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Los lugares abandonados más increíbles de España
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El magnetismo de las ruinas

Los lugares abandonados más increíbles de España

Memoria y misticismo, decadencia y belleza en espacios construidos que han sobrevivido a la guerra y a la demolición y que sostienen el relato colectivo de siglos a través del tiempo

Foto: Sanatorio de Abona en Tenerife (Fuente: iStock)
Sanatorio de Abona en Tenerife (Fuente: iStock)

Cuando un lugar queda abandonado aún no puede decirse que haya desaparecido para siempre. Si los restos de lo que algún día fue sobreviven a la demolición humana, su relación con la naturaleza dará paso a otro espacio donde memoria y misticismo, decadencia y belleza se entrelazan como una planta trepadora envolviendo sus paredes y sus recovecos. Hay algo magnético en adentrarse en un edificio en ruinas, recorrer sus estancias solitarias donde solo habita el eco propio (aunque hay quien dice que también otros muchos ecos). Es lo más parecido a viajar en el tiempo y contemplar el devenir más devastador de la civilización.

Monasterios, hospitales y sanatorios, fábricas, palacios y hasta complejos mineros conforman, entre otros espacios, el mapa de los lugares abandonados en España. Persisten a lo largo y ancho del país, en pueblos o lugares alejados, en mitad de la sierra, de cualquier sierra, podrás encontrar restos aún alzados de la historia colectiva, porque aunque en la actualidad llamen al encuentro entre curiosos, algún día en su interior se generaba un relato a partir de decenas, cientos o miles de relatos que a menudo no llamaban entonces a acercarse. Estos edificios son el reflejo más evidente de que dicho relato es una continuidad de la memoria.

El proyecto Abandoned Spain, creado por cuatro fotógrafos, reúne en un mapa interactivo y en constante actualización todos estos lugares. Aquí una lista de algunos de ellos:

Sanatorio de Cesuras (Samedes, A Coruña)

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Fuente: Wikipedia

En la comarca de Betanzos, en A Coruña, se esconde este antiguo sanatorio. Situado concretamente en el recientemente fusionado concello de Oza-Cesuras, su origen se remonta a 1925. Hace cerca de un siglo, se decidió construir dos hospitales en la comunidad para el tratamiento de la tuberculosis, uno junto al mar en A Lanzada y otro en mitad de la montaña. La escasez de fondos económicos provocó que este último no se acabara nunca, y pese a varios intentos desde 1936 permanece abandonado. Solo de vez en cuando, el concello de cuyo patrimonio forma parte, se encarga de la vegetación que lo envuelve.

Antigua fábrica de armas (Orbaizeta, Navarra)

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Fuente: Raúl AB - Flickr

En el valle de Aezkoa, a 5 kilómetros de la frontera entre Navarra y Francia, en plenos Pirineos, se alzan las ruinas de la Real Fábrica de Armas y Municiones del municipio de Orbaizeta. Su origen se sitúa en el siglo XVIII. En el mismo lugar existió previamente una ferrería, construída con el fin de explotar la riqueza maderera de la zona así como la presencia de minas de hierro e importantes cursos de agua. Para el caso de esta fábrica, su finalidad fue la el abastecimiento de armas y munición al ejército. Fue cedida a la corona y aunque su existencia fue corta, apenas un siglo, muy azarosa, así lo demuestran su largo camino de arcos que todavía hoy cubren el cauce del agua.

Fuerte de San Cristobal (Navarra)

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Fuente: Wikipedia

Esta impresionante fortaleza militar que se abre bajo el monte de San Cristobal, en el término municipal navarro de Berrioplano, tiene más de un siglo. Se llevó a cabo durante la guerra carlista como el único fuerte construido en el campo atrincherado de Pamplona. De cuartel de artillería pasó a ser una prisión militar en 1929. Su nombre actual proviene de la Segunda República, pues anteriormente se había denominado fuerte de Alfonxo XII. Con el estallido de la guerra civil se convirtió en una cárcel política. En pleno contexto bélico, el 22 de mayo de 1938 se produjo en ella una fuga masiva de presos. Para entonces había retenidas en su interior 2.487 personas detenidas por las tropas franquistas. Ese día, 14 de ellas mataron al vigilante para hacerse con sus armas y poder huir. A continuación se fugaron seguidos de casi 800 presos más que se unieron a ellos, sin armas y sin conocimiento del terreno en el que habían permanecido. Solo tres consiguieron llegar hasta Francia, mientras que hasta 207 de ellos acabaron muertos en las cunetas mientras el resto fueron devueltos al centro. Pero no acaba ahí la historia de este lugar, pues más adelante se habilitó como sanatorio penitenciario durante los primeros años de dictadura, y finalmente como depósito de municiones.

Pueblo viejo de Belchite (Belchite, Zaragoza)

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Fuente: iStock

Las ruinas de Belchite son el "testimonio vivo de las terribles consecuencias de la Guerra Civil". Al lado de la localidad zaragozana de dicho nombre se encuentra su llamado pueblo viejo, bombardeado y arrasado durante la guerra. Sin embargo, sus muros supervivientes aún se sostienen bajo las tierras áridas de la zona, especialmente los de la iglesia de San Martín de Tours, los de la torre del Reloj y los arcos de la Villa y de San Roque. La fuerza que transmiten estas imponentes ruinas no hacen olvidar la tristeza del horror que llevó a ellas.

Hospital del Tórax (Terrassa, Barcelona)

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Fuente: Wikimedia

Se trata de un antiguo hospital ubicado en el norte de la ciudad de Terrassa (Barcelona). Su interior albergó a pacientes con enfermedades respiratorias desde 1952 hasta 1997. Desde parte de las intalaciones se encuentran abandonadas, aunque​ en la actualidad buena parte del perímetro que lo rodea ha sufrido una reforma y se ha convertido en el Parque Audiovisual de Cataluña,​ un complejo de producción audiovisual donde, efectivamente, se encuentra la casa de concursantes de Operación Triunfo.

Monasterio de San Pedro de Arlanza (Hortigüela, Burgos)

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Fuente: Wikimedia

Situado en la localidad burgalesa de Hortigüela, a orillas del río que le da nombre, este lugar fue uno de los centros monásticos más importantes del condado y luego reino de Castilla. Aunque los restos más antiguos existentes en la actualidad en el conjunto monacal, correspondientes a la iglesia, datan del año 1080, la congregación fue fundada en 912 como un eremitorio (lugar de retiro para la oración), de ruinas aún visibles, en la parte alta de las paredes que flanquean el valle. Este monasterio recibió el apelativo de "cuna de Castilla" y estuvo en funcionamiento hasta la desamortización de Mendizábal en 1835. Su estilo románico gótico te envolverá.

Monasterio de la Moreruela (Zamora)

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Fuente: iStock

Otro monasterio que aún resiste al abandono, y cuya belleza te alegra y entristece al mismo tiempo, es el monasterio de La Moreruela. Perteneciente a la orden cisterciense, está ubicado en las cercanías del municipio Granja de Moreruela, en el noroeste de la provincia de Zamora.​ Se encuentra en un lugar apartado de núcleos de población, junto a la denominada Vía de la Plata y está considerdo como uno de los primeros monasterios cistercienses edificados en la península ibérica.

Preventorio de Aigües (Busot, Alicante)

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Fuente: Wikipedia

Este enorme edificio blanco construido en el siglo XIX en el municipio de Aguas de Busot, en la provincia de Alicante, fue originalmente diseñado, proyectado y titulado como un hotel, el "Hotel Miramar Estación de Invierno". Su dueño y promotor, el Conde de Casa Rojas y Marqués del Bosch, lo concebió como un complejo urbanístico de amplias dimensiones con todo tipo de servicios para sus huéspedes aristócratas: piscina, granja, dos capillas y una serie de locales específicos para sus necesidades. La guerra civil detuvo su actividad y durante el contexto bélico se estableció en él un sanatorio infantil de tuberculosis. En las últimas décadas se ha intentado rehacer su imagen de complejo hotelero, pero en la actualidad, después de distintos intentos fallidos de proyectos urbanísticos sobre él, el edificio sigue abandonado.

Colonia de Santa Eulalia (Alicante)

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Fuente: MG del C - Flickr

También en la provincia de Alicante se encuentra la colonia de Santa Eulalia, una pedanía situada entre el término municipal de Sax y el de Villena construida a finales del siglo XIX en el contexto de la ley de colonias de 1868 como reflejo de las ideas de socialismo utópico. Este pequeño pueblo lleva décadas en estado de semiabandono, pues si no todos sí la mayoría de sus edificios están en ruinas, como del Teatro Cervantes, que aún conserva sus bonitas barandas de madera y muchas de las pinturas y ornamentos con los que se decoró sus paredes originalmente. El 19 de febrero de 2016 la Generalitat Valenciana declaró el poblado como Bien de Interés Cultural.

Cartuja de Nuestra Señora de Aniago (Villanueva de Duero, Valladolid)

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Fuente: Rubén_HC - Flickr

Este lugar del que ya solo quedan las últimas piedras de algunos arcos que penden de los muros cubiertos por el musgo fue un monasterio católico español fundado por los monjes cartujos en 1441, bajo la tutela y patrocinio de la reina María de Aragón. Se encuentra ubicado en el área del Aniago, en la provincia de Valladolid. A principios del siglo XI, en la zona existió un pequeño pueblo con un término extenso perteneciente a dicha provincia actual.​ El monasterio sobrevivió a lo largo de los siglos hasta su supresión en 1836 debido a las distintas desamortizaciones y exclaustración del siglo XIX. Lo que queda de él ve acoger los trabajos y la maquinaria de los quehaceres agrícolas de los escasos habitantes actuales.

Convento de Nuestra Señora de la Hoz (Segovia)

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Fuente: Wikimedia

En pleno Parque Natural de las Hoces del Río Duratón se encuentra este convento franciscano, que se alza sobre una de las hoces o meandros bordeado por el cauce del agua. Fundado en el siglo XIII, su nombre original era el de Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz y en él vivían frailes que veneraban y salvaguardaban la imagen de esta virgen. A finales del siglo XV se produjo un derrumbe sobre el convento, quedando únicamente en pie su iglesia. En la reconstrucción intervino la reina Isabel la Católica, quien se reservó en él una estancia propia, así como el rey Felipe II que más tarde llevó a cabo una ampliación del mismo. Lo más increíble de este lugar es que solo se puede acceder a él cuando el río discurre con poco caudal, siempre teniendo cuidado con los desprendimientos de piedras que puedan darse. No es extraño que solo en imágenes sus vistas ya resulten impresionantes, imagina cómo serán en directo desde la parte alta de ambas orillas del río. En septiembre de 2012 fue nombrado Bien de Interés Cultural.

Palacio Canto del Pico (Torrelodones, Madrid)

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Fuente: Wikimedia

Construido en 1920, el Palacio del Canto del Pico se sitúa en uno de los puntos más altos de la localidad de Torrelodones, a 1011 metros de altitud, desde donde se pueden divisar hasta 37 localidades de la provincia, incluida la capital. Este edificio singular por su mezcla de arquitecturas se localiza junto a un canto granítico en forma de pico de ave del que recibe nombre al palacete. Está rodeado de campos de encinas, enebros y pinos en un terreno lleno de zarzas, jaras y tomillos, que conforman uno de los parajes naturales más bellos del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Durante la Guerra Civil, fue sede del Estado Mayor del Ejército Republicano. El pueblo se llenó de militares durante la Batalla de Brunete, una de las más cruentas de la guerra, planeada y dirigida desde este palacio por Prieto y el General Miaja en julio de 1937. Durante la dictadura, pasó a manos de Franco como finca de recreo. Desde su muerte se encuentra abandonado.

Seminario de Santa María de los Ángeles (Hornachuelos, Córdoba)

placeholder Fuente: Rafael Jiménez - Flickr
Fuente: Rafael Jiménez - Flickr

En las orillas altas del embalse de Bembézar, donde comienza la sierra cordobesa, una robusta edificación llama la atención entre la infinidad de árboles que la bordean. Se trata del seminario de Santa María de los Ángeles construido en el siglo XVIII en una zona con una historia de edificaciones y ruinas que se remontan a 1487. Allí fueron construidos dos monasterios y una iglesia en honor a la virgen de los ángeles. Los Reyes Católicos llegaron a visitar las intalaciones en 1494. Durante la desamortización de Mendizábal, el Estado vendió el recinto junto a otros espacios religiosos, pero en este caso su carácter continuó. Pasó a ser un seminario para futuros sacerdotes. En la actualidad, se encuentra en proceso de recuperación con el fin de que albergue un centro de reinserción social pero el proyecto de reconstrucción es lento debido en parte a la extensión de sus muros.

Sanatorio de Abona (Abades, Tenerife)

placeholder Fuente: Joakim Berndes - Flickr
Fuente: Joakim Berndes - Flickr

Aunque los hospitales, sanatorios y demás centros de la medicina de antaño abandonados resultan hoy cuanto menos curiosos, lo que ocurrió en ellos no fue ninguna broma. En la localidad isleña de Abades existen los últimos resquicios de lo que fuera una leprosería. Las Islas Canarias siempre fueron caldo de cultivo para la lepra y otras enfermedades infecciosas con un denominador común: la pobreza. Aunque esta enfermedad nunca se convirtió en pandemia en el archipiélago, la enfermedad causaba mucha alarma social ya que los brotes eran constantes. El cabildo llevó entonces al aislamiento a las personas afectadas, apartándolas en lo que se conocía como el "valle de la muerte". No fue hasta 1943 cuando las autoridades, con el apoyo del régimen franquista, inició la construcción del Sanatorio de Abades. En aquellos años la enfermedad ya era curable gracias a la ‘dapsona’ y las deformidades no eran tan atroces como antaño. Por lo que este enorme complejo nunca llegó a albergar a enfermos. Sin embargo, no acabó ahí su historia: en los años setenta, la Falange lo llegó a utilizar como un campo para práctias de tiro.

Minas de Tharsis (Tharsis, Huelva)

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Fuente: Sparty Lea - Flickr

La cuenca minera de Tharsis-La Zarza está ubicada en el centro de la provincia andaluza de Huelva, y tiene sus principales núcleos en los municipios de Alosno, Villanueva de las Cruces, Calañas, La Zarza, San Bartolomé, Gibraleón y Aljaraque. Se trata de una zona explotada intensamente desde hace siglos para fines mineros, llegando a articularse un importante complejo de carácter minero-industrial hoy abandonado. Los restos que aún permanecen en este paraje de colores singulares fueron construidos entre el último tercio del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, cuando la explotación de los cotos mineros aumentó considerablemente, introduciéndose métodos modernos: una línea férrea o un muelle-embarcadero en el río Odiel para dar salida a los minerales extraídos son algunos de los elementos que llevan décadas inutilizados desde finales del siglo XX, cuando la crisis que vivía el sector minero entonces llevó al cierre de la mayor parte de los yacimientos.

Cuando un lugar queda abandonado aún no puede decirse que haya desaparecido para siempre. Si los restos de lo que algún día fue sobreviven a la demolición humana, su relación con la naturaleza dará paso a otro espacio donde memoria y misticismo, decadencia y belleza se entrelazan como una planta trepadora envolviendo sus paredes y sus recovecos. Hay algo magnético en adentrarse en un edificio en ruinas, recorrer sus estancias solitarias donde solo habita el eco propio (aunque hay quien dice que también otros muchos ecos). Es lo más parecido a viajar en el tiempo y contemplar el devenir más devastador de la civilización.