Marruecos en tren: un país (muy cercano) para conocer este verano
Si quieres hacerte una idea aproximada de sus bondades, lo mejor es conocer varias de sus ciudades. Te proponemos un recorrido de una semana que puede enamorarte
Las relaciones entre España y Marruecos son complejas, cuando menos, pese a que en los últimos tiempos parecen haber iniciado una nueva etapa en pos de la conciliación diplomática. Sea como fuere, aunque las relaciones entre países colindantes nunca son fáciles, es esa puerta a África un lugar precioso por descubrir si quieres adentrarte en un lugar exótico pero cercano.
Ahora que el verano está más cerca que nunca, nadie le dice que no a una pequeña escapada. La cercanía mencionada anteriormente convierte Marruecos en un destino ideal para viajar en cualquier momento, y si quieres hacerte una idea aproximada de lo que es el país, lo mejor es visitar varias de sus ciudades, que pueden conocerse sin problemas eligiendo el tren. Te proponemos un recorrido de una semana que puede enamorarte.
Fez
La tercera ciudad de Marruecos es, probablemente, una de las más auténticas y una puerta directa a un primer contacto con África. Ciudad imperial, también es buen lugar de paso para muchos estudiantes. Si es la primera vez que visitas el mundo árabe, probablemente te maraville entrar en su increíble medina, parecida a adentrarse en un sueño salido de las 'Mil y una noches'. Que no te sorprenda ver cabezas de cabras en los mercados, niños subidos a coches con poca protección y bastante caos. Mientras sepas regatear con los vendedores y tengas paciencia, será una experiencia.
Hay muchas cosas que hacer. Visitar la Medersa Bou Inania (escuela coránica), que tiene un precioso patio interior. U observar el minarete verde y blanco de la Mezquita de los Andaluces.
Lo mejor es que te pongas una hoja de menta en la nariz mientras observas el espectáculo de los curtidores de Chouwara
O quizá comer tajín o alguna especialidad marroquí en un restaurante del centro y, por supuesto, observar la increíble curtiduría Chouwara desde los miradores de las tiendas (fíate de un mapa y no de las personas que encontrarás por la calle y te asegurarán que, pagándoles, te pueden llevar a verla). Lo mejor es que te pongas una hoja de menta en la nariz mientras observas el espectáculo de los curtidores, pues el olor es bastante fuerte, por decirlo de alguna manera.
Meknes (Mequinez)
Para viajar de Fez a Meknes puedes tomar un tren que te dejará en tan solo 36 minutos en la ciudad. Hay servicios constantes y funciona bastante bien. Las vistas desde la ventanilla son una maravilla, puesto que la ciudad al norte de Marruecos se encuentra ubicada en un valle al pie de las preciosas montañas del Atlas Medio. La salida más temprana es a las 12:40 de la tarde, y la última salida de Fez es a las 19:40, así que tienes bastante tiempo para elegir y, en caso de llegar antes o después, tampoco te pondrán muchas pegas para cambiar el billete.
Si Fez te pareció exótico, probablemente Meknes te sorprenderá aún más. Puede que su medina no sea tan increíble como la de Fez, pero la llaman el Versalles marroquí y tiene una gran cantidad de monumentos históricos, mezquitas y sitios naturales.
Es más modesta que Fez, pero también más moderna e ideal para pasar un día viendo sus zocos, puertas y la Madraza Bou Inania
Puedes perderte por su mercado (al lado de la muralla) y que no te sorprenda mucho ver monos enjaulados, vestidos con camisetas de Messi, directamente venidos del Atlas. Es más modesta que Fez, pero también más moderna e ideal para pasar un día viendo sus zocos, puertas y la Madraza Bou Inania.
Rabat
Como el tren es económico en Marruecos (por siete euros podrás encontrar un billete), te recomendamos que lo cojas para llegar desde Meknes a Rabat. Son menos de tres horas aproximadas (2h 46m), por lo que no es mala idea que te lleves un libro.
Después del shock cultural de ciudades como Fez o Meknes es probable que Rabat te parezca casi una ciudad occidental
Después del shock cultural de ciudades como Fez o Meknes es probable que Rabat te parezca casi una ciudad occidental, lo que no quita que sea verdaderamente bella y merezca la pena pasar un par de días conociéndola.
Hay mucho que ver en esta ciudad ubicada en la desembocadura del río Bu Regreg. El impresionante Mausoleo de Mohammed V, Dar-al-Mahkzen, la preciosa alcazaba llamada Casba de los Udayas... y si lo que te apetece es pasear, puedes hacerlo frente al Atlántico, donde suelen jugar los niños al fútbol y podrás observar el imponente cementerio que mira directamente al océano.
Marrakech
Si quieres terminar tu viaje en una de las ciudades más famosas de Marruecos, puedes tomar de nuevo el tren para llegar hasta Marrakech. Un viaje de, aproximadamente, 3 horas y 42 minutos en el que tampoco te vendrá mal la compañía de un libro.
Es, junto con las otras tres ciudades visitadas anteriormente, una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos. Fundada en 1062, hay mucho que ver en ella: la Plaza Jamaa el Fna (su centro neurálgico), el Zoco, los preciosos jardines Majorelle, el Palacio de la Bahía, la muralla... un destino estupendo para pasar tus últimos días en este exótico país, antes de poner rumbo a casa.
Las relaciones entre España y Marruecos son complejas, cuando menos, pese a que en los últimos tiempos parecen haber iniciado una nueva etapa en pos de la conciliación diplomática. Sea como fuere, aunque las relaciones entre países colindantes nunca son fáciles, es esa puerta a África un lugar precioso por descubrir si quieres adentrarte en un lugar exótico pero cercano.