La sádica alianza de Jesús que no se había visto venir en 'Sueños de libertad': ¿qué ha querido decir esa escena?

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El personaje de Begoña no ha tardado nada en jugar la única carta posible para actuar contra Jesús en la serie Sueños de libertad. La enfermera protagonista llegó a escuchar una conversación secreta, entre su marido e Isabel, sobre la traba que el empresario le había puesto a los Merino para que no pudiesen montar su balneario. En el capítulo de este viernes, emitido a las 15:45 horas, Begoña ha aireado el secreto, lo que ha desatado la guerra definitiva entre Jesús y sus primos.

El episodio del melodrama, interpretado por Natalia Sánchez, Alain Hernández y Dani Tatay, ha comenzado cuando Begoña le ha confiado la información a Digna. El ama de llaves ha disimulado al comienzo que no sabía de qué le hablaba, pero cuando Begoña ha mencionado que había sido Jesús quien había comprado las tierras termales a las que Gervasio les había echado el ojo, ha reconocido que los Merino pensaban establecer una empresa por su cuenta.

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Digna le ha preguntado a Begoña por qué le contaba aquello, y la esposa del empresario le ha explicado que había puesto a Julia en su contra y le iba a alejar de ella para hacerle daño. "A ti y a mí", ha respondido la abuela. "Alguien tiene que pararle los pies a Jesús", ha sopesado Begoña, "creo que solo puedes hacerlo tú". Begoña le ha pedido a Digna que no dijese quién le había facilitado aquella información.

Digna ha pedido a Joaquín y Luis que mantuviesen la calma cuando les ha contado quién había comprado verdaderamente las tierras. Eso no ha evitado que el perfumista gritase "Hijo de perra". La madre ha dicho que había sido ella misma quien había escuchado a Jesús hablando con Isabel. Los dos hermanos han querido dirigirse corriendo a encararse con su primo, pero Digna les ha rogado que se mantuviesen estoicos: "Hay que hablarlo con calma o no conseguiremos nada".

Cambio de planes para Isidro

Mientras tanto, Damián le ha enseñado a Isidro las comprometedoras fotografías de Marta y Fina. El fundador de la perfumería le ha contado a su amigo que su hija Fina había decidido dimitir de la empresa. Damián le ha pedido al chófer que tenía que convencer a Fina para que aceptase el puesto en Barcelona, pues ello evitaría que sus hijas acabasen arrestadas. Isidro ha preguntado si acaso los contactos de Damián no podrían salvarlas de ello, pero el patriarca ha explicado que podría contestar por Marta, pero no por una desconocida Fina.

"No es por separarlas, lo que quiero es salvarlas", ha alegado el patriarca. Isidro ha preguntado quién querría hacerle daño a ellas, y Damián ha dejado caer que había sido Jesús, y que sufría viendo cómo sus hijos se hacían daño entre ellos. "Ayúdame, Isidro", ha pedido Damián, "convence a Fina".

Fina no podía dejar a Isidro allí solo, por si le volvía a fallar el corazón

Isidro se ha reunido con Fina en el bar, y le ha dicho que sabía que no se iba a ir a Barcelona. La hija le ha contado que no podía dejarlo allí solo, por si le volvía a fallar el corazón. Pero la dependienta ha detectado que a su padre le preocupaba otra cosa. Él le ha dicho que Damián es un padre preocupado por su hija, igual que él. Fina le ha contestado que ella no le tenía miedo a nadie. Viendo que la hija no daba su brazo a torcer, a Isidro se le ha ocurrido irse con ella a Barcelona: "Es una buena oportunidad, y sobre todo, estarás a salvo". También le ha pedido que lo hiciese por el bien de Marta.

La confesión de Jaime

Begoña ha regresado al dispensario para reincorporarse en sus funciones, algo que ha alegrado a Luz. La chica ha explicado que no le quedaba otra que seguirle el juego a Jesús, y la doctora le ha reprochado que se hubiese rendido. Begoña ha pensado que haría lo que fuese, incluso caer en la sumisión, antes que perder a Julia.

Después, Jesús ha acudido a verla en su puesto de trabajo, para pedirle que asistiese a la comida con Miranda, un potencial cliente. Pero Begoña se ha negado a acudir a la cita. El marido le ha preguntado si así era como quería evitar que Julia fuese al internado, y ella ha respondido que a partir de ahora no iba a caer en sus sucios juegos. La batalla estaba servida: Jesús ha ironizado con que aquello sería divertido, a lo que Begoña le ha respondido que no había hecho más que empezar.

Luis y Joaquín han aparecido en casa de los De la Reina, para pedirles explicaciones

Horas después, Luz ha sorprendido a Jaime interesándose por el estado de salud de Begoña. A solas con él, le ha reprendido al doctor Berenguer con haber falseado el análisis de sangre de su amiga, y Jaime ha explicado que Jesús le tenía coaccionado. Al sanitario le ha dado miedo que su cuñado fuese capaz de denunciar a Marta, y ha expresado que el mundo estaría mejor sin Jesús.

Una joven prometedora

La comida con Miranda, organizada por María, ha sido un éxito, a pesar de que Andrés se haya retirado antes de tiempo porque no soportaba la idea de estar de celebración cuando Julia se marcharía en unos días. Su abandono de la cita ha decepcionado a María. Cuando Miranda se ha marchado, Jesús ha felicitado a su cuñada por su labor, y le ha proyectado que, cuando empezasen a colaborar con el magnate, parte del mérito sería suyo.

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Eso es lo único que le ha arrancado una sonrisa a la esposa de Andrés, y Jesús le ha tocado la barbilla y ha opinado que así estaba mucho mejor. Antes de marcharse, María ha comentado, como si fuese ironía, que se alegraba de que Begoña estuviese mejor, y le ha pedido a Jesús que cuidase de ella. ¿Qué ha querido decir esta secuencia? ¿Surgirá una alianza entre Jesús y María? ¿Podrían surgir otros sentimientos, como la atracción romántica?

Acto seguido, Luis y Joaquín han aparecido en casa de los De la Reina, para pedirles explicaciones. Luis ha preguntado si Jesús actuó solo en la compra de tierras, o lo hizo en nombre de toda la familia. Andrés y Marta, que desconocían de qué hablaban los primos, han preguntado a Jesús si aquello era cierto. Damián ha pedido que le pusieran en antecedentes, y los Merino han explicado todo sobre el balneario que Gervasio quería levantar.

"Mira qué buena compra he hecho", ha ironizado Jesús, buscando la complicidad de su padre. Luis se ha abalanzado sobre él, pero sus primos han evitado que le agrediese. Marta le ha pedido a Jesús que les compensase de alguna manera, y el perverso hermano ha declarado que podría venderles las tierras. Pero ahora que sabía lo ricas que eran, el precio no sería el mismo. Ha sido Joaquín quien esta vez ha agarrado a Jesús de las solapas de su americana: "¿Te estás riendo de nosotros?". El capataz ha amenazado a su primo con que lo pagaría, y Jesús se ha burlado de ellos: "Temblando estoy". ¿Se vengarán los Merino de Jesús? ¿Comprarán finalmente las tierras de Palencia?