Jana tiene una idea para salvar a Pía en 'La Promesa', pero podría costarle la vida

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La guerra está servida en La Promesa, con el incipiente enfrentamiento entre los personajes de Cruz, la marquesa de Luján, y su amiga (o enemiga), María Antonia. La matriarca de la noble familia esperaba que su invitada se marchase del palacio de una vez por todas, después de que se lo llegase a pedir hasta en dos ocasiones diferentes. Pero en el capítulo de este miércoles, que La 1 de Televisión Española ha emitido a las 17:30 horas, la inquilina ha demostrado tener otros planes con los que salvaguardar su honor.

Si recordamos, hace tan solo unos episodios del melodrama, protagonizado por Eva Martín, Ana Garcés y Arturo García Sancho, que llegó a oídos de Cruz el rumor de que María Antonia y Alonso habían tenido un encuentro romántico. Esto llevó a la marquesa a asegurarse de que nada pasaría entre ellos, si María Antonia se marchaba de allí. Pero la invitada se ha agarrado al palacete cordobés como una garrapata, y ha puesto a Lorenzo a su favor para garantizar su estancia y conseguir su propósito de terminar seduciendo al marqués.

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En el capítulo de este miércoles, María Antonia ha adulado frente a Cruz las bondades humanas de Alonso, y lo ha definido como un buen hombre de principios firmes. La marquesa ha recordado cómo Lorenzo le prevenía de la relación de su amiga y el marqués, y le ha repetido a María Antonia si ya estaba recogiendo sus cosas para marcharse del palacio. La señora ha bromeado con las prisas que tenía su anfitriona de que se marchase, pero pronto le ha quedado claro que la pregunta iba muy en serio.

Después, la noble ha querido hablar con Lorenzo, y ha cerrado la puerta de la sala de estar tras ellos. María Antonia ha sospechado sobre la repentina insistencia de Cruz en que se marchase, y le daba la sensación de que tenía certezas sobre su beso con Alonso. Ello solo podía significar que De la Mata se había ido de la lengua, por mucho que el capitán lo negase. María Antonia se ha mostrado alicaída ante el militar, y ha anunciado que tendría que marcharse cuanto antes. Esto ha parecido destrozar a Lorenzo, quien parece tener algún tipo de interés romántico por ella. ¿Impedirá él que se vaya?

Margarita se enfrenta a Ayala

Además, Alonso y Curro han intentado que Ayala no se llevase a Martina al convento, justo cuando unas religiosas han acudido a buscarla. Antes de que la situación se agravase, Martina les ha pedido que cediesen en su propósito, pero Margarita ha salido inesperadamente al rescate, con un "Basta ya". "Si te llevas a mi hija, te juro que no me casaré contigo jamás", ha alertado por fin la cuñada de Cruz.

La humillante escena para el conde no ha pasado desapercibida para Petra, quien ha observado de cerca cómo Ayala daba su brazo a torcer, y permitía que Martina se quedase en La Promesa. Sumida en lágrimas y emocionada, Martina ha agradecido el gesto a su madre, a su tío y a Curro. También Cruz ha celebrado que Martina no se marchase, pero Martina le ha planteado a su tía la fatal posibilidad de que la persona que depositó el frasco de cicuta en su habitación pudiese volver a hacerle daño a ella, o a la marquesa.

Margarita, a Ayala: "Si te llevas a mi hija, te juro que no me casaré contigo jamás"

Margarita ha acudido a darle las gracias a Ayala, y le ha recordado que nunca se lo hubiera perdonado si hubiese llegado a ingresar a su hija. "Cuando vi en tus ojos que te podía perder de verdad, supe que era un precio demasiado alto", ha alegado el conde, quien ha pensado que no podría castigar a Martina toda la vida. Ignacio ha intentado acercarse un poco a su amada, pero Margarita ha reaccionado rápido, alejándose. ¿Es este el comienzo de su desenamoramiento?

¿Qué pasará con Adolfito?

En otro orden, Josefa ha llegado a las cocinas de La Promesa para contarle a Virtudes que les habían desahuciado, y se marchaban a vivir a su pueblo. Por este motivo, le habían pedido dinero por la custodia de Adolfito, pero ahora que ya no podrían hacerse cargo de él, habían decidido devolvérselo. El problema es que el niño no podría habitar en palacio, y Simona le ha pedido unos días de margen a la suegra de su hija, para hacerse cargo de su nieto. ¿Cómo se las apañarán para recuperar a Adolfito sin que Virtudes pierda el trabajo? ¿Lo esconderán en las habitaciones del servicio como hicieron con el hijo de Pía en su momento?

Quien tampoco podía regresar a La Promesa es Pelayo, quien ha justificado a Catalina sus pocas ganas de aguantar a Cruz o a Lorenzo, quien se quedó con su empresa de mermeladas. "Lo siento, pero no quiero volver a ese lugar", ha alegado el conde. Catalina le ha preguntado qué sentía por ella, y él no se ha llegado a decantar entre el amor y el rencor por todo lo que había pasado. Sin embargo, Pelayo ha reconocido que estaba feliz de que Catalina hubiese vuelto, y le ha invitado a quedarse con él.

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No obstante, Catalina no tenía claro que aquel fuese su sitio. Su idea era llevarse al conde consigo, y no al revés. Pelayo le ha preguntado, esta vez, qué sentía ella por él, pues el hecho de que ella necesitase aclarar sus sentimientos también le parecía ambiguo. Firme, Catalina le ha tendido la mano, y le ha dicho que le quería proponer algo. ¿Volverá a pedirle matrimonio?

Jana, preocupada por Pía

Por su parte, Manuel le ha propuesto a Jana llevarla a su estudio con sigilo y pasar la noche juntos. Rómulo les ha vuelto a pillar acaramelados, y le ha entregado el periódico del día al aviador. El mayordomo le ha seguido el rollo a Manuel sobre las noticias sobre la guerra, pero no ha podido evitar aconsejarle que no traspasase "el lugar que le correspondía". ¿Velará Rómulo por el secreto de los enamorados?

Más tarde, Jana le ha contado a Manuel que el estado de ánimo de Pía estaba cada vez más débil por su encierro en la cueva. La sirvienta no sabía dónde podría alojar a la que fuera ama de llaves para que siguiese segura y más sana, y ha pensado en enfrentarse al problema de cara: hablar con Gregorio e intentar hacerle entrar en razón. Manuel, en contra de esta idea que ponía en grave peligro a su novia, le ha pedido visitar él mismo a la señora Adarre. ¿Qué estará planeando el heredero? ¿Acudirá finalmente Jana al encuentro de Gregorio? ¿Podría estar su vida en peligro?