La increíble historia de la pareja de EEUU que se conoció en unas vacaciones en Corea del Norte
Ryan Carlson y Shauna Cheng coincidieron en el autobús que conectaba el aeropuerto de Pyongyang con el hotel
El estadounidense Ryan Carlson tenía 25 años cuando, en 2005, estaba preparando sus maletas para viajar a Nueva Zelanda. Sin embargo, recibió antes de salir un correo electrónico en el que se indicaba que Corea del Norte abría sus fronteras para cualquier persona de Estados Unidos que quisiese entrar.
El país asiático era uno de los destino más deseados por Carlson, pero Corea del Norte no había permitido la llegada de turistas desde 2002. El joven tenía la oportunidad de visitar el país comunista en las próximas cuatro semanas, tal y como indicaba el correo electrónico.
Mientras tanto, en China, Shauna Cheng, de 30 años, estaba leyendo una revista inglesa publicada en Pekín cuando vio el anuncio con la misma información que consultó Carlson. Criada en la bahía de San Francisco, Cheng estaba trabajando de forma temporal en China, una oportunidad que aprovechó para aprender mandarín.
Coincidieron en un autobús
La joven no dudó en reservar alojamiento y billetes para viajar a Corea del Norte. Carlson y Cheng coincidieron en el autobús que conectaba el aeropuerto de Pyongyang con el hotel. La mujer recuerda que pensó que el hombre "parecía un chico majo, ya que me transmitía muy buenas sensaciones".
The American couple who met on vacation in North Koreahttps://t.co/NZEJj52F4z
— World Traveller 73 (@73Traveller) July 15, 2021
Los dos hablaron en ese momento sobre Singapur, ciudad en la que nacieron los padres de Cheng y que Carlson había visitado recientemente. La interacción consistió después en compartir sus expectativas con respecto a Corea del Norte. Una vez allí, recorrieron algunos de los lugares turísticos más representativos.
Los turistas estadounidenses estaban vigilados por la policía norcoreana y por el ejército norteamericano desde la frontera con Corea del Sur. Lo primero que hicieron las autoridades locales fue requisarles el teléfono móvil, ya que no podían utilizarlo durante su estancia en el país.
"Aunque me sentía muy segura, como ciudadana estadounidense no contaba con ninguna representación diplomática en caso de que surgiera algún problema, así que se trataba más bien de respetar a los guías y seguir sus indicaciones", ha contado Cheng a CNN.
Lo primero que hicieron las autoridades locales fue requisarles el teléfono móvil
En un viaje de tres días por el país, Carlson compartió habitación de hotel con un hombre llamado Ken, de Nueva York, que le animó a que pasara más tiempo con Cheng. El joven confiesa que había pensado en la mujer de forma romántica, y el hecho de que los dos estuvieran solteros daba cierto "potencial" a la idea. Sin embargo, Carlson no tenía claros los sentimientos de Cheng, y no quería incomodarla.
Su primer beso
Los jóvenes descubrieron pronto que tenían ideas e intereses similares, por lo que intercambiaron sus direcciones de correo electrónico antes de despedirse. Aunque Cheng tenía que volver a China, su estancia en Pekín era temporal, por lo que iba a regresar a California.
Carlson recuerda que apreció hablar con ella exclusivamente por mail, ya que, según él, al no proliferar las redes sociales "había que trabajar de verdad para conseguirlo. Como muchas cosas buenas, cuanto más se esfuerza uno en algo, mayor beneficio se obtiene".
El joven aprovechó para visitar a Cheng cuando se instaló de nuevo en San Francisco, ciudad que Carlson visitó en varias ocasiones, ya que su hermana estudiaba en Berkeley (California). Después de varios encuentros, la pareja acabó dándose su primer beso. Poco a poco se fue forjando una relación, y aunque Carlson tuvo que volver a Chicago, empezaron a planear su próximo encuentro.
Los jóvenes fueron confesándose en esas citas sus sentimientos y, después de hacer otros viajes juntos para rememorar el de Corea del Norte y conocer a sus respectivos amigos y familiares, el hombre le propuso matrimonio a Cheng. La pareja se casó en 2008, relación de la que nació una niña.
El estadounidense Ryan Carlson tenía 25 años cuando, en 2005, estaba preparando sus maletas para viajar a Nueva Zelanda. Sin embargo, recibió antes de salir un correo electrónico en el que se indicaba que Corea del Norte abría sus fronteras para cualquier persona de Estados Unidos que quisiese entrar.