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De 'Perdidos' a 'Star Wars': J. J. Abrams y la teoría de la caja
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Toni de la torre disecciona al cineasta

De 'Perdidos' a 'Star Wars': J. J. Abrams y la teoría de la caja

A menos de un mes para que los cines del planeta colapsen con 'El despertar de la Fuerza', un libro examina el singular proyecto creativo de su director

Foto: 'Lost' - 'Perdidos'
'Lost' - 'Perdidos'

Un niño y su abuelo pasearon aquella tarde hasta una tienda de magia llamada Tannen's Magic, en el Midtown de Nueva York. Perdida en las profundidades de un edificio en ruinas, se trataba del refugio favorito del chico, una destartalada covacha atestada de maravillas. Siempre caía algún capricho pero lo que el anciano regaló a su nieto ese día iba a fascinar al niño toda su vida y a irradiar su carrera. El objeto era una caja "mágica" de cartón de interior impenetrable y con una enorme interrogación pintada en su lateral. El niño era J.J. Abrams y, cuarenta años después, todavía no la ha abierto.

Como mecanismo narrativo, la falta de información ejerce un papel magnético en el atraido espectador

El objeto ocupa hoy un lugar de honor en el despacho de Abrams en la productora Bad Robot y, según Toni de la Torre, profesor de Guión en la Universidad de Barcelona y crítico de series, sirve la metáfora perfecta de la trayectoria creativa de su dueño. "La estructura narrativa de las ficciones de J.J. Abrams tiene como objetivo la construcción de esta caja opaca en la que la dosificación de información juega un papel fundamental. Como mecanismo narrativo, la falta de información ejerce un papel magnético en el espectador, que se verá atraido por el carácter misterioso de la caja (sea la isla de 'Lost', las identidades secretas de 'Alias' o los mundos paralelos de 'Fringe')".

Tal es la tesis que anima el último libro de este experto seriófilo: 'J.J. Abrams. La teoría de la caja' (Timun Mas, 2015).

Madrugada en la isla

Ya han pasado cinco años desde la madrugada del 23 de mayo de 2010 en la que millones de españoles se despertaron en la noche cerrada para ver el último, y muy polémico, capítulo de la sexta temporada de 'Lost' emitido a la vez en Estados Unidos, Italia, España, Portugal, Israel, Canadá, Turquía y Reino Unido, y en otros 50 países en las siguientes 48 horas.

'Perdidos' fue la serie que inoculó la obsesión por la ficción televisiva en nuestro tiempo

'Perdidos', como se la conoció en nuestro país, tal vez no figure entre las mejores series del boom que vive el género desde entonces pero sí fue la primera seguida unánimemente en todo el planeta, la que inoculó la obsesión por la ficción televisiva en nuestro tiempo. Con ella, Abrams subió a los cielos. Más tarde recibiría el encargo de renovar nada menos que los dos portaaviones de la ciencia ficción cinematográfica: 'Start Trek', en 2009, y 'Star Wars' el próximo 18 de diciembre, día del estreno mundial de 'El despertar de la fuerza'.

Explica Toni de la Torre que la teoría de la caja opaca de Abrams "pone especial énfasis en el carácter participativo de la audiencia, la creación de personajes que conecten con ella, las reflexión sobre las preocupaciones y los miedos más profundos de la sociedad en que se desarrolla y elementos extraordinarios que sirven como catalizadores para despertar el interés del espectador y atraparlo". ¿Cómo funcionan estas cajas o ficciones? Basta con colocar en su centro un gran misterio, una incógnita que funcione como un pegamento que "pegue" al espectador a la pantalla. Por ejemplo: ¿qué pinta un oso polar en una isla tropical?

Entre la originalidad y el disparate

'Perdidos' fue en el origen una sola y muy escueta proposición: "Un avión se estrella en el océano y un grupo de supervivientes logra llegar a una isla desierta". A partir de ahí, ¿qué? Jeffrey Lieber, el primer guionista de 'Lost', pensaba enfatizar los aspectos relacionados con la supervivencia. Cuando le tocó el turno a Abrams, tiró del mantel: la isla sería un espacio para ejercer la absoluta libertad creativa. Y así, entre la brillante originalidad y, en ocasiones, el disparate, a través de 'flashbacks', 'flashforwards', 'flash-sideways' y 'cliffhangers', aquella serie mítica se expandió a lo largo de seis temporadas inolvidables.

La ficción televisiva cifra su éxito en una cada vez más desaforada ruptura de las expectativas del espectador

La ficción televisiva actual cifra su éxito en una cada vez más desaforada ruptura de las expectativas del espectador. De la Torre enumera la inacabable lista de artimañas made in Abrams: empezar a contar la historia por el final -retrospección-, contar los mismo hechos desde puntos de vista diferentes -efecto Rashomon-, la alucinación que permite irrumpir en escena a personajes ya fallecidos, los bien conocidos 'flashback' y 'flashforward' y una derivada original del creador de 'Perdidos', el 'flashsideways': la mirada a una realidad paralela de los protagonistas sutilmente distinta.

La Fuerza y la Energía

Pero Abrams, 'Lost' entroncaba necesariamente -en su mezcla de aventura épica, énfasis en la amistad, la relación entre la Energía y la Fuerza y cierto pastiche filosófico- con su mil veces vistas y adoradas películas de 'Star Wars', así que su elección para retomar la continuidad de la serie con la séptima entrega sirve al tiempo de reconocimiento y garantía. Su deseo es recuperar el sabor de la trilogía original que agrió la pirotécnica y vacua segunda trilogía.

El deseo de Abrams es recuperar el sabor de la trilogía original que agrió la pirotécnica y vacua segunda trilogía

"No hay nada más J.J. Abrams que esta idea", explica Toni de la Torre. "La capacidad de generar esa sensación, la de que todo puede ocurrir, ha sido el motor que ha guiado la carrera de J.J. Abrams y su teoría de la caja opaca. En la sala de cine se apagan las luces y la película está a punto de empezar. Ese pequeño momento en el que la realidad desaparece, en el que todo queda en un limbo, es el momento en el que abrimos la caja. Dentro: una isla misteriosa, unos artilugios arcanos, una nave que se adentra donde ningún hombre ha ido jamás, una espada láser que brilla con fuerza en la oscuridad".

Un niño y su abuelo pasearon aquella tarde hasta una tienda de magia llamada Tannen's Magic, en el Midtown de Nueva York. Perdida en las profundidades de un edificio en ruinas, se trataba del refugio favorito del chico, una destartalada covacha atestada de maravillas. Siempre caía algún capricho pero lo que el anciano regaló a su nieto ese día iba a fascinar al niño toda su vida y a irradiar su carrera. El objeto era una caja "mágica" de cartón de interior impenetrable y con una enorme interrogación pintada en su lateral. El niño era J.J. Abrams y, cuarenta años después, todavía no la ha abierto.

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