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Así es Queimada Grande, la isla más peligrosa del mundo
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'Bothrops insularis'

Así es Queimada Grande, la isla más peligrosa del mundo

Se encuentra cerca de la costa paulista en Brasil y se estima que alberga un ejemplar por metro cuadrado de la cobra más mortífera y venenosa del mundo

Foto: Fuente: iStock.
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La serpiente es uno de los miedos más ancestrales del ser humano, unida a él desde que le engañó y provocó que le expulsaran para siempre del Jardín del Edén. Estos animales que se arrastran por el suelo en muchas ocasiones pueblan las pesadillas de los más pequeños y eran respetados o convertidos en deidades en algunas culturas antiguas. En general, todos estamos de acuerdo en que toparse con uno de ellos no es muy aconsejable.

Por ello, es buena idea alejarse de Queimada Grande, la Isla de las Cobras. Suena a fantasía ideada por alguna mente particularmente imaginativa, pero se encuentra en el Océano Atlántico, a 30 kilómetros aproximados de la costa de São Paulo en Brasil. Tiene 1.500 metros y un área de 43 hectáreas (sorprendentemente, similar al Vaticano, aunque con menos turismo que él). Un cartel ya nos advierte a nuestra llegada que está prohibido desembarcar ahí porque se trata del lugar más peligroso del mundo y el acceso humano está totalmente prohibido por el gobierno.

El veneno de estas serpientes puede provocar necrosis, hemorragias, insuficiencia renal e incluso derretir la carne. Aunque también tiene propiedades medicinales

Es el único lugar del mundo en el que habita la llamada 'Bothrops insularis', una serpiente que trepa por los árboles y puede medir hasta 120 centímetros de largo, siendo cinco veces más venenosa que su pariente que se arrastra por el suelo, según los expertos. Cazan y comen pájaros (no los que viven en la isla, que ya han aprendido a huir de sus mortíferos ataques) sino aves migratorias más grandes. Son color marrón amarillento, y se estima que existe aproximadamente un ejemplar por metro cuadrado: unas 2.000 serpientes en la isla.

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Son tan peligrosas, justamente, por el ambiente en el que habitan. Al capturar a las aves migratorias y, por tanto, tener que adaptarse al terreno, durante décadas tuvieron que perfeccionar su capacidad de trepar los árboles para así poder cazarlas. Su veneno, por otra parte, también se ha ido perfeccionando a lo largo del tiempo para ser más mortífero y así poder alcanzar a las aves más grandes. Puede provocar necrosis, hemorragias, insuficiencia renal e incluso derretir la carne.

Un lugar curioso tiene que tener una buena leyenda, y la isla de Queimada Grande no es una excepción. Según cuentan, en la isla vivía un farero porque la orientación es fundamental en esa zona de Brasil para los barcos que se encuentran en el área metropolitana de São Paulo. Como es lógico, no parece fácil sobrevivir mucho tiempo en una isla plagada de serpientes venenosas, y la historia cuenta que ha habido varios fareros, pero que no han sobrevivido mucho en la isla, debido a las mordeduras de las cobras.

Algunas leyendas hablan de hasta 30 fallecimientos antes de que terminase la construcción del faro, en la década de los años 20, otras de una familia entera que se dedicaba a operar guías para las embarcaciones, exterminada también debido a las picaduras. Sea como fuere, en unos pocos años el faro cambió para ser automático. Sorprendentemente, hay personas que están dispuestas a pagar grandes cantidades de dinero (hasta 30.000 euros) por un ejemplar de la Bothrops insularis, pues es un ejemplar sumamente exótico y, como hemos señalado con anterioridad, endémico, porque solo existe en la isla y está en peligro crítico de extinción.

Se cree que se realizó una hoguera para terminar con todas las serpientes y, en su lugar, plantar plátanos, pero las víboras resistieron demostrando que el territorio era suyo

La razón por la que solo viven en la zona es porque el territorio que ahora es la isla estaba, hace miles de años, unido al continente, hasta que una subida del nivel del mar produjo que se separara creando esta isla que nosotros conocemos. Las serpientes que habitaban en el lugar se quedaron aisladas y, como hemos visto antes, tuvieron que evolucionar para adaptarse al entorno, haciéndose más peligrosas.

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La endogamia, las enfermedades y los cazadores furtivos han reducido casi a la mitad el número de cobras que viven en la isla, antes se estimaba que había unos 4.000 ejemplares. La razón por la que se caza no es solo porque sea un ejemplar exótico, como hemos mencionado antes, sino porque su veneno, aunque mortífero, también tiene propiedades medicinales, pues las proteínas que lo componen se usan para medicamentos contra la hipertensión y enfermedades coronarias.

El nombre de la isla también tiene su propia leyenda: se cree que se realizó una hoguera para terminar con todas las serpientes y, en su lugar, plantar plátanos, pero las víboras resistieron demostrando que el territorio era suyo. De cualquier manera, desembarcar en la isla tampoco es la cosa más sencilla del mundo pues está llena de rocas. Podríamos decir que, aunque en teoría la isla de Queimada Grande pertenece a Brasil, está más que demostrado que en realidad pertenece única y exclusivamente a las cobras.

La serpiente es uno de los miedos más ancestrales del ser humano, unida a él desde que le engañó y provocó que le expulsaran para siempre del Jardín del Edén. Estos animales que se arrastran por el suelo en muchas ocasiones pueblan las pesadillas de los más pequeños y eran respetados o convertidos en deidades en algunas culturas antiguas. En general, todos estamos de acuerdo en que toparse con uno de ellos no es muy aconsejable.

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