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La nueva serie inexplicable del creador de 'Perdidos': una monja contra ChatGPT
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'MRS. DAVIS'

La nueva serie inexplicable del creador de 'Perdidos': una monja contra ChatGPT

Damon Lindelof vuelve a HBO Max después de 'Watchmen' con una comedia delirante cocreada junto a Tara Hernandez que hará saltar sin parar tu 'alarma de osos polares'

Foto: Una imagen de 'Mrs. Davis'. (HBO Max)
Una imagen de 'Mrs. Davis'. (HBO Max)

¿Te acuerdas del Hombre Lubricado? Si eres una persona normal, puede que ya hayas olvidado este nombre o directamente ni te suene. Pero si entraste de lleno en el juego de Watchmen, la serie de HBO —y para ello había que estar un poco cucú—, es seguro que llevas desde que acabó de emitirse preguntándote qué leches fue de aquella figura disfrazada, resbaladiza y correosa que apareció en pantalla para descolocar a la audiencia y después esfumarse para siempre. Esa mismita energía rara regresa corregida y aumentada en Mrs. Davis, la nueva serie inexplicable del mismo creador.

Porque hablar de Mrs. Davis no es más que hablar de Damon Lindelof. El genio que adaptó a la pequeña pantalla el cómic de Alan Moore y Dave Gibbons, reconocido sobre todo por haber creado también Perdidos y The Leftovers, está detrás de Mrs. Davis, que escribe y produce junto a Tara Hernandez. La serie, una comedia con un poco de todo —ciencia ficción, algo de acción, mucho backstory dramático...—, tiene una premisa tan loca como es de esperar en el currículum de Lindelof: una monja en guerra contra ChatGPT.

Igual que con 'Perdidos' o 'Watchmen', ver 'Mrs. Davis' exige saber dejarse llevar

De acuerdo: Simone, la religiosa que protagoniza Mrs. Davis, no emprende su lucha exactamente contra la inteligencia artificial especializada en generación de texto que tan en boga está estos días, pero es la forma más rápida de resumirlo. La gran antagonista de la serie, cuya primera temporada ya se puede ver completa en HBO Max, es algo así como una Alexa con la capacidad conversacional de esa otra IA y un alcance global que, por suerte, todavía no acapara ninguna tecnológica en nuestro planeta.

En el mundo de Simone, en cambio, prácticamente todo hijo de vecino ha convertido a la IA, llamada Mrs. Davis, en pilar fundamental de sus vidas, hasta el punto de hablar con ella a través de auriculares, hacerle favores y, en pocas palabras, someter su existencia entera a su voluntad. Los pocos humanos que aún no son usuarios de Mrs. Davis forman una Resistencia dedicada a erradicar a la inteligencia artificial, como en las mejores ficciones posapocalípticas, solo que aquí la especie humana se ha puesto el yugo ella sola y tan a gusto.

Dispuesta a todo con tal de acabar con la IA y harta del extraño interés que Mrs. Davis parece tener en que justamente ella ceda a sus encantos, Simone deja atrás su vida de monja en un convento para embarcarse en una misión delirante con un objetivo todavía más estrambótico: encontrar el Santo Grial. Por razones que no te contaremos para no chafarte ni uno de los muchos, extrañísimos y muy satisfactorios giros de guion que la serie disfruta regalando, la cruzada de Simone es la voluntad final de la IA y, al mismo tiempo, la única forma aparente de acabar con ella y su influencia para siempre.

Las apariencias bajo las apariencias

¿No terminas de decidir si lo que acabamos de contarte es muy serio o muy ridículo? Bien, porque esa es exactamente la sensación que la serie de HBO Max cultiva en el espectador. Desde el sofá, a medida que se van resolviendo enigmas, desvelando otros, enredando subtramas, desenterrando pasados misteriosos y acercándose el enfrentamiento definitivo entre Simone y la IA, las primeras suspicacias naturales van dejando paso a una suerte de comodidad en lo incómodo que para Damon Lindelof no es más que la marca de la casa.

Fue en la película La caza (2020), uno de los pocos coqueteos de Lindelof con el cine, cuando el guionista coincidió con Betty Gilpin, la actriz de GLOW que aquí da vida a la monja. Como protagonista de Mrs. Davis, Gilpin es especialmente elocuente: su trabajo interpretativo resume de arriba abajo todo lo citado antes. En la piel de Simone, la actriz es una coctelera de nerviosismo, alegría genuina, asombro, miedo y humor; como por la válvula de una olla a presión a punto de estallar, a través de sus gestos se cuela de vez en cuando una emoción que contradice al resto de elementos de la escena y da ese pellizco que todo espectador necesita que le den de vez en cuando con una serie del creador de Perdidos.

placeholder Un momento de 'Mrs. Davis', la nueva serie de Damon Lindelof. (HBO Max)
Un momento de 'Mrs. Davis', la nueva serie de Damon Lindelof. (HBO Max)

De hecho, la última de Lindelof es sobre todo una serie de actores. Esto no quiere decir que el trabajo del guionista y su compañera, Hernandez, no sea clave. Es más, su intrincado desarrollo narrativo, tan retorcido y absurdo que recuerda por momentos a Preacher —disponible en la misma plataforma—, funciona porque los volantazos de la historia están diseñados al milímetro para parecer estúpidos, pero jamás lo son. Todo lo contrario: Mrs. Davis es pura actuación porque en ella nada es lo que parece. Incluso lo que hay debajo de esas apariencias que engañan son solo más apariencias. Y hasta ahí podemos leer sin pisar spoiler.

Para ver Mrs. Davis, igual que para ver Watchmen, hay que aprender a dejarse llevar. Ese trabajo debe ejercitarse fuera de la propia serie: es importante hacer las paces con uno mismo y, digamos, convencerse de que entenderlo todo a la primera está sobrevalorado. La última joya de HBO Max tiene en eso más que ver con la miniserie de superhéroes y violencia racial de Lindelof que con Perdidos. Viendo Mrs. Davis, esa alarma de osos polares que instaló de forma traumática la serie de la isla en los cerebros de su público salta cada dos por tres; sin embargo, el viaje en este caso no se escribe sobre la marcha, así que no hay razón para desconfiar. El final ya está escrito y esperándote.

¿Te acuerdas del Hombre Lubricado? Si eres una persona normal, puede que ya hayas olvidado este nombre o directamente ni te suene. Pero si entraste de lleno en el juego de Watchmen, la serie de HBO —y para ello había que estar un poco cucú—, es seguro que llevas desde que acabó de emitirse preguntándote qué leches fue de aquella figura disfrazada, resbaladiza y correosa que apareció en pantalla para descolocar a la audiencia y después esfumarse para siempre. Esa mismita energía rara regresa corregida y aumentada en Mrs. Davis, la nueva serie inexplicable del mismo creador.

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