Consejos para planear y sobrevivir a un viaje largo con niños
Antes de viajar con tus hijos, sobre todo si se trata de un viaje largo, hay que tener en cuenta ciertos factores como qué comerán o qué limites deben marcarse
Tener hijos es abrir una nueva ventana llena de infinitas posibilidades y nuevas experiencias. La primera palabra o el primer paso son inolvidables, pero ¿y el primer viaje?
La primera vez que un niño abandona su hogar para pasar unos días en familia puede ser todo un acontecimiento para los padres. ¿Qué llevar en la maleta? ¿Qué hacer con la comida? ¿Debo dejar que se salte la rutina? Para todos aquellos que vayan a embarcarse en un viaje largo con niños, sean de la edad que sean, desde El Confidencial hemos recopilado unos cuantos consejos básicos que pueden ayudar a que todo salga bien:
Estudiar un poco el destino
Aunque depende del destino al que os dirijáis, es importante que investigues antes de salir de casa si los niños necesitan algún tipo de cuidado especial. Por ejemplo, para viajar a algunos países es recomendable vacunar a los menores y en otros no está permitido dar el pecho en público. Conocer estos datos es imprescindible para que todo vaya sobre ruedas.
Planificar el desplazamiento
La planificación lo es todo en los viajes largos con niños. La psicóloga Silvia Álava asegura que antes de iniciar un viaje es de vital importancia explicar a los más pequeños "qué vamos a hacer y qué esperamos de ellos". Se les debe comunicar la duración del trayecto, y si puede ser, si se harán o no paradas y cuándo están planificadas. De esta manera los niños sabrán qué esperar y no se desesperarán tan pronto.
No improvisar con las comidas
A la hora de viajar muchos padres se preocupan por qué comerán sus hijos durante el trayecto así como cuando lleguen al destino. Para las horas de viaje una buena idea es llevar bolsas con fruta preparada o frutos secos. Un truco es salir con las porciones ya preparadas, para así se evita que los más pequeños se den un atracón con algo que debería ser un tentempié . Como plato principal, una buena opción es preparar pollo rebozado, ya que esta comida no necesita refrigeración y puede comerse sin calentar o una ensalada de pasta.
Lo que no debe hacerse durante un viaje es abusar del azúcar. Para que los más pequeños no se alteren es mejor evitarles la ingesta de estimulantes potentes como el que les pueda proporcionar el azúcar de algunas galletas o chucherías que les darán energía que no podrán usar.
Una vez llegado al destino, si se quiere intentar que el niño no modifique su dieta, una opción es hacer la compra buscando los productos más similares a los que se adquieren habitualmente. De hecho, aunque se viaje al extranjero muchas marcas de comida infantil que comercializan sus productos en España también lo hacen en el resto de Europa, por lo que encontrar exactamente lo mismo es bastante probable.
También será aconsejable, si se hacen excursiones, llevar a mano una bolsita con 'snacks' saludables por si al pequeño o a la pequeña les entra hambre. La fruta y los frutos secos son perfectos para este cometido.
No obsesionarse con la higiene
Es normal que los padres se preocupen por la higiene de sus hijos así como por el cuidado de su piel o su cabello. Sin embargo, aunque no hay que abandonar el aspecto higiénico, procurando no olvidar incluir en el equipaje toallas, toallitas y las cremas que sean necesarias, tampoco hay que obsesionarse y llevarse el baño de casa completo. Escoger qué es lo esencial será principal para disfrutar de más espacio en la maleta y más tiempo libre en el destino.
Mantener la rutina
Otra recomendación es, en medida de lo posible y sin obsesionarse, mantener la rutina de los más pequeños. Procurar que las horas de sueño sean las adecuadas y mantener un horario de comidas más o menos fijo puede mejorar mucho la experiencia de viajar en familia.
Tener hijos es abrir una nueva ventana llena de infinitas posibilidades y nuevas experiencias. La primera palabra o el primer paso son inolvidables, pero ¿y el primer viaje?