Natalia Sánchez, de 'Sueños de libertad', detalla cómo será el embarazo de Begoña: "Es la semilla del diablo"

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En la última entrevista para El Confi TV, la actriz protagonista de la serie Sueños de libertad, Natalia Sánchez, comentaba que siempre pensaba en aquellas mujeres a su alrededor, a la hora de interpretar a un personaje tan luchador, amoroso y anhelante como lo es Begoña Montes. Ahora, la enfermera de la colonia de Perfumerías de la Reina encara un nuevo momento vital en la ficción, el de su embarazo, para el que va a necesitar todas las fuerzas del mundo. Con ello resonarán en pantalla todos los conflictos de una época, los años sesenta, marcada por la instigadora mirada sobre la mujer.

Para más inri, a Begoña le persigue el fantasma de una relación tóxica, que parece repetirse, aunque con otro nombre y rostro, el de Gabriel de la Reina (Oriol Tarrasón), en su desdichado historial romántico. La ficción líder de las tardes de Antena 3, que se emite entre semana a partir de las 15:45 horas, comienza una nueva etapa a partir de este lunes, en el que el "bombazo" sobre la gestación del bebé dará paso a un vaivén de ocultaciones, confidencias y estrategias en la producción de Diagonal TV que no ha dejado de sorprender a sus espectadores desde sus primeras emisiones, en febrero del 2024.

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Con el rodaje de nuevos capítulos para el 2026, Sueños de libertad ha cimentado una audiencia fiel en las tardes de la cadena en abierto, que alcanzó el pasado jueves su cifra máxima, con un 15% de cuota y 2,2 millones de espectadores únicos, afianzando así su trayectoria como serie más vista de la televisión. Sobre los giros narrativos que están por llegar y sobre su futuro en la ficción, ha hablado Natalia Sánchez en exclusiva.

"Miro a Julia y veo a mi hija, y me cuesta mucho decir según qué cosas"

Ha pasado más de un año desde nuestra última conversación, cuando comenzó la serie. ¿Echas la vista atrás para pensar todo lo que habéis pasado en la serie?

Y por todo lo que pasaremos. En noviembre empezaremos el segundo año de grabación. Ha sido muy intenso desde el minuto uno: los rodajes, las tramas, y hasta que no se empezó a emitir y empezamos a ver la respuesta… Es difícil sostener algo cuando no sabes qué respuesta va a tener. Y ahora el hecho de que guste tantísimo hace que esa locura que es el día a día sea un poco más llevadera. Porque sabes que por lo menos hay alguien al otro lado que está gozando y le da sentido a lo que hacemos.

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Ha sido una respuesta enorme, también a nivel de redes sociales, que la gente comenta y está muy involucrada en las "Mafin", en Gabriel y Begoña...

Es que yo creo que las generaciones que ven la serie no es el target habitual de mujeres más mayores o entre los 60. El target va desde el nieto que lo ve con su abuela en abierto todos los días cuando lo recoge del cole, hasta la abuela y entre medias todo lo que hay. Hay muchísima gente joven y muchísimas amigas mías, enganchadísimas.

¿Y qué debemos esperar, los espectadores, a partir del embarazo de Begoña?

Es un embarazo no esperado, entonces le trastoca toda su vida. Encima no está en uno de los mejores momentos con Gabriel, porque se empieza a dar cuenta de cosillas. Le empiezan a saltar algunas alarmas, y justo en el momento donde menos cercana se siente a él, se queda embarazada. Además, en aquella época no había muchas opciones, no ya tanto por el embarazo sino a nivel social. Si no estás casada, si no tienes un matrimonio estable, si no te han dado la aprobación, si no ha pasado un tiempo… Algunas personas saben que Begoña ha tenido un romance extramatrimonial. Son muchas cosas. Gabriel, su nueva pareja, no está reconocida oficialmente. Era una España muy complicada que no permitía esos fallos. Ya hoy en día es difícil, según qué casas, llegar con un embarazo no deseado. Entonces, va a poner en jaque muchas cosas.

Más allá de que Begoña esté embarazada, la cuestión en realidad es de quién está embarazada. Recientemente, Gabriel se ha reafirmado en una doble vida con Isabel y con Begoña. ¿Tardará mucho en darse cuenta una de las dos de lo que está pasando?

En algún momento tiene que saltar, claro. Y no solo eso, saltarán más cosas también. Es también lo que gusta de la serie, que hay veces que sí puedes esperar lo que va a pasar y otras que no te lo hubiera imaginado jamás. Pasarán muchas cosas en torno al embarazo y de forma paralela al embarazo también. El embarazo es uno de los ejes de Begoña de ese momento, pero también empiezan a pasar más cosas alrededor, y todo se complica más. Ella tiene claro que lo quiere tener, pero, claro, ¿con qué condiciones?

Ahora que Begoña está embarazada, ¿cómo será su relación con Andrés?

No te puedo contar mucho. Yo creo que con Andrés hay un amor tan puro, de ser humano a ser humano, independiente de las circunstancias de cada uno, de las parejas de cada uno, de dónde estén. Pero también, cuando estás en un momento tan vital, pues, es inevitable compararse. Es inevitable pensar: "Ostras, podría haber sido con él". Begoña se planteará si se ha equivocado de persona. Andrés, en principio, va a estar ahí. En algún momento se enterará y cuando se entere, le dolerá en el alma porque podría haber sido él el padre.

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A quien le dolerá también muchísimo es a María, que es anhelante de una maternidad. ¿Cómo será la relación con ella, ahora que habíais firmado una especie de tregua?

Bueno, las treguas con el personaje de María nunca sabes por dónde van a tirar. Va como un poco inherente a su carácter. Para ella la maternidad es un tema delicado, porque no puede ser madre. Pero el embarazo de Begoña también implica, aparentemente, que Andrés pueda dejar de pensar en Begoña al 100%, porque ya está embarazada de otra persona, porque es como un vínculo con la otra persona que es bastante importante. Va a pasar un poco por todo, pero también se va a alegrar, porque se haya quedado embarazada de otro. Lo que pasa es que ella sabe que es la semilla del diablo.

¿Qué consejo le darías a Begoña en estos momentos?

Escapa de esta persona. Le diría: "Sal de ahí, abre los ojos". Pero claro, eso en los años sesenta no es tan fácil. Ya es difícil ahora, cuando alguien se ha metido en una relación o en un matrimonio que es tóxico en algún sentido, que hay una especie de maltrato. Porque aquí no es visible, pero lo está. Se empiezan a ver cosas que a Begoña le resuenan mucho y dice: "A mí esto no me gusta". Va a haber muchos giros, pero ella realmente está enamorada de Gabrie, y es muy difícil. Cuando te enamoras de una persona que no toca, luego con el tiempo te das cuenta de que algo no cuadraba. Pero en ese momento no lo quieres ver.

"El embarazo también implica que Andrés pueda dejar de pensar en Begoña al 100%"

En realidad ella se equivocó con Jesús. Con él. Todo empezó de maravilla, con rosas, luces y fuegos artificiales. Tuvieron un noviazgo feliz, se casaron, pero en el momento en que pones la patita dentro, empiezan a pasar los problemas. Además, para Begoña, Julia es su hija. Y con el embarazo de Begoña, la niña va a traer una trama muy bonita y muy real también.

Tú también has sido madre, ¿has podido plasmar parte de tu experiencia vital en esta nueva etapa del personaje?

Todo. Yo creo que todas las experiencias que vives en tu vida, en tu día a día, desde que naces, te sirven para nuestra profesión. Si conduces en la vida real, podrás poner más de ti cuando hagas que estás conduciendo. O el hecho de fingir que soy enfermera.Intentas hacer un cursillo avanzado para que, por lo menos, las enfermeras reales no se ofendan cuando te vean poner una vía. Por eso las experiencias sirven, y de hecho, con el personaje de Julia lo he vivido muchísimo, cuando hemos tenido textos complicados, muy emocionales, muy duros… Ha habido veces que no he podido. Porque la miro y veo a mi hija, y me cuesta mucho decir según qué cosas. Tú estás trabajando con tu verdad y con todo lo que tú tienes dentro, para lo bueno y para lo malo.

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Por otro lado, hay quien les tiene miedo, porque siempre dicen que muestras cómo serías tú en tu peor versión. Pero es bonito, también, ahondar en cómo sería yo en esta situación, si me hubiera pasado estas cosas, si hubiera tenido estas heridas emocionales, cómo reaccionaría ante esto o permitirse emociones prohibidas, que están en la envidia, el odio. También es muy lindo transitar todo eso. Creo que soy actriz porque me ha permitido ser muchísimas profesiones diferentes, vivir muchísimas vidas. A mí me encanta la gente, me encanta la psicología, me encanta la antropología, me encanta el ser humano en general porque es fascinante y tengo la suerte de dedicarme a algo que no para de jugar con eso. Es un lujo.

Los intérpretes han ido llegando y saliendo de la serie durante este tiempo. Por tu parte, has hecho una gran apuesta por el proyecto, pero ¿te planteas pasar a otra cosa?

Los personajes siempre tienen cosas que contar. Es verdad que hay veces que te gustaría que contaran más. Los guionistas tienen muchas tramas abiertas. Yo siempre digo de broma: "Madre mía, ¿qué más voy a contar?". Porque nos pasan tantas cosas cada semana, pero es que en la vida real pasan mil cosas, y no se acaba. El trabajo creo que siempre llama trabajo, y justo cuando estás trabajando, es cuando más te ofrecen otras cosas que a ti te apetece muchísimo hacer.

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Es la ley de Murphy…

Es una ley de Murphy de ser una absoluta privilegiada, porque, claro, también sé lo que es no trabajar, y es durísimo. He dicho que no a cosas durante este tiempo, y voy al día, un poco como los guiones. Yo soy supercomprometida. Si me he comprometido a hacer hasta cierto mes, no lo voy a dejar. Pero sí que voy viendo, pasito a pasito, como en la vida, porque no sé lo que me va a pasar mañana, y no sé hacia dónde va a ir el personaje.

Va a haber un giro de 180 grados en cuanto a tramas, en cuanto a personajes, de salidas, de entradas, de nuevos personajes. Y todo eso también varía la ficción. Al final, nunca es la misma serie nunca. De momento, hasta el día de hoy, me lo estoy pasando pipa.

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Habéis cumplido 400 episodios en la serie. ¿Habrá celebración especial para los 500 episodios?

No lo sé, porque ahora mismo no estamos grabando. Empezamos con pruebas de vestuario y demás la semana que viene Siempre hay una celebración entre nosotros cada vez que hacemos un número redondo. Y cuando se emite en televisión, dices: "¡Guau!". Yo guardo todos los capítulos subrayados desde que empezamos. Tengo que hacerme como un desglose al inicio de cada capítulo. Si no lo hago, no hay forma de que yo me acuerde de dónde vengo y de dónde voy, si no tengo esa escaleta personal. Y los guardo todos, cada vez que acabo uno, le doy un beso y lo dejo en la estantería. Otra historia que hemos contado.