Manuela Velasco, sobre 'Valle Salvaje': "Veo la posibilidad de sobrevivir como actriz, habiendo abandonado la juventud"

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Cuando Josep Cister Rubio, creador de la serie La Promesa, cuenta a sus actores cómo se van a desarrollar sus series, él mismo se pone en la piel del personaje, a modo de "teatrillo", para dar indicaciones. Como si identidad real y personaje fuesen indivisibles, algo de ello le ha quedado también a la actriz Manuela Velasco. La inolvidable Ángela de la saga [REC], o la odiada Cristina Otegui de Velvet, cuenta en exclusiva para EL CONFI TV cómo es vivir dentro del corsé de la duquesa Pilara, una madre coraje que pasará a coprotagonizar el nuevo relato de Valle Salvaje, que se estrena esta noche a las 22:50 horas en La 1 de Televisión Española, y después seguirá emitiéndose de lunes a viernes a las 18:30 horas.

Por sus palabras, parece que Pilara en persona narrase las desavenencias y el gran sentido de vivir de una noble atrapada por su vida en un palacio y en un matrimonio que no siempre entiende. Valle Salvaje, además, contará la historia de Adriana (Rocío Suárez de Puga), una joven que debe trasladarse de la villa de Madrid al norte del país, para ejercer el compromiso de su padre por un matrimonio de conveniencia. En el ducado, encontrará realmente al amor de su vida, y lidiará con los peligros que conllevan investigar quién mató a su padre.

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Después de su paso por Amar es para siempre, Velasco regresa a una serie diaria que no se parece en nada a cualquier otra ficción en la que hubiese trabajado antes. EL melodrama será pionero a la hora de pasar a emitirse casi simultáneamente en la televisión pública como en la plataforma Netflix, para países de habla hispana, pero también en el hecho de recrear una segunda mitad del siglo XVIII, día tras día, en un look más propio de una producción de prime time. De su personaje, sus impresiones al pisar los enormes platós, y su inspiración para dar vida a Pilara, nos habla la veterana actriz madrileña.

PREGUNTA. ¿En qué se diferencia Valle Salvaje de otras series en las que has trabajado?

RESPUESTA. Yo creo que se diferencia en tres cosas fundamentales. Una, en la época. Cuando me propusieron hacer la serie pregunté me dijeron que se ambientaba en la época de Carlos III, y dije "Es imposible". No se puede hacer una serie diaria de esa época porque conlleva un trabajo de peluquería de vestuario, un cuidado por los detalles increíble. Pero si hay una productora que puede hacerlo es Bambú, entonces imagínate lo que han hecho.

Otra cosa es la factura. Es la tercera serie que hago con ellos, y he trabajado en decorados brutales, como Velvet o Traición. Cuando llegué al decorado de Valle Salvaje no podía parar de gritar y de quedarme con la boca abierta. Y cuando empiezas a habitar el decorado, empiezas a entender que todo es de verdad, y nada es de cartón piedra. Y ya no te cuento los decorados exteriores naturales y el tipo de secuencias que se plantean allí. El lugar en sí [La Pinilla, Segovia] es de carne de gallina, pero cuando vi lo que han construido, dije "Os habéis pasado el juego. Esto ya no es Valle Salvaje, esto es más allá de las Highlands".

"Pilara tiene la espada de Damocles, de que puede morir en cualquier momento"

Y otra cosa más, es que cuando leía los guiones me preguntaba si se atreverían con ello, porque hay una complejidad de tramas que no es lo típico de lo que esperas de una serie diaria de tardes. Se mete en algunos asuntos que son valientes, arriesgados, novedosos, que creo que van a atraer a un tipo de público que normalmente no ve este formato. Estos días la hemos definido un poco como pasión, traición, amor, venganza, pero también ha habido algo que he oído decir a compañeros, que es muy extrema y muy salvaje.

P. Cuéntanos un poco sobre tu personaje, Pilara.

R. Es como si fuera el pilar de la familia. Soy duquesa, y no hemos podido vivir en la corte porque tengo una dolencia, y el médico me dijo que tenía que irme a vivir a otro clima, con otros aires. Somos felices hasta que todo empieza a torcerse, porque nuestros hijos ya están en edad de casarse, algo importantísimo en la época. Mi marido decide, sin contar conmigo, que le va a casar con una muchacha que no tiene oficio ni beneficio, y una familia de reputación muy dudosa porque su padre es prestamista. Se la trae a Valle Salvaje sin ningún tipo de explicación ni de razón. Mi personaje empieza a luchar porque ese matrimonio no suceda. O por lo menos, por entender qué está pasando para que tengamos que casar a nuestro hijo tan mal. Y como estas explicaciones no llegan, en el afán de Pilara de mantener a la familia protegida y unida, empiezo a investigar por qué mi marido está empeñado en que se celebre ese matrimonio.

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Además, el padre tiene predilección por Julio [Nacho Olaizola], el hijo mayor, y, sin embargo, trata mal a Rafael [Marco Pernas], el segundo. Entonces, la madre protege más al segundo, e intenta que el padre le incluya. Hay algo clave en preservar a la familia, porque Pilara desde muy jovencita tiene la espada de Damocles, de que puede morir en cualquier momento, y le preocupa mucho qué va a pasar si algún día falta ella. En esta obsesión, también Pilara ha secuestrado la vida de su hermana Mercedes [Miren Arrieta] para convertirla en una mini Pilara, por si algún día falta. Mi personaje también tiene sus oscuridades.

P. Sí, Josep Cister sabe crear villanos muy interesantes, porque son como poliedros: tienen también esos rasgos de luz que les otorga humanidad. ¿Te atrae este tipo de personajes?

R. Me atraen muchísimo. En Velvet fui la villana, un personaje muy odiado, y yo me tiré cuatro años defendiendo que ella no era mala, porque no lo era. Simplemente, era una mujer a la que le habían hecho mucho daño, y que la habían tratado muy injustamente, y ella luchaba por ser feliz o por ser querida. En Valle Salvaje hay una villana extraordinaria, que es Victoria [Sabela Arán], mi antagonista. Es un personaje riquísimo, porque ella lo que tiene es un profundo dolor y una necesidad de amor y de ser reconocida. No tiene ni estatus, y, sin embargo, es una mujer muy válida y se lo merecería. Eso le hace odiar y envidiar. En aquella época no podíamos ir a terapia para arreglar nuestros traumitas.

"Si Pilara pudiera, metería a Adriana en el carruaje de vuelta"

P. Sabiendo que Adriana no quiere este matrimonio, porque conocerá en palacio al amor de su vida, ¿podría haber una alianza entre ella y Pilara?

R. De entrada, siendo la mujer más educada del mundo, me paso por encima de eso, y no salgo ni a recibirla. Porque estoy tan en contra de este matrimonio, que no salgo ni a darle la bienvenida, que eso es una barbaridad para la época. De entrada, si Pilara pudiera la metería en el carruaje de vuelta. Pero hay algo que le va gustando de Adriana y la acaba acercando ella, que es que va descubriendo una mujer honesta, fuerte y sincera.

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P. ¿De qué manera te ha retado este personaje como actriz?

R. Para mí es una alegría que me hayan dado la oportunidad de pasar a interpretar a una mujer adulta. Ya tengo otro rol, dentro de la trama, de la familia y de las relaciones personales, y eso para una mujer actriz que va cumpliendo años, es muy agradecido. Un poco como Pilara, viniéndose a vivir a Valle Salvaje por el aire, yo voy viendo la posibilidad de sobrevivir en el oficio, habiendo abandonado la juventud, que eso es complicado para las mujeres en la industria.

Lo que sí me daba mucha risa al principio era ser madre de chicos tan mayores. Pero es que, por época, totalmente cuadraba. Y luego el reto también es hacer esta época y esta clase social, porque supone controlar la expresividad muchísimo. Hay algo que el corsé te da: la educación, la contención, la escasa expresividad del cuerpo. Expresar el cariño con una mirada solo, o con una inclinación de cabeza. Esas cosas del protocolo han sido complicadas, y muy divertidas de trabajar, como el hecho de que todo el mundo, cada vez que entra, sale o me ve, haga una reverencia.

P. ¿Qué te ha servido de inspiración para trabajar en tu personaje?

Hemos tenido tantos ensayos que hemos podido construir el personaje y las relaciones desde nuestras propias relaciones personales entre el reparto. Al final, en Valle Salvaje, yo soy duquesa, pero estoy en mi casa siempre. Por el comportamiento y por darme el placer de verlas a ellas en la intimidad, recurrí a la película La favorita [Yorgos Lanthimos, 2018]. Es una época similar, en la que también, estando en casa, se permiten salir del protocolo a veces.