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Las iglesias más australes del mundo están en la Antártida
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Las iglesias más australes del mundo están en la Antártida

La ciencia lleva décadas buscándole sentido a la vida desde la Antártida, y desde allí echa mano de la religión para hacerlo. Rodeadas de hielo y nieve, en este extremo del mundo también hay iglesias

Foto: Fuente: Wikipedia.
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En el continente más frío, seco y ventoso, la vida es muy distinta a como estamos acostumbrados en otras zonas del mundo. Ni siquiera en lugares fríos el día a día de las personas se parece a una jornada en el territorio con la altitud media más alta de todos los continentes. Un desierto de hielo, eso es la Antártida, donde las precipitaciones anuales apenas alcanzan los 200 mm en zonas costeras, y mucho menos en el interior. Lluvia no, pero el frío es su mayor característica:​ a temperatura en este lugar ha llegado a alcanzar los -89,2 °C, aunque la media en los meses del tercer trimestre (la parte más fría del año) es de -63 °C. En 2016, había registrados 135 residentes permanentes, pero entre su paisaje inhóspito las comunidades son en su mayoría estaciones de investigación, en las que residen entre 1.000 y 5.000 personas durante todo el año. La ciencia lleva décadas, siglos, intentando comprender más el mundo desde este rincón poco habitable, y sigue sorprendiendo diariamente con fenómenos nunca antes vistos que van trazando nuevos hilos entre el origen del mundo y el devenir de este.

Azotados por el cambio climático, los organismos nativos de este continente incluyen una infinidad de tipos de algas, bacterias, hongos, plantas y animales, los verdaderos habitantes de su paisaje. Sin embargo, las décadas de investigación en torno a este último, incluidos sus organismos, ha establecido una población más o menos estándar dispersa por muchos de sus rincones. Y para buscarle sentido al mundo, también allí y también la ciencia, han tirado de la religión. Entre el hielo en todas sus formas, además de más hielo existen algunas iglesias. Son pocas, pero a cada cual más curiosa:

Capilla de Nuestra Señora de las Nieves

Uno de los edificios situados más al sur del mundo es curiosamente un edificio religioso. Seas o no creyente, este lugar va a saciar tu sentido de la curiosidad. A 1.300 kilómetros del Polo Sur, en la base argentina de Belgrano II, hay científicos que también rezan. Como la tarea es cotidiana, se decidió construir un lugar para que las aproximadamente 20 personas que viven en la zona pudieran asistir a misa. Científicos, investigadores y miembros del Ejército de Argentina se reúnen allí, a -10 ºC, cubiertos de varias capas de ropa térmica.

Lo curioso es que para construirlo no se utilizaron paneles metálicos o de fibra de vidrio rellenos con poliuretano, como se utilizó para construir el resto de edificaciones que conforman la base, con la idea de que ofrecieran la aislación térmica imprescindible para resistir las bajas temperaturas. Esta capilla católica es todo lo contrario: está cavada en el propio hielo, que sirve de estructura para todo el interior. Y si en las iglesias que todos conocemos hay cruces y otros símbolos religiosos por todas partes, en esta tampoco podían faltar. Cubiertas siempre de escarcha, permanecen imágenes de varias vírgenes y un cristo crucificado, hasta un altar y varias sillas mirando hacia el mismo. Todo cubierto de una intensa luz azul que surge del propio hielo. Más allá de la religión, la belleza de su espacio interior seguro que te cubre de paz y algún que otro escalofrío.

Una de las características del paisaje que la rodea (y la cubre) y que determina la luz de su interior es que, como consecuencia de la latitud, hay cuatro meses de día, cuatro de penumbra (día y noche) y cuatro de noche polar. A veces, sobre los rezos de sus habitantes caen auroras polares del cielo nocturno.

Capilla de las Nieves

placeholder Fuente: Wikimedia.
Fuente: Wikimedia.

Su nombre es similar al de la anterior, y no es de extrañar porque alrededor de ellas todo es nieve. No obstante, esta es muy distinta, pero no menos especial. Ubicada en la base estadounidense de Mc Murdo, en la isla antártica de Ross, es el segundo templo religioso más austral del mundo. Su particularidad es que los capellanes rotan entre católicos y protestantes. Es decir, durante una temporada, concretamente durante los meses de verano austral, unos días hace de templo católico y otros de templo protestante. Pero no solo eso, su espacio también es utilizado para encuentros religiosos de mormones, baha'i, budistas incluso grupos no religiosos como Alcohólicos Anónimos, reuniones presididas por laicos.

Su origen se remonta a 1956, cuando fue construida la capilla original. Sin embargo, tras un incendio en 1978, tuvo que ser demolida y reemplazada por una nueva capilla temporal. Aquel edificio improvisado fue posteriormente reconvertido para otros usos al proyectarse la capilla actual a finales de 1980. Su peculiar estructura de carácter nórdico consta de un nártex pequeño sobre el que descansa una torre de poca altura. El coro combina una gran bahía semicircular con un vitral que representa a la santa cruz. Asimismo, su altar perteneció a la St. Saviour’s Chapel, una capilla anglicana ubicada en Lyttelton, en Nueva Zelanda. En su interior caben poco más de 60 personas. Teniendo en cuenta que Mc Murdo es la comunidad más grande en la Antártida, con capacidad para 1.258 residentes, en este caso los científicos creyentes del Programa Antártico de Estados Unidos, una rama de la Fundación Nacional para la Ciencia que tiene allí su centro logístico, tal vez tengan que hacer cola para el rezo.

Capilla de Santa María Reina de la Paz

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A finales del siglo XX se construyó también otra capilla en la Antártida, pero al otro lado de Argentina. Dentro de la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena, concretamente en Villa Las Estrellas, se encuentra esta capilla de estilo de construcción similar a la anterior, con la diferencia de que es un centro de culto puramente católico. Ese trata de una edificación de metal, modificado de tal forma para que se asemeje a un templo común, cuyo interior posee electricidad y un sistema de calefacción adecuado para las temperaturas bajo cero que se alcanzan en la zona. Las ceremonias religiosas son realizadas por un diácono que vive permanentemente en la villa.

Capilla San Juan de Rila

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Otro de los edificios religiosos de la Antártida más curiosos es esta capilla ortodoxa ubicada en la estación de investigación de Bulgaria, en la Base San Clemente de Ohrid de la isla Livingston, en las Shetland del Sur. Fue el primer templo ortodoxo en el continente y el más austral hasta la construcción de la capilla San Vladimir en la Base Vernadsky de Ucrania en 2011. Pertenece a la Iglesia ortodoxa búlgara. Ya no solo es su ubicación, sino también su peculiar forma lo que llama la atención: se trata de un pequeño edificio trapezoidal de 3,5 metros por 12 metros realizado con metal rojo que reposa sobre unos pequeños pilares.

Construida en 2003, en su interior cuenta con una campana donada por Nikola Vasilev, ex vice primer ministro de Bulgaria, quien trabajó como doctor en la base entre 1993 y 1994, también una cruz donada por el artista búlgaro Dicho Kapushev, un icono de Jesucristo desposado realizado por el artista búlgaro Georgi Dimov y un icono de san Juan de Rila donado por el presidente búlgaro Georgi Parvanov.

Iglesia de la Santa Trinidad

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En una pequeña isla donde el 90% de la superficie está cubierta por hielo se encuentra esta iglesia ortodoxa rusa con muchos kilómetros entre sus paredes. Ubicada concretamente en la isla Rey Jorge o isla 25 de mayo, dentro del archipiélago de Shetland del Sur, forma parte de una zona donde conviven la base científica rusa Bellingshausen y las estaciones chilenas Profesor Julio Escudero y Presidente Eduardo Frei Montalva. Pero los cimientos de este lugar no surgieron donde ahora se encuentra: el templo fue construido a miles de kilómetros de allí, en la aldea rusa de Kyzyl-Ozék. ¿Por qué? Porque se consideró que, para llevar a cabo la construcción, el frío ruso acompaña mejor que frío de la Antártida. De esta forma, los arquitectos e ingenieros que la alzaron buscaron la manera de hacer un edificio que se pudiera transportar “al otro lado del mundo”, y dicho y hecho: construyeron una iglesia "plegable" que se podía armar y desarmar con facilidad.

Según cuenta la BBC, en el otoño de 2003 se procedió al embalaje del edificio, que se trasladó en camiones hacia el puerto de Kaliningrado donde fue recogido por un buque, que navegó con la iglesia en su interior durante un mes hacia las islas Shetland del Sur. Una vez en su destino, ocho personas ayudaron a desembalarla y montarla de nuevo. Desde aquel enero de 2004, recibe cada año casi 500 visitas. En su interior, la temperatura es de 20 grados (aquí rezar no está tan reñido) y en sus paredes hay pinturas de ángeles y pájaros volando entre tonos dorados. Las imágenes están siempre acompañadas de música de coro que suena a todas horas, pero no, no hay nadie que cantando en directo, se trata de una cinta grabada. Cabe destacar que, de los siete templos religiosos repartidos en la Antártica, este es el único donde se profesa el cristianismo ortodoxo ruso.

Iglesia anglicana noruega de Grytviken

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Al sur de la convergencia antártica se encuentra la iglesia anglicana noruega de Grytviken, conocida como iglesia luterana noruega o iglesia de los balleneros, aunque, pese a su nombre, en la actualidad forma parte de la iglesia de Inglaterra. Es una las más antiguas de la lista y, al igual que la anterior, su ubicación actual no fue su lugar de origen. El edificio fue prefabricado en Noruega y erigido en Grytviken por un grupo de balleneros entre 1912 y 1913, de ahí su nombre común. Lleva en funcionamiento desde el día de Navidad de 1913, aunque ha sufrido periodos de abandono.

Ubicada a los pies de la cordillera Allardyce Range, se trata de una especie de nave de madera pintada en blanco, de estilo neogótico noruego, que conduce a un pequeño altar a través de un pasillo con largos bancos de madera. En su interior, se puede acceder por una escalera a una segunda planta ubicada a la entrada de la iglesia, en forma de mirador hacia el paisaje que hay dentro o fuera de ella. En su interior también hay una biblioteca, en una habitación anexa, a la izquierda del altar.

Notre-Dame des Vents

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Fuente: Wikipedia.

Dentro de Port-aux-Français, en las islas Kerguelen de las tierras australes y antárticas francesas, se encuentra esta iglesia católica construida durante la segunda mitad del siglo XX que, por su ubicación en pleno océano Índico, sobrevive a los violentos vientos del Oeste. Se trata de un pequeño edificio de cemento, de forma rectangular y con techo plano, pintado de blanco. Siguiendo una arquitectura mucho más moderna que las anteriores, sus proporciones se basan en el número aúreo. En la base del techo, pequeñas vidrieras rectangulares sirven de adorno contrastando con una gran estructura de pilares de hormigón que incluye una cruz. Está considerada como la iglesia francesa más austral.

En el continente más frío, seco y ventoso, la vida es muy distinta a como estamos acostumbrados en otras zonas del mundo. Ni siquiera en lugares fríos el día a día de las personas se parece a una jornada en el territorio con la altitud media más alta de todos los continentes. Un desierto de hielo, eso es la Antártida, donde las precipitaciones anuales apenas alcanzan los 200 mm en zonas costeras, y mucho menos en el interior. Lluvia no, pero el frío es su mayor característica:​ a temperatura en este lugar ha llegado a alcanzar los -89,2 °C, aunque la media en los meses del tercer trimestre (la parte más fría del año) es de -63 °C. En 2016, había registrados 135 residentes permanentes, pero entre su paisaje inhóspito las comunidades son en su mayoría estaciones de investigación, en las que residen entre 1.000 y 5.000 personas durante todo el año. La ciencia lleva décadas, siglos, intentando comprender más el mundo desde este rincón poco habitable, y sigue sorprendiendo diariamente con fenómenos nunca antes vistos que van trazando nuevos hilos entre el origen del mundo y el devenir de este.

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