Avance del capítulo 289 de 'Valle Salvaje' de este miércoles, 5 de noviembre: Victoria pide ayuda al duque para deshacerse de Dámaso

Dámaso se ha convertido en la gran pesadilla de Victoria en Valle Salvaje. Desde su reaparición, la duquesa se muestra nerviosa y temerosa. Si se supiera que Dámaso es, en realidad, su primer marido (al que todos dan por muerto), su matrimonio con el duque no tendría validez alguna, por lo que perdería su estatus social.

Sin embargo, la duquesa no mintió, ella también creyó que Dámaso había fallecido en su travesía a las Américas. "Debería matarte con mis propias manos. ¿Cómo has podido pasar todos estos años sin dar una señal de vida? ¿Tú sabes las veces que recé por ti hasta que me convencí de que habías muerto y comencé a rezar por tu alma? De haber sabido la verdad ni un mísero Padre Nuestro habría salido de mis labios. Todo este tiempo sin tener una noticia de ti, una triste misiva", llegó a decirle, reprochándole su ausencia.

Lo que Victoria desconoce son los planes secretos de Dámaso, que ha regresado al valle bajo una identidad falsa. La propia Mercedes lo ha presentado como don Eduardo, un amigo íntimo de Bernardo. "Recuerda que así es como debes nombrarme", le recalcó a Victoria. "De saberse mi verdadera identidad, nuestro matrimonio sería el válido, y no el que tienes con el duque".

No es, por tanto, nada extraño que Victoria quiera deshacerse de Dámaso. Tiene una vida acomodada y no está dispuesta a perderla. En el capítulo de este próximo miércoles, 5 de noviembre, la duquesa recurrirá al duque para librarse de Dámaso, sin embargo, se llevará una gran sorpresa al conocer la reacción de José Luis.

El duque también tendría mucho que perder de conocerse la verdad, pero su respuesta deja desconcertada a su esposa. Dámaso forma parte del pasado de su esposa, pero no del suyo. Lo que esperaba como un gesto de apoyo se convierte en una revelación sobre el verdadero carácter del hombre que creía conocer. 

Por otro lado, el capitán de la Santa Hermandad llegará a la Casa Pequeña con una noticia que sacudirá los cimientos de todos: algo ha ocurrido con Luisa en prisión.

Adriana, Pepa y sobre todo Alejo están dispuestos a cualquier cosa para liberar a la joven, acusada de un crimen que no cometió... aunque se vio obligada a ayudar al ladrón, Tomás, para librarse de él. La información, imprecisa, pero inquietante, siembra la angustia entre todos ellos y obliga a Adriana a actuar con urgencia.

El pequeño de los Gálvez de Aguirre está completamente destrozado por la detención de Luisa. En su momento más vulnerable, José Luis se ha mostrado sorprendentemente dispuesto a escucharle y consolarle. Al menos, hasta cierto punto. Lo que Alejo necesita, que reconozcan la inocencia de Luisa, no está dispuesto a dárselo: "Esa cocinera me trae sin cuidado", le ha dicho don José Luis. "Para ser sinceros, esa mujer nunca me pareció trigo limpio".

Sin embargo, José Luis acaba por sorprender a su hijo: "He intentado mirar para otro lado, pero no he podido. Eres mi hijo pequeño. Mi niño. Y quiero que sepas que tu padre siempre va a estar a tu lado". Las lágrimas del duque emocionan a Alejo que se arrodilla ante su padre y le pide perdón por todo lo pasado.

"Padre, le juro que Luisa es una mujer. Es un alma pura, y limpia. Si algo le pasara a ella yo... no sé qué hacer, estoy perdido. Ayúdeme. Por favor, ayúdeme. Solo usted puede ayudarme. Perdóneme por faltarle al respeto, por renegar de mi apellido. Por favor, le pido que me perdone".