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Valle del Jerte: excursiones para conocer los cerezos en flor
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ramas que parecen estar nevadas

Valle del Jerte: excursiones para conocer los cerezos en flor

Aunque no se sabe a ciencia cierta cuándo comenzará la floración, sí se ha estudiado que suele coincidir con las fechas que rondan la mitad del mes de marzo

Foto: Valle del Jerte con los cerezos en flor (iStock)
Valle del Jerte con los cerezos en flor (iStock)

La floración de los cerezos en el valle del Jerte tiñe de blanco todo el horizonte. Si en Cuenca los manojos de mimbre pintan el paisaje de rojo fuego, y en Consuegra el campo se torna violáceo cuando nace el azafrán, en la provincia de Cáceres es posible contemplar 'nieve' en plena primavera. En realidad, no son copos de hielo lo que cubren los árboles frutales de la región, sino que son las flores que nacen en sus ramas las que proporcionan ese tono albo al paisaje.

Para conocer el espectáculo de los cerezos es posible disfrutar de excursiones que exploran todos los secretos del valle del Jerte. El río homónimo que cruza estas tierras es el que da nombre al valle, quedando encañonado por sus promontorios de diferentes alturas. Otras irregularidades en el terreno, en este caso 'modeladas' por la mano del hombre, son las que sirven de base para las terrazas donde crecen estos árboles de los que parece brotar algodón.

Una ruta por el valle del Jerte, acompañado por un guía experto, le permitirá disfrutar de los caminos que llegan hasta el final del valle. Realizará el paseo en 4x4 para poder adentrarse en terrenos más salvajes y, durante tres horas, conocerá los puntos turísticos más significativos de esta región cacereña y otros menos frecuentados. Siempre, con los cerezos como hilo conductor de una preciosa experiencia en plena naturaleza.

Aunque no se sabe a ciencia cierta cuándo comenzará la floración –el ciclo del árbol se ve influido por distintos factores que no se pueden prever–, sí se ha estudiado que suele coincidir con las fechas que rondan la mitad del mes de marzo. Los cerezos que antes pintan de blanco sus ramas son los que se encuentran en las terrazas más bajas. Los más perezosos en mostrar su belleza, por contra, son los ejemplares que echan raíces en las zonas más altas y frías.

Ambas se podrán contemplar desde la carretera que divide el valle en dos, asfalto que discurre casi de manera paralela al río. Esta peculiaridad es la que posibilita que, sin bajarse del coche, se pueda disfrutar de la magia de los cerezos y sus flores blancas que incluso tienen una fiesta propia de Interés Turístico Nacional. El agua del caudal del Jerte atraviesa la Reserva Natural Garganta de los Infiernos, un enclave para respirar aire puro donde se encuentran pozas que actúan como improvisadas piscinas naturales.

En el valle del Jerte se han contabilizado más de un millón y medio de cerezos, pero no son los únicos árboles que se dejan ver en esta zona. Castaños y robles centenarios se dan cita en un bosque de cuento de hadas donde un guía experto le descubrirá las sorprendentes similitudes de esta espesura con la del norte de España. Algunos de los ejemplares de la vegetación que cubrió Cáceres antes de la llegada de los cerezos suman más de cuatro siglos de edad, y los troncos son tan impresionantes que podrían inspirar las más increíbles leyendas de duendes.

La floración de los cerezos, que también puede vislumbrarse en localidades como Cabezuela, Navaconcejo, Barrado o Torno, dura aproximadamente diez días. No se lo piense más y anímese a reservar cuanto antes para conocer en primera persona una atracción natural tan fugaz que siempre le dejará con ganas de volver.

La floración de los cerezos en el valle del Jerte tiñe de blanco todo el horizonte. Si en Cuenca los manojos de mimbre pintan el paisaje de rojo fuego, y en Consuegra el campo se torna violáceo cuando nace el azafrán, en la provincia de Cáceres es posible contemplar 'nieve' en plena primavera. En realidad, no son copos de hielo lo que cubren los árboles frutales de la región, sino que son las flores que nacen en sus ramas las que proporcionan ese tono albo al paisaje.

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