Los viajes más increíbles que puedes hacer en tren recorriendo el mundo

¿Te gusta viajar en tren y descubrir lugares maravillosos alrededor del mundo? La CNN ha publicado hasta diez viajes que harían las delicias de cualquier persona amante de las aventuras ferroviarias. Escocia, Irán, Australia, China o India son algunos de los países que puedes descubrir si te animas a probar uno de estos sorprendentes y únicos recorridos. Son, sin duda, diez viajes que cualquier amante del turismo en tren debería tachar de su lista una vez que las fronteras vuelvan a estar abiertas por completo.

En España, también podemos recorrer nuestro país a través de viajes maravillosos en tren. Además, lo harás con todas las comodidades y lujos del mundo. Se trata de un tren 'hotel' en el que te podrás despreocupar de prepararte la comida o de hacerte la cama. Serán unos días espectaculares sobre ruedas disfrutando de los mejores paísajes en España. Podrás elegir diferentes trenes que recorren la Península Ibérica desde el tren Al-Andalus, el tren Transcantábrico o el Expreso de la Robla.

La línea ferroviaria West Highland es el “viaje más espectacular del mundo en tren”, según esta noticia. Este trayecto de unos 193 kilómetros entre Glasgow y Fort William al pie de la montaña Ben Nevis (la montaña más alta del país), nos descubre paisajes maravillosos llenos de lagos, cañadas, montañas inquietantes y páramos que parecen de película. El viaje se puede disfrutar utilizando el tren nocturno Caledonian Sleeper que conecta Londres con Fort William. No olvide estar atento a los ciervos, un ícono escocés, mientras observan el paisaje. Es muy habitual verlos.

El viaje que atraviesa Irán recorriendo más de 1.300 kilómetros en tren es, sin duda, una de las grandes obras de la ingeniería civil del siglo XX. Este trayecto une el Golfo Pérsico con el Mar Caspio y fue declarado patrimonio de la humanidad en julio de 2021. El ferrocarril cuenta con no menos de 224 túneles y casi 400 puentes a medida y asciende a cumbres de 2.130 metros (a ambos lados de Teherán). No es un viaje excesivamente conocido fuera del país asiático, pero no por ello deja de ser una de las aventuras más memorables que se pueden vivir en un tren.

The Ghan en Australia es uno de los viajes más largos y espectaculares del planeta. Recorre casi 3.000 kilómetros conectando Adelaida desde el sur de Australia hasta Darwin, ciudad situada en la parte norte del país. Cada viaje dura más de dos días (53 horas aproximadamente) y consta de varias paradas para que los clientes puedan disfrutar de todas las maravillas del paisaje. El tren cuenta con lujosos vagones de acero inoxidable, además de un coche restaurante y cabinas privadas con asistentes personales. Un auténtico lujo en las antípodas de nuestro país.

La inauguración del ferrocarril Qinghai-Tíbet en 2006 creó una conexión permanente con la red ferroviaria china. A veces llamado el ‘Ferrocarril del cielo’, la ruta de 1.955 kilómetros desde Xining en el centro de China hasta Lhasa en el Tíbet, culmina en el paso de Tanggula, a 5.068 metros sobre el nivel del mar. Prácticamente la mitad del trayecto se desarrolla casi a 4.000 metros de altitud y es una de las grandes hazañas de la ingeniería del siglo XXI. Los vagones presurizados evitan que los viajeros padezcan el mal de altura mientras disfrutan de las impresionantes vistas del recorrido.

El denominado ‘tren de juguete’ en India es una reliquia del imperio británico y es una de las mejores experiencias ferroviarias del mundo. Se eleva más allá de los 2.000 metros de altura y recorre 89 kilómetros entre las localidades de New Jalpaiguri y la estación en la montaña de Darjeeling. Fue construido a finales del siglo XIX y fue declarado patrimonio mundial de la UNESCO en el año 1998.

Noruega cuenta con otro de los viajes ferroviarios más maravillosos del mundo. El tren que une las dos ciudades más grandes del país escandinavo entre Oslo y Bergen permite a los viajeros disfrutar de vistas inolvidables de lagos cristalinos, ríos repletos de salmones, montañas altísimas y del majestuoso glaciar Hardangerjøkulen a medida que el tren se acerca a su destino. Es el lugar perfecto para los amantes de los deportes de invierno.

Si hay un país ideal para ver paisajes ese es Suiza. En el país helvético hay todo tipo de viajes programados, ya sea en tren, autobús, funicular, teleféricos o locomotoras antiguas. Son muchas las opciones, pero hay pocas tan espectaculares como la opción de coger el tren Bernina Express. Es el paso de tren más elevado de los Alpes y antiguamente servía como ruta comercial. Es un puente entre el norte y el sur de Europa, que une diferentes culturas, tradiciones lingüísticas y un salto entre las altas montañas y los glaciares del cantón suizo de Graubünden. El tren destaca por sus enormes ventanales que permiten al espectador disfrutar de los verdes valles y de las montañas alpinas completamente nevadas. Lo más destacado de este recorrido es el asombroso viaducto en espiral de Brusio, lugar en el que el tren se cruza sobre sí mismo en una curva cerrada.

‘The Canadian’ conecta Canadá de punta a punta entre Vancouver y Toronto, entre bellas praderas, lagos aparentemente interminables y montañas absolutamente impactantes. Si se dirige hacia el oeste, atravesará las Montañas Rocosas para llegar a la costa del Pacífico. El trayecto tiene una longitud de casi 4.500 kilómetros y una duración de cuatro días en los que podrá disfrutar de la compañía de otras personas para compartir todas sus vivencias en viajes de este tipo.

El ‘pequeño tren amarillo’ francés está situado en lo alto de los pirineos y sube empinados y estrechos desfiladeros y se eleva sobre valles profundos para llegar al único territorio francés incrustado en la Península Ibérica. La llamada Ligne de Cerdagne conecta parajes tan espectaculares como Villefranche de Conflent con Font Romeu. Tiene una longitud de 63 kilómetros y en su paisaje se pueden encontrar ríos caudalosos, pueblos tradicionales del Pirineo y fortalezas históricas.

Por último, si quieres recorrer el mundo entero para disfrutar de un viaje maravilloso y único, tendrás que desplazarte hasta Nueva Zelanda para montar en el tren ‘TranzAlpine’. Este ferrocarril atraviesa diversos paisajes que van desde las llanuras de Canterbury hasta las montañas nevadas de los Alpes del Sur. Para hacer más ameno el trayecto, los usuarios del tren cuentan ahora con un sistema de audio GPS en inglés y en mandarín que les va contando todo lo que pueden ir viendo.