposible. La isla, declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco desde 1993, es una de las más demandadas, ya que conserva rincones escondidos, calas secretas y faros de ensueño de gran valor ecológico y patrimonial. Además, el ritmo sosegado de la isla, lejos del frenesí urbano, hace de esta un destino ‘slow life’.

Precisamente por ello, la isla ha sido la elegida para acoger el ‘resort’ vacacional 5 estrellas Villa Le Blanc, de la marca de lujo Gran Meliá, que abrió sus puertas a finales de julio como el único hotel de la isla que es miembro del sello Leading Hotels of the World. Se ubica en un entorno natural de la costa de Migjorn, en la playa de Santo Tomás, a medio camino entre Mahón y Ciutadella. El enclave no es casualidad, sino que está elegido para descubrir todos los atractivos culturales y naturales de la isla: desde la torre de Fornells, la fortaleza de La Mola o Isabel II, poblados talayóticos como Salord o Son Catlar (el mayor que se conserva en las Baleares) o las necrópolis de las calas Morell y Coves hasta las Albuferas de Es Grau, el Monte Toro o la Cova d’en Xoroi; por hacer la lista finita.

Estancia de lujo y gastronomía balear

Villa Le Blanc se erige en el espacio que antes ocupaba el antiguo Sol Beach House, perteneciente también al grupo hotelero balear. Para dar vida a este nuevo resort, han contado de nuevo con el arquitecto Álvaro Sans, quien se ha encargado de la reforma del complejo. El hotel suma un total de 159 habitaciones, de las cuales 14 son de categoría ‘premium’ y 86 ‘supreme’. Tanto la Penthouse como la Master Swim Up o la Presidential Suite tienen vistas frontales al mar, además de una piscina privada de la propia habitación. Los blancos y azules, esos colores tan propios el Mediterráneo, son los protagonistas junto a la piedra, las grandes terrazas y los porches. Unos espacios que se entrelazan uniendo el exterior con el interior.

Y es que “Menorca es Mediterráneo en estado puro y transmite esa sensación de paz y bienestar que solo se percibe en algunas islas del Egeo”, afirma Álvaro Sans. Por ello, “nos hemos propuesto el reto de hacer uno de los mejores hoteles de todo el Mediterráneo y estamos avanzando por el buen camino”.

El hotel cuenta con 159 habitaciones, de las cuales 14 son de categoría ‘premium’ y 86 ‘supreme’

El lado de la armonía y el bienestar lleva la firma de Anne Semonin Paris, que, basada en una cosmética vegana y con productos naturales, abre su tercer spa en España. La casa francesa no selecciona cualquier ubicación; a Menorca preceden ‘resorts’ de lujo en Japón, Hong Kong, Doha, Grecia o Maldivas.

En el plano gastronómico, el hotel rinde homenaje al producto balear, con una cocina a base de materias primas de la isla en sus distintos restaurantes. El menorquín S’Amarador, todo un ‘must’ de Ciutadella, está situado en la planta baja del hotel, en la terraza central mirando al mar. Un guiño a la tradición pesquera de la zona: las raíces de las antiguas fondas de pescadores que tiempo atrás se ubicaban allí. Es conocido por trabajar con el mejor producto local para dar forma a sus arroces, calderetas de marisco y pescados frescos de la lonja, con especial atención a la reina del mar balear: la langosta roja, que es uno de los puntos fuertes culinarios del hotel. Siempre maridado con el mejor vino de su bodega, que cuenta con más de cien referencias.

Por otro lado, Cru, del restaurador Joan Canals del restaurante Ulises, busca la esencia de los ingredientes que componen la despensa de la tierra y del mar de la isla. Canals, sin perder la personalidad de su cocina, integra productos –pescados, mariscos, vegetales y aceites– y ejecuciones contemporáneas.

Villa Le Blanc ha sido concebido, además, como un hotel neutro en carbono, el primero en la isla de Menorca. Para ello, incorpora instalaciones y tecnologías que le permitirán reducir sus emisiones de alcance 1 y 2 en un 87%. Además, el hotel explorará alternativas para compensar el remanente de emisiones y asegurar así su neutralidad plena en carbono (‘net zero’), ‘borrando’ su impacto negativo y contribuyendo de este modo a los objetivos en materia de descarbonización de la compañía.

El edificio cuenta con certificación energética A (la máxima categoría), destacando la energía fotovoltaica, con una presencia de 300 metros cuadrados y 122 paneles solares, aislamientos térmicos en la fachada para reducir la transmisión de calor, tecnología para la supervisión, gestión y control de los edificios, enfriadoras con recuperación de calor y puntos de recarga ultrarrápida.

El hotel reducirá un 87% sus emisiones y el resto serán compensadas para ‘borrar’ el impacto negativo sobre el medioambiente

Asimismo, la biomasa se emplea como fuente energética para calderas (agua caliente sanitaria, calefacción y piscinas climatizadas). También se trabaja para que la geotermia actúe como fuente para la climatización del hotel y la condensación por pozos de agua de mar. Es más, la compañía recuperará las aguas grises para inodoros y la limpieza de exteriores, además de la procedente de la lluvia para el riego de jardines.

“Villa Le Blanc es un sueño hecho realidad para nuestra compañía”, asegura Gabriel Escarrer, vicepresidente y consejero delegado de MHI, “hacer un proyecto como este, que nos permita avanzar en el camino de la descarbonización hotelera, y además en un lugar tan especial como Menorca, es el resultado más tangible de nuestra apuesta estratégica para impulsar un modelo de hotelería basado en la excelencia, la responsabilidad y la sostenibilidad”, concluye

Un hotel neutro en carbono