Jaime, al borde de la muerte en 'Sueños de libertad', avisa a Jesús de lo más terrorífico

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Lamentablemente, uno de los personajes más queridos de la serie Sueños de libertad camina ya sus últimas horas en la ficción que Antena 3 emite entre semana a las 15:45 horas. El doctor Berenguer, marido de Marta de la Reina, ha podido basar su carrera en curar vidas, excepto la suya. El tumor que Jaime sufre no parece disminuir, y su visión sobre la cada vez más cercana muerte le ha hecho perder todo tipo de tapujos a la hora de hablar.

El capítulo de este viernes del melodrama protagonizado por Natalia Sánchez, Alain Hernández y Dani Tatay, ha comenzado en el escondite que Begoña buscó para reunirse con Andrés, y así investigar dónde podría estar escondido el cadáver de Valentín. El ingeniero ha propuesto ponerse en los zapatos de su hermano, y reflexionar sobre el lugar más lógico donde podría haber emplazado el cuerpo: tenía que ser un camino remoto, pero de fácil acceso. ¿Podría ser la finca de Los Olmos?

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No obstante, Andrés ha acudido al terreno para preguntar si algún guardia vio algo raro, y no ha conseguido respuestas concluyentes. Begoña ha propuesto hablar con Isidro, pues quizás sabía algo, pero el cuñado le ha pedido no llamar la atención de nadie, para que no sospechasen.

Mientras tanto, en la casa grande, Damián le ha reprochado a Jesús que la familia se estuviese desmoronando, y gran parte de la culpa era suya. El hijo ha intentado defender que todo lo hacía no era por odio, sino por el bien de la empresa, y ha criticado al marido de su hermana Marta como un "pusilánime". Damián le ha reprendido de nuevo por hablar así de un moribundo, que de estar en plenas facultades, se hubiera vengado de lo que le había hecho a su esposa.

Jaime ha intentado levantarse de la silla, pero se ha caído al suelo enseguida

Ha sido entonces cuando Jesús se ha acordado del momento en el que Jaime le tiró al suelo la copa de whisky. ¿La había envenenado el doctor? Damián ha proyectado que Jesús se iba a encontrar muy solo. "¿No lo estoy ya?", ha preguntado el empresario.

Última crisis de Jaime

El doctor Berenguer ha recibido una llamada del doctor García: el médico está tramando alguna documentación en nombre de Luz. ¿Le estaría consiguiendo un diploma falsificado? En ese momento, la doctora Borrell ha entrado con melancolía en el dispensario, sabiendo que aquello sería una despedida antes de que su compañero se marchase a Barcelona. El doctor ha explicado lo duro que le resultaba despedirse de Luz. Ambos se han dedicado palabras de cariño, y la médico también ha acabado con lágrimas en los ojos.

Pero el emotivo momento se ha interrumpido cuando la cefalea de Jaime ha comenzado a hacer de las suyas. El enfermo ha intentado levantarse de la silla, pero se ha caído al suelo enseguida. Luz ha intentado socorrerle, y ha llamado a una ambulancia por teléfono: "Es cuestión de vida o muerte".

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La ambulancia ha llevado a Jaime a la casa grande, pese a la opinión de Damián de que debería estar en un hospital. "Aquí al menos estará rodeado de cariño", ha comentado el fundador de la empresa, cuando Luz ha respondido que Jaime no querría pasar sus últimos días haciéndose pruebas. Damián ha intentado acariciar a Marta en señal de consuelo, pero esta le ha retirado la cara.

A solas con Damián, María ha aprovechado para pedirle a su suegro una actualización sobre la merienda que organizó para el cliente potencial, Miranda. El empresario ha indicado que llamaría a Jesús para cerrar el trato comercial, y María ha protestado: ¿por qué Jesús, y no Andrés, tenía que sacar rédito de su esfuerzo? Damián ha dado a entender que a su hijo pequeño le podía el "temperamento poético". "Ser tan visceral le penaliza", ha pensado Damián de Andrés, por lo que le ha propuesto a María que condujese a su marido a su parte menos emocional, y más fría de los negocios, "¿me ayudarás?".

Jesús se despide de Jaime

En el dormitorio de Jaime, Luz avisaba a Marta de que aquello había sido solo el comienzo, y que les esperaban días duros. Jaime ha despertado del desmayo y se ha disculpado por haber estropeado el viaje a Barcelona. Cuando Luz le ha revisado la vista, ha caído en la cuenta de que Jaime ya no estaba viendo: "Tiene el nervio óptico afectado". Esto ha provocado las lágrimas de Marta, que ha intentado ocultar cuando Jaime le ha pedido que no llorase.

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Un rato después, Jesús ha accedido al dormitorio, donde Jaime descansaba a solas. El empresario ha lamentado lo que le estaba pasando, pero el doctor le ha preguntado qué hacía allí, si ya no tenía nada que sacarle de provecho. Jesús ha querido salir de dudas, y le ha preguntado qué había en aquella copa de whisky que le tiró de una manotada. El enfermo ha confesado que también tenía unas gotitas de arsénico, y le ha pedido a su chantajista que, si venía a acabar con él, lo hiciese ya: "No te tengo miedo".

Jesús ha mirado de reojo uno de los cojines de la cama, y ha pensado en lo fácil que sería ahogar al médico. Pero el perverso De la Reina ha dicho que estaba en deuda con él por "salvarle la vida", así que estaban en paz. Esto no ha amilanado a Jaime para avisarle a su cuñado de algo muy importante: él no había sido capaz de matarle, pero alguien vendría que fuese capaz de llegar hasta el final.

"Ahora eres consciente de que en este momento podrías estar muerto", ha intuido Jaime, "ya nunca podrás enterrar el temor de que alguien te haga pagar". Como despedida, Jaime ha anunciado que no era el único que pensaba que aquel sería un lugar mejor si Jesús no estuviese en él. Con una mirada de odio, Jesús se ha acercado al cuerpo moribundo, y le ha dicho: "Adiós, Jaime". ¿Fallecerá finalmente Jaime? ¿Quién será esa persona que se atreva a quitar a Jesús de en medio?