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Emilio Díez ('Soma'), guionista de 'La casa de papel', da la clave del éxito de 'La promesa' y 'Sueños de libertad'
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ENTREVISTA EXCLUSIVA

Emilio Díez ('Soma'), guionista de 'La casa de papel', da la clave del éxito de 'La promesa' y 'Sueños de libertad'

Ante su debut como novelista, Emilio Díez reflexiona sobre el fenómeno de la serie de Antena 3 y su contribución a la marca España: "Se nos miraba un poco por encima del hombro"

Foto: Las máscara de Dalí en 'La casa de papel'. (Netflix)
Las máscara de Dalí en 'La casa de papel'. (Netflix)

Tras formar parte de grandes éxitos de la ficción española como La casa de papel o El internado, Emilio Díez se encuentra ante su proyecto más 'personal e intransferible'. Entre el nuevo plan de 'El profesor' para atracar el Banco de España y las clases de baile de la nueva generación de Un paso adelante, nacía Soma, un thriller psicológico que bebe de la narrativa televisiva para enganchar en cada capítulo a sus lectores.

Después de que un adolescente mate a sus padres sin motivo aparente, el periodista Antonio Arregui comienza a investigar una serie de suicidios y muertes violentas que guardan relación entre sí. Bajo este intrigante planteamiento, el guionista debuta en el mundo literario con una primera novela con la que promete mantener las dosis de emoción de las series en las que ha participado.

"Tengo muy interiorizado, a través de mi trabajo como guionista en televisión, que necesito no aburrir y llegar al público", reflexiona Emilio en esta entrevista exclusiva con EL CONFI TV sobre las ventajas y desventajas de ponerse al frente de una novela tras más de 20 años trabajando en una pequeña pantalla que ya no menosprecia a las series españolas: "El crítico de televisión parecía que se complacía en criticar las series españolas".

P. Los guionistas no soléis gozar del reconocimiento del público, en cambio, con la salida de tu novela, la historia cambia.

R. Nosotros los guionistas somos, en general, anónimos, casi nunca sale nuestro nombre. Es una reivindicación que estamos haciendo últimamente para que se nos reconozca simplemente lo que nos corresponde. Es verdad que hemos sido un poco ninguneados, a veces no sale nuestro nombre y ni nos invitan a los estrenos.

placeholder Emilio Díez, en la presentación de su novela 'Soma'. (Cedida)
Emilio Díez, en la presentación de su novela 'Soma'. (Cedida)

En el caso de la novela, que tu nombre esté ahí, con toda la responsabilidad que eso conlleva, hace que me sienta muy orgulloso y con muchas ganas de ver cómo los lectores responden, de hablar con ellos y escuchar lo que tengan que decir de Soma. La recepción está siendo bastante buena.

P. ¿Te ha costado adaptarte al ritmo literario de la novela escrita después de estar escribiendo durante años en televisión?

R. Lo he disfrutado. A lo largo de estos más de 20 años que he estado trabajando en televisión, he estado escribiendo en forma literaria, lo que pasa es que han sido como intentos más tímidos o más de escritura para mí. Yo lo he afrontado con muchísimo respeto, porque tengo un gran respeto por los libros literarios. Creo que no basta con solo hacer algo que sea entretenido, creo que hay que intentar ir más allá.

P. ¿Cuánto tiempo llevabas con la idea de Soma en tu cabeza?

R. Siempre había tenido la idea de escribir una novela en mi cabeza. Yo estudié en la escuela de cine, me gustaba muchísimo la literatura y también el cine y la televisión. Profesionalmente, me enfoqué en televisión haciendo muchas series y eso tiene una parte positiva y negativa. La positiva es que trabajas con bastante asiduidad, la negativa es que no tienes tiempo para otras cosas.

placeholder El casting de 'La casa de papel'. (Netflix)
El casting de 'La casa de papel'. (Netflix)

Después de terminar UPA Next, que fue un trabajo de dos años muy duro y muy extenuante, profesionalmente, había llegado también a un momento vital, cercano a los 50, en el que dije ‘este es el momento de desarrollar la historia’. Soma se había ido formando en mi cabeza poco a poco, tomando notas en un cuaderno, y de repente tenía la idea cuajada para desarrollarla.

En ese momento, sabía que necesitaba tomarme unos meses de forma exclusiva a la novela, con cuatro o cinco horas de trabajo diarias, y darme la oportunidad de poder probarme como novelista para ver si era capaz de, primero, terminarla, y después de hacer algo lo suficientemente bueno como para convencer a una editorial para publicarla.

P. ¿En qué innova Soma respecto a otros thrillers?

R. Creo que tiene el elemento original de hablar de un tema que hasta ahora ha sido un tema tabú, que es el tema del suicidio en España. Las tasas de suicidio son cada vez más altas. Hasta ahora ha habido una especie de pacto entre los medios que parecía que era mejor no hablar para no incentivarlo, pero se ha demostrado que es al revés, que hay que hablarlo, que hay que ponerlo sobre la mesa y que hay que ver las causas que hay detrás de esa soledad, de esa situación en la que la gente no ve otra salida.

"Las series se están convirtiendo casi en objetos de consumo de usar y tirar"

Creo que estoy hablando de cosas que están muy en el momento actual, el suicidio, la violencia de adolescentes contra sus padres o por qué los adolescentes pueden explotar, no solo ellos, sino también los adultos. Hablo de la soledad del mundo en el que estamos, de las heridas emocionales, de la falta de vínculos afectivos, pero todo eso lo estoy contando a través de una estructura de thriller en la que creo y espero que cada capítulo te enganche y te lleve a seguir leyendo la novela.

placeholder Emilio Díez, en la presentación de 'Soma'. (Cedida)
Emilio Díez, en la presentación de 'Soma'. (Cedida)

Creo que la ficción tiene que tener un elemento de libertad y de afrontar problemas, incluso situaciones incómodas y temas incómodos. Lo que también creo es que, como autor, tienes que tener una responsabilidad sabiendo que lo que haces no puede hacer daño a los demás o tienes que intentar tratar temas delicados como el suicidio con la sensibilidad y el cuidado que merecen.

En ese sentido, dentro de una trama de thriller, no he querido hacer golpes de efecto ni he querido hacer cosas un poco gore o llevarlo a explosiones de violencia, sino que he intentado llevarlo a un terreno más emocional y hacer más entendible para el lector por qué las personas pueden llegar a esa situación y más si son manipulados.

P. ¿Cómo ves el panorama televisivo-audiovisual en estos momentos en España? ¿Se está apagando el boom de las series de televisión?

R. Yo tengo la sensación de que ha habido una burbuja y que la burbuja se está pinchando. Hace unos años, con el boom, por ejemplo, de La casa de papel, de Élite, parecía de repente que esto era un mercado ilimitado de series… Pero creo que ahora cada vez vemos más cantidad que calidad y que la mayoría de las series no están funcionando. Están siendo casi como objetos de consumo fácil de usar y tirar.

"La televisión en abierto está mas fuerte que nunca. Las series diarias tienen un elemento de acompañamiento"

Creo que en ese sentido también las plataformas están apostando a veces demasiado por el algoritmo para hacer series muy parecidas, cuando en este mundo nadie sabe nada. Es decir, nadie tiene las respuestas y al final, por ejemplo, la serie que más ha funcionado en los últimos meses ha sido Adolescencia, que tiene mucho que ver con Soma, en el sentido de que es un adolescente que tiene un acto de violencia y que es una serie que claramente se sale del algoritmo.

placeholder Captura de pantalla de la serie de Netflix, Adolescencia.
Captura de pantalla de la serie de Netflix, Adolescencia.

Adolescencia es una serie de calidad y que habla de cosas que a la gente le importan, pero que claramente va por libre. En ese sentido, creo que hay que hacer menos series y un poquito más de calidad y sobre todo también un poco no hacer series en fórmula, porque eso al final acaba agotando al espectador.

P. En contraposición, las series diarias en abierto están viviendo un buen momento.

R. Otra cosa que se supone que los gurús de la televisión decían es que la televisión en abierto estaba muerta y finiquitada, que ya no tenía sentido, y hemos visto que está más fuerte que nunca. Las series diarias siguen fidelizando a la gente, tienen un mérito extraordinario y demuestran que al final la gente no ha cambiado tanto el consumo, que por mucho que haya plataformas, a la gente lo que le engancha es una historia bien contada, con elementos sentimentales, emocionales, y luego las series diarias tienen este elemento de la televisión en abierto que no desaparece del todo, que es que la gente se sienta acompañada.

Es como un acto social, casi de comunidad, de pequeña familia, cuando tu madre lo ve con tu padre o tu madre lo ve contigo cuando vas a visitarlos. Y yo creo que ese apego y acompañamiento que tienen las series diarias no ha desaparecido, afortunadamente, y creo que no va a desaparecer.

placeholder La muerte de Jana dejó perplejos a los espectadores de 'La Promesa'. (RTVE)
La muerte de Jana dejó perplejos a los espectadores de 'La Promesa'. (RTVE)

P. ¿Crees que volverá a vivirse otro boom en la ficción nacional como el de La casa de papel?

R. Creo que mientras se sigan empeñando en hacer más de lo mismo, no sucederá. Sucederá cuando alguna plataforma o algún creativo hagan algo que sea distinto, que sea más orgánico, más personal y que eso pueda conectar de esa manera. Los fenómenos extraordinarios son un poco únicos e irrepetibles.

Suceden muy de vez en cuando, pero sobre todo lo que no va a suceder nunca es cuando los intentas repetir una y otra vez. Ahí sí que eso es imposible. Esa veta de carbón ya no va a funcionar, pero sí creo que es posible, aunque es difícil, que alguna serie española vuelva a funcionar a ese nivel.

P. Personalmente, ¿cómo viviste formar parte del fenómeno La casa de papel?

R. Yo entré en las temporadas 3 y 4, que fueron las que ya estaban en Netflix. Las primeras las vi como espectador y se produjo esta sensación paradójica de que en España la serie fue un semifracaso en su primera emisión en Antena 3. Luego cambian las tornas y cuando entro, ya la serie ha sido un fenómeno mundial.

Los que estábamos en guion, que éramos un equipo reducido, teníamos, por un lado, la obligación de hacer el trabajo como se ha hecho siempre, que es cuatro o cinco personas en una sala de guion intentando dar lo mejor de ti mismo, y por otro, intentando abstraernos de esta cosa que no habíamos vivido nunca en la ficción española, de saber que había millones de personas esperando esto en todo el mundo.

placeholder 'La casa de papel', un éxito en Netflix. (Atresmedia)
'La casa de papel', un éxito en Netflix. (Atresmedia)

P. Comparado con Juego de tronos, el final de La casa de papel no fue tan criticado.

R. Con La casa de papel, como con todas las demás series, es que hay como dos patas que sostienen la mesa. Por un lado, la parte creativa, que tiene que ver con hasta qué punto una historia ha llegado a su final natural, y luego hay otra pata de la mesa que tiene que ver con la parte de industria: la parte económica, los números… Es decir, que es muy difícil cerrar antes un éxito como fue Juego de tronos con la que estás haciendo ganar mucho dinero a la productora, a la plataforma y a todo el mundo.

Ahí es difícil conjugar la creatividad y la parte económica y es verdad que hay algunas veces que las series se estiran. De esta manera, parece que Juego de tronos decepcionó muchísimo más que La casa de papel por lo que vi en las redes, porque había gente cabreadísima con el final de la serie.

P. ¿Sentisteis presión por no decepcionar?

R. Al principio yo tuve suerte de que en ese momento no tenía redes sociales. En ese sentido, a mí me ayudó, porque todos los mensajes que veían los compañeros, yo no los veía, con lo cual no los sentía en carne propia. Es verdad que cuando el dinero y el éxito llegan, a veces las cosas son más difíciles de gestionar.

placeholder Río (Miguel Herrán) y Tokyo (Úrsula Corberó) en la tercera temporada de 'La Casa de Papel'. (Netflix)
Río (Miguel Herrán) y Tokyo (Úrsula Corberó) en la tercera temporada de 'La Casa de Papel'. (Netflix)

Lo que pasa es que nosotros, como equipo de guion, hicimos una piña que nos llevábamos muy bien y teníamos mucho sentido del humor, intentando encontrar un poco el disfrute de cada día y abstraernos de lo que había fuera. También nos sorprendió muchísimo que, por primera vez trabajando en una serie española, no teníamos que pensar todo el rato en 'esto no se puede hacer porque es muy caro'. De repente, si las ideas eran buenas y funcionaban para la historia, no había límite más allá de lo razonable en cuanto a tema económico. La verdad es que fue un gran cambio y lo disfrutamos muchísimo.

P. ¿Eres más partidario de expandir los universos de las series o de cerrar las historias?

R. Yo creo que yo estoy más con el modelo inglés: series cortas que duran lo que tienen que durar. Al final, la satisfacción que te deja una serie es que ha terminado cuando tenía que terminar. Ante el final de una serie, la gente creativa que la está haciendo ya sabe que está poniendo punto y final a los elementos principales que esa historia ha planteado y que se está cerrando de forma orgánica, creativa y natural.

"Tenemos que estar muy orgullosos de las series españolas y dejarnos de ciertos complejos absurdos"

Me parece que, al final, si estiras demasiado, creo que acabas devaluando tu propia franquicia y el recuerdo que la gente tiene sobre las series. Recuerdo que las primeras de Star Wars eran míticas y a mí me da la sensación de que ya hay tantas y tantas series del universo Star Wars que, al final, pierden ese elemento de magia y de prestigio casi.

P. ¿Las series españolas suman a la marca España?

R. Totalmente. Llevo 20 años trabajando en esto y he visto un cambio de paradigma completamente respecto a cómo se perciben las series españolas. Siempre han tenido mucho éxito entre el público, pero a nivel de prestigio, o a nivel de medios, parece que antes éramos como los hermanos pobres del cine, parece que se nos miraba un poco por encima del hombro.

El crítico de televisión habitual, no todos afortunadamente, parecía que se complacía en criticar las series españolas, incluso a veces con cierto sarcasmo o crueldad. ¿Y qué ocurre con el fenómeno de La casa de papel, Élite o las series de Bambú (Velvet, Las chicas del cable, La promesa)? Que, de repente, no puedes ignorar que esto es un fenómeno global, que tienes a Stephen King hablando de tu serie y a gente en todas partes del mundo elogiando las series españolas.

placeholder Úrsula Corberó, Belén Cuesta y Jaime Lorente en una imagen de 'La casa de papel'. (Netflix)
Úrsula Corberó, Belén Cuesta y Jaime Lorente en una imagen de 'La casa de papel'. (Netflix)

Estamos llevando a la marca España muy alto porque, al final, esto ha provocado un movimiento a nivel de industria como Netflix instalándose en España. Esto, que tiene un valor incalculable para la imagen del país y en términos económicos, es inseparable del éxito de las ficciones españolas. Y, en ese sentido, tenemos que estar muy orgullosos y dejarnos de ciertos complejos absurdos. Hay series españolas que no están bien y series españolas que son estupendas y que han demostrado que pueden competir con cualquiera.

P. ¿Te has quitado alguna espinita clavada con tu primera novela?

R. Sí, totalmente. Las series siempre son un trabajo colectivo. Al final hay un equipo de guion, luego está el productor ejecutivo, hay directores, gente de producción, la cadena… La novela, para bien o para mal, es un trabajo individual. Estás tú solo, encerrado en una sala, y es muy personal en el sentido de que no hay nadie que te esté diciendo que esto está bien, esto está mal. Tú haces lo que crees que tienes que hacer con la esperanza de que eso que a ti te interesa mucho acabe también interesando a los demás.

Es tu historia y lo que quieres contar, y, en ese sentido, he sido muy libre, teniendo en cuenta también, por supuesto, que tengo muy interiorizado, a través de mi trabajo como guionista, que necesito no aburrir y llegar al público. Para mí, tampoco tiene sentido escribir una novela que no vaya a leer nadie, pues para eso escribo en mi diario y no molesto a nadie.

placeholder Emilio Díez en la presentación de 'Soma'. (Cedida)
Emilio Díez en la presentación de 'Soma'. (Cedida)

P. ¿Tienes en mente una segunda novela o continuación de Soma?

R. Estoy pensando en una segunda novela, pero no sería una continuación. Soma tiene un final semiabierto, es decir, resuelve todos los temas importantes, y aun así deja un final un poco entreabierto, pero mi idea ahora mismo no es retomarla. Sería escribir una segunda novela en la que todavía estoy en fase inicial, pero que ojalá vaya adelante y Soma sea la primera de otras.

P. Tras varios años trabajando en la industria televisiva, ¿es posible el camino hacia una adaptación televisiva?

R. Todo el mundo que la ha leído coincide en que es muy cinematográfica, en el sentido de que se podría hacer una serie cerrada de varios capítulos, y yo creo que sí tiene esos elementos de historia, de personaje visual, con ganchos, giros y con un final potente. Las series lo que te permiten es desarrollar más los personajes o ciertos elementos que a lo mejor en una película de hora y media se quedan fuera, pero es verdad que también podría ser una película.

Tras formar parte de grandes éxitos de la ficción española como La casa de papel o El internado, Emilio Díez se encuentra ante su proyecto más 'personal e intransferible'. Entre el nuevo plan de 'El profesor' para atracar el Banco de España y las clases de baile de la nueva generación de Un paso adelante, nacía Soma, un thriller psicológico que bebe de la narrativa televisiva para enganchar en cada capítulo a sus lectores.

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