'Supervivientes' no arriesga pero gana: si algo funciona, no lo toques

Telecinco estrenó este jueves, 15 de marzo, la nueva edición de 'Supervivientes 2018' y lo hizo replicando las pautas que tan bien le han funcionado en los estrenos de temporadas anteriores. "Si algo funciona, no lo toques", una máxima que sus responsables han seguido al dedillo, conscientes del buen rendimiento que las galas iniciales cosechan gracias a los saltos desde el helicóptero y la prueba en el barro.

Mediaset se volcó en las últimas semanas con la promoción de su nueva edición del reality show, creando todo un evento en torno a la presentación de los nuevos concursantes. Y no decepcionó gracias a una gala con mayor agilidad, una de las grandes pegas que siempre se le ha puesto a cada estreno, en parte también a que los saltos se han terminado 'profesionalizando' (falta sorpresa para los participantes tras tantas ediciones, quienes ya se enfrentan a este momento como un mero trámite al que no temer).

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Los 16 participantes fueron presentados con brío, teniendo en cuenta además las complicaciones del despliegue técnico de tres helicópteros de forma simultánea. En grupos de tres fueron ejecutando los cada vez menos llamativos saltos (por repetitivos, por escasa altura), alternándolos con sus vídeos de presentación, unas entrevistas que sirvieron para pincelar las personalidades de los rostros casi anónimos que protagonizarán la temporada.

La prueba, todo un espectáculo

Pero los saltos desde el helicóptero no fueron lo único que se repitió en este arranque, sino también la decisiva prueba que marcaría el destino de los grupos: zona salvaje o zona civilizada, con diferentes privilegios en cada una de ellas.

Los dos equipos compitieron en la búsqueda de anillas en el barro, tras tirarse por una alta tirolina. Fue precisamente aquí donde se vivieron los mejores momentos de la gala, ya no solo por la emoción de la prueba (pese a la desigualdad física entre los equipos), sino también por lo accidentada que resultó por parte de las tres mujeres más mayores de la edición: Raquel Mosquera, Mayte Zaldívar y Saray Montoya.

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A priori repetir el mismo esquema de prueba podría haber jugado en contra del programa, pero la entrega de los concursantes, y su mala pata, hizo que el resultado fuese todo lo contrario: un auténtico espectáculo, puro show.

Jorge Javier y Lara Álvarez, un gran tándem

'Supervivientes' apostó nuevamente por el trío de presentadores que tan buen rendimiento le ha dado en anteriores temporadas, con Jorge Javier y Lara Álvarez dejando patente desde el principio que mantienen su química intacta.

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Juntos funcionan muy bien, desprendiendo complicidad con cercanía, bromas y dardos, pero también lo hacen por separado. Jorge Javier domina a la perfección el plató cuando se trata de personajes famosos, algo que ha quedado patente una vez más, incluso cuando el retardo en la comunicación juega en su contra. Lara, por su parte, se ha convertido en el alma de la isla, desprendiendo ilusión, carisma y química con sus compañeros.

Con todo ello, el estreno de 'Supervivientes' ha funcionado como un reloj este año, ganando en ritmo y emoción gracias a un elenco que parece entregado al programa desde el principio, lo que sin duda el espectador agradecerá. Tanto es así que no hubo ni tiempo para llevar a cabo unas nominaciones en condiciones, y es que cuando hay contenido, se nota y se agradece.