Malcolm Treviño-Sitté, protagonista de 'Detective Touré': "Cuando me dan un personaje afro, intento dignificarlo"

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Que se echen a un lado Sherlock Holmes y Poirot, porque un nuevo detective ha llegado a la ciudad. Eso sí, ha llegado sin papeles y con una mano delante y otra detrás. Detective Touré es la nueva apuesta en materia de serie de ficción de La 1 de Televisión Española, en colaboración con EITB, Radio Televisión Pública Vasca, en cuya plataforma de streaming la producción de David Pérez Sañudo y Carlos Vila Sexto se ha emitido ya en euskera. Su reciente paso por el South International Series Festival de Cádiz ha generado el aplauso sobre las vicisitudes de un inmigrante en el barrio marginal de San Francisco, en Bilbao, quien sin comerlo ni beberlo, se ve implicado en varias investigaciones criminales.

El actor Malcolm Treviño-Sitté interpreta al vital y carismático Mahamoud Touré, un detective atípico que conquista al barrio con su sentido del humor, su astucia y su magnetismo para atraer los problemas. El personaje está basado en las novelas del escritor Jon Arretxe, y en palabras de Treviño-Sitté, se trata de un padre de familia menos oscuro que el del texto original, al que el actor le ha aportado su personal experiencia con el gesto y la comicidad visual.

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El intérprete, visto en otras series como Chiringuito de Pepe o la más reciente Romancero, lleva más de veinte años combinando televisión con cine y tablas de teatro. En la última gala de los premios Goya, apareció junto a Toni Acosta deliberando un premio, momento que aprovechó para solicitar más diversidad racial en el cine español. De referentes negros en la actuación, detectives y líos en la calle ha podido hablar EL CONFI TV con el protagonista de Detective Touré, cuya fecha de estreno en televisión todavía queda pendiente.

PREGUNTA. Llevas prácticamente dos décadas en esta profesión de actor. ¿Ha llegado en buen momento el papel protagonista en una serie?

RESPUESTA. No sabría decirte si habría estado preparado hace veinte años, o hace quince, o hace diez. Si hubiera pasado hace diez años me parecería un buen momento, y si fuese dentro de veinte, también. Cuando llega, llega, y siempre es un buen momento, y ahora me ha tocado llevarlo a cabo.

P. ¿Siempre quisiste interpretar a un detective?

R. Nunca lo imaginé. Soy muy fan de Eddie Murphy, y Superdetective en Hollywood es mi referente. De repente es un sueño que se ha hecho realidad. Para ser honestos, jamás pensé en protagonizar una serie. Yo decía: "tengo 42 años, a lo mejor ya no me da tiempo, ¿no?" Sobre todo porque llevo veintitantos años peleándome por ciertas oportunidades. De repente ha pasado, y toda mi vida me hubiera encantado trabajar así, un personaje tan completo como un detective.

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P. Y qué orgullo que haya llegado finalmente.

R. Sin duda. Qué orgullo, qué honor, qué necesidad, qué todo. Ahora tenemos Instagram y tal, pero yo tenía un composite hace veintitantos años: íbamos con unas carátulas, con una foto principal y cuatro detrás, con tu nombre y ya está. Mis colegas me han visto patearme Madrid entero de agencia en agencia, llamando, buscando, llamando a puertas. En el teatro he estado muchos años, y he estado encantado. Mis colegas me recuerdan: "Oye, tío, te lo mereces porque llevas veintitantos años luchando, te hemos visto sufrir". Y yo ese sufrimiento nunca lo veía. Yo solo hacía mi camino.

P. ¿Siempre ha sido Eddie Murphy tu referente?

R. Admiro mucho también a Mario Moreno (Cantinflas), a Charles Chaplin, a Jim Carrey… Son en los que se fija uno por su habilidad para hacer reír a los demás.

Tengo otra lucha interna que tiene que ver con los referentes. Cuando yo era pequeño, buscar un referente cultural tenía que ver El príncipe de Bel-Air o a Steve Urkel. De repente creces y quieres más referentes. Y para mí Eddie Murphy siempre va a ser un referente, porque ha abierto muchos caminos.

P. Touré tiene un punto cómico, pero la serie también guarda un tono más oscuro, de thriller. ¿Te encuentras cómodo en la comedia, o le sacas mayor partido a papeles más comedidos?

R. Yo soy muy cómico visual. Soy de poner caretos, miradas, ojos... Pero con esto tenía que tener mucho cuidado. Me leí antes los libros que los guiones, y el personaje de los libros es bastante más oscuro. Esteban [Crespo, uno de los directores de la serie] me decía que era un actor muy profundo, lo llevo todo al drama. Para mí es más fácil. Tengo esta falsa sensación del actor que tiene que ver con que si estoy en lo dramático, es que lo estoy haciendo bien. Es un poco triste.

P. Tu personaje en Detective Touré conoce mejor el barrio que muchos de los nativos de allí. ¿Crees que este hecho se basa en una paradoja real, en la que el inmigrante acostumbra a experimentar la calle de otra manera que los locales no lo hacen?

R. Es una cosa que venía ya con el personaje: es un buscavidas. Y cuando lo eres, no te puedes quedar en casa, tienes que estar en la calle y observar, escuchar, palpitar con la calle. El tipo lo que pretende es enviar algo de pasta a su familia, pero a su manera. Y él se niega a delinquir. Y aunque lo haga, se le puede perdonar. Cuando eres un superviviente, la calle es tu casa.

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P. También le meten en algún que otro embrollo sin él buscarlo.

R. La calle tiene esta vida que parece que es la casa de todos, y a la vez parece que no nos conocemos de nada. Un tío como Touré, que es arriesgado e inteligente, cuando se mete en líos siempre va a ser por un motivo más accidental que consciente. Porque es un poco patoso también. No llega a Steve Urkel, pero es muy ingenuo. Se cree mucho lo que le dice alguna gente, hasta que se va dando de bruces con la vida y eso le va haciendo más duro.

P. ¿Te encuentras cómodo con el titular del "primer protagonista negro en una serie de TV"?

R. Es contradictorio, no me gusta destacar mi raza para mi trabajo. Me encantaría que los medios se centrasen en la calidad de la serie, pero bueno, siempre ha habido las primeras mujeres, el primer asiático… El título lo llevo, pero se vende mejor el producto cuando no se habla de etiquetas. Me fascina reivindicarme a través de mi trabajo: he hecho mucho teatro antirracista, y cuando me dan un personaje afro, intento dignificarlo.

Antes de salir el otro día en los Goya no lo tenía ni pensado, pero le pregunté a Toni Acosta si le importaba que dijese esto, porque llevo veinte años diciendo que estamos aquí, y que abrimos mercado. Cuanta más gente haya implicada con lo que ve en la tele, más va a consumir. Tenía delante al presidente del gobierno, al ministro de cultura, a Sigourney Weaver, Pau Gasol, todos los directores y directoras del panorama nacional. No era una queja al uso, sino una llamada a la acción porque estamos aquí, pero parece que no se quiere hacer nada.

P. También hay un gran componente vasco en el elenco. ¿Cómo ha sido trabajar con Itsaso Arana, Itziar Ituño, Unax Ugalde, Urko Olazabal, Ane Gabarain, y muchos otros?

R. Hay un momento en la película Ghost, cuando se va el personaje de Patrick Swayze, y le dice a Molly: "No sabes cuánto amor me llevo". Eso resume lo que yo sentí en Bilbao en este caso. Me arroparon muchísimo, me protegieron y me ayudaron mucho. Tanto a Violeta Salama como a Esteban Crespo les dije: "llevadme de la mano", porque sentía que llevaba una gran responsabilidad en la espalda. Y, sin embargo, me encontré con un reparto que no hizo falta decirles nada. Ya me cogían de la mano. He estado rodeado de gente maravillosa.

P. ¿Qué aprendizaje te llevas tú de este proyecto?

R. Que se suma mucho más cuando se hacen las cosas desde la honestidad, la admiración, el respeto, pero sobre todo con el apoyo de compañeros y compañeras. Hemos hecho un trabajo ejemplar, cada capítulo se supera, están estupendas y estupendos, y es una maravilla haber coincidido con ellos.