Esta actriz se marcha de 'La Promesa', y confiesa cómo se sintió en su primer día de rodaje: "Me tocó empezar a lo bestia"

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Llegó a La Promesa sin esperarse lo que allí se encontraría. El personaje de doña Amalia, la duquesa de Carril, aterrizó el pasado julio en la producción que La 1 de Televisión Española emite entre semana a las 17:30 horas, encarnada por la actriz Rocío Muñoz Cobo. Hoy, la intérprete se ha despedido de los seguidores de la serie, después de una emotiva despedida en la que, finalmente, aceptó que su hija Vera (Ángela Echániz) se quedase como criada en el popular palacete cordobés.

Su llegada fue muy comentada en redes sociales por los llamados "promisers" (seguidores de La Promesa). La duquesa de Carril llegó al palacio de los Luján bajo una falsa invitación de Margarita (Cristina Fernández Pintado), que el lacayo Santos (Manu Imicoz) envió para situar en un aprieto a la doncella Vera. La joven, que llegó a La Promesa mucho antes, se hizo pasar por una lugareña que buscaba trabajo en el servicio, sin que nadie llegase a saber que en realidad era hija de duques.

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Después, llegaron meses de intentos, por parte de la señora, de localizar a su hija entre el servicio del marquesado, y convencerla de que volviese a su hogar. Sus repetidas visitas no pasaron desapercibidas para Cruz, de manera que la noble tuvo que inventarse una excusa para seguir visitando las cocinas de La Promesa. Allí, terminó congeniando, de alguna manera, con Lope (Enrique Fortún) y Candela y Simona (Teresa Quintero y Carmen Flores Sandoval).

"Yo quiero entrar ahí, y jugar"

Ahora, Muñoz-Cobo se ha despedido de la serie, y en una entrevista compartida en la web de TVE, la actriz de Élite y La edad de la ira, contaba a cámara cómo fue llegar a la ficción palaciega creada por Josep Cister Rubio. "Tenía mucha ilusión porque a mí La Promesa me gustaba mucho de antes. Cuando me lo dijeron, ni me lo pensé. Digo: yo quiero entrar ahí y jugar, seguro", comenta muy expresiva la intérprete.

La primera vez que la duquesa de Carril vio a Vera, vestida de criada, se excusó ante las nobles señoras que le acompañaban, y se dirigió hasta su encuentro, para darle un memorable bofetón en la cara a su hija. "Esa escena para mí fue el terror, porque fue mi primera escena", relata la actriz.

"Tú entras en una serie que ya funciona como un reloj, y no puedes entrar a ser un escollo", ha explicado Muñoz-Cobo, describiendo su primera secuencia como una presentación del personaje lleno de emoción e intención: "entras a ver a tu hija muerta, a reconocerla, a verla en un sitio que odias, a darle un guantazo a la actriz (que este es otro tema) y luego a hablar con tu hija con toda la pasión y todo lo que surja. Yo decía: "Menudo bautismo".

"Me tocó empezar a lo bestia", opina la madrileña, quien en la entrevista compara su entrada en la serie con la de otros personajes que se presentan por sí solos, y no tienen un momento tan emocionante hasta pasada la semana o el mes. "Nos parecemos mucho en que somos muy pasionales y emocionales. […] Ella es un poco más inflexible que yo", establece también la actriz, sobre las semejanzas entre ella y su personaje.

​Posible regreso a la serie

Antes de despedirse, Muñoz-Cobo ha querido dejar constancia de lo complicado que era el conflicto principal de la duquesa de Carril: "Para una señora de esta clase, asumir que su hija es una criada, es una pérdida de todo: de privilegios, de rango. Ella sabe que su hija está en un sitio horrible", explica sobre la diferencia de clases de la época, en la que ser una doncella significaba no disponer de casi ningún derecho social.

Sobre si la duquesa de Carril regresará a La Promesa, la propia actriz admite que ni ella lo sabe: "No estoy muerta, y aunque estuviera muerta puedo aparecerme en forma de espíritu", bromea ante la entrevistadora. No sería la primera vez que un personaje de la serie regresa después de un tiempo, aunque la ficción, actualmente, se encuentra en un momento de cambio de personajes, pues los que se marchan están siendo sustituidos por nuevos rostros.