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Los crannogs: unas curiosas islas artificiales de Escocia donde el tiempo parece detenerse
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Madera del 3.600 a.C.

Los crannogs: unas curiosas islas artificiales de Escocia donde el tiempo parece detenerse

En el entorno submarino de los islotes la historia sigue intacta. Allí se han encontrado restos de plantas y polen que permiten conocer detalles de la dieta, el medio ambiente y el estilo de vida que seguían sus habitantes

Foto: Fuente: iStock
Fuente: iStock

Las tierras altas de Escocia son un cajón infinito de leyendas donde la naturaleza es la protagonista. No es de extrañar, los paisajes que las conforman parecen estar en una pelea apacible constante y a la que las personas supieron añadirse a lo largo de los siglos. Montañas, conjuntos de piedras, lagos… y tierra que sobresale de esos lagos, resultan conjurados por la propia naturaleza pero también por el misterio humano no resuelto. En las llamadas Hébridas, una isla artificial asoma entre las aguas con el mismo nombre, y nadie sabe aún cómo y por qué fue creada. Conocida como crannog, no es la única existente: cerca de 600 como esta, de diferentes formas y tamaños, se han registrado hasta la fecha en la zona continental del país.

Construidas lo suficientemente grandes como para albergar grandes casas circulares comunales o grupos de viviendas más pequeñas, y unidas por calzadas o muelles a las costas de innumerables lagos en lugares salvajes, estas islas guardan mucha historia y apenas se sabe nada de ellas. La palabra crannog se traduce del gaélico como "hijo de árbol" o "árbol joven", refiriéndose al hecho de que sus cimientos se construyeron clavando largas pilas de madera en el lecho de un lago para rellenar el interior con piedras u otros materiales naturales después con el fin de hacer sólida y sostenible la base. La gente vivió en estas plataformas elevadas sobre el océano durante miles de años, en algunos lugares, hasta el siglo XVII.

Foto: Las islas fueron construidas artificialmente por el hombre, posiblemente hace 5.500 años (Foto: Antiquity)

Hace una década, un buzo retirado de la Royal Navy, Chris Murray, descubrió por casualidad que fueron muchos más miles de años los que pasaron sobre las curiosas islas al encontrar en el interior de una de ellas cerámica de radiocarbono del 3600 a. C., lo que evidenció que aquellos archipiélagos acogieron a la civilización en las Islas Británicas antes que el Stonehenge, incluso antes que las primeras pirámides de Egipto, según recoge Norman Miller en un artículo para la BBC.

Solo el 20% están estudiados

En la década de los noventa, los arqueólogos se propusieron reconstruir uno de los muchos crannogs descubiertos en Loch Tay, en Perthshire, como forma de darle sentido al análisis de estas piezas y, tal vez así, llegar a nuevas conclusiones. Entre los desafíos: averiguar cómo pudieron clavar a mano pilotes de madera de entre siete y nueve metros de largo hechos de alisos locales en el fondo del lago. Los reconstructores de hoy en día tuvieron que recurrir a complejos andamios de madera desde los cuales cada pila de madera se podía torcer hacia adelante y hacia atrás hasta perforar dos metros en el lecho del lago. Para construir un solo crannog se requirieron 168 pilotes de madera y hasta tres días.

La investigación del crannog escocés fue iniciada por Robert Munro, quien en el siglo XIX cambió su carrera como médico por su pasión por la arqueología y la antropología. Munro excavó ya entonces sitios revelados por la recuperación de tierras victorianas alrededor de los lagos, recopilando sus hallazgos en la publicación de 1882 titualada ‘Ancient Scottish Lake Dwellings’. Sin embargo, casi 150 años después, y pese a algunas líneas de investigación abiertas, solo el 20% de los crannogs de Escocia hasta ahora han sido estudiados por expertos.

placeholder Crannog en Loch Tay. Fuente: iStock
Crannog en Loch Tay. Fuente: iStock

Solo para recolectar las enormes rocas que hacen de base conformando el relleno sólido para los nuevos islotes tuvo que llevarse a cabo una extensa limpieza y recolección de material, el despliegue de flotillas de botes para transportar el material desde la costa, una tarea que se comprobó muy difícil todavía en la actualidad, cuando se disponen de herramientas que facilitan las labores (todo ello sin tener en cuenta las dificultades a las que obliga el clima escocés).

¿Lugares protegidos por el cosmos?

Desde viviendas, puestos comerciales estratégicos hasta lugares con significado espiritual o cosmológico, el sentido de estas edificaciones sigue quebrando la cabeza de numerosos expertos. Esto último cobra más sentido aún al saber que como si protegidos por el cosmos estuvieran, los objetos que han vivido durante milenios en el interior de estas islas están prácticamente intactos. Es por ello que la arqueología venera los crannogs, pero también la dendrocronología, la ciencia que estudia las maderas antiguas. En el entorno submarino de los islotes parece que el tiempo no pasa. Allí, la gran preservación de los materiales que se encuentran anegados incluye restos de plantas y polen, lo que permite conocer detalles de la dieta, el medio ambiente y el estilo de vida que seguían sus habitantes, sostiene la arqueóloga submarina Barrie Andrian en palabras recogidas por la BBC.

En junio de 2021, la reconstrucción del crannog fue destruida por un incendio, pero según recoge la cadena, la intención es que se construya un nuevo Museo Crannog en la localidad de Dalerb, en la costa norte de Loch Tay, cerca del lugar donde había existido otro de los 18 crannogs conocidos del lago. Este proyecto es solo parte de una exploración en curso que poco a poco va sabiendo más sobre aquellas piezas históricas que las corrientes de agua no han querido tapar o directamente destruir. Mientras tanto, Murray sigue sumergiéndose en su búsqueda personal de los vínculos que guarda con el neolítico en Gran Bretaña.

placeholder Recreación del interior de un crannog comunal. Fuente: iStock
Recreación del interior de un crannog comunal. Fuente: iStock

Las tierras altas de Escocia son un cajón infinito de leyendas donde la naturaleza es la protagonista. No es de extrañar, los paisajes que las conforman parecen estar en una pelea apacible constante y a la que las personas supieron añadirse a lo largo de los siglos. Montañas, conjuntos de piedras, lagos… y tierra que sobresale de esos lagos, resultan conjurados por la propia naturaleza pero también por el misterio humano no resuelto. En las llamadas Hébridas, una isla artificial asoma entre las aguas con el mismo nombre, y nadie sabe aún cómo y por qué fue creada. Conocida como crannog, no es la única existente: cerca de 600 como esta, de diferentes formas y tamaños, se han registrado hasta la fecha en la zona continental del país.

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