6 curiosidades de 'Las de la última fila', la nueva serie española de Netflix

'Las de la última fila', el nuevo producto con sello español de Netflix, ya está disponible al completo para todos sus suscriptores. La historia de cinco amigas de toda la vida, que se ve alterada por el cáncer de una de ellas, desencadena en una apasionante historia de descubrimiento, adrenalina, cambios y búsqueda de la felicidad. Escrita y dirigida por Daniel Sánchez Arévalo, su primera serie ha contado con Itsaso Arana, Mónica Miranda, María Rodríguez Soto, Mariona Terés y Godeliv Van den Brandt como protagonistas.

El Confi TV, la sección de televisión de El Confidencial, ha tenido la ocasión de charlar con Arévalo y todas las actrices para descubrir hasta 6 curiosidades del proyecto que no dejará indiferente a nadie. Sin spoilers, aquí tienes el complemento ideal a 'Las de la última fila'.

Una idea de hace unos siete años

Sánchez Arévalo nos detalla los inicios del proyecto: "Nunca recuerdo la génesis de las historias. La idea la tenía desde hace seis o siete años. Tenía una imagen primigenia que era cinco chicas rapándose el pelo, una de ellas tiene un cáncer y el resto se lo rapa de manera solidaria. Pero es una historia que se quedó ahí. Y después de hacer 'Diecisiete', barajando bastantes ideas, me di cuenta de que esta no la podía contar en una película, que no entraba en una hora y media, en dos horas. Que el nivel de profundizar en los personajes y en sus mundos, en sus vidas, no podía contarlo en tan poco tiempo. Pasó a ser una serie".

"Luego hay tres momentos clave para mí. Uno, mi necesidad también de hacer incursión en el universo femenino. Mis películas están muy dominadas por los hombres. Dos, mi chica, Sara. Cuando le conté esto, le cambió la cara. Me dijo 'Dani, yo quiero ver esa historia'. Y lo tercero fue Verónica Fernández, de Netflix, una persona clave. Un día me llama y me dice '¿qué tienes en mente? Nos encantaría producirte una serie'. Le conté la historia y me dijo 'a mí ya me has ganado, yo también quiero ver esa serie'. Es muy fuerte ver lo que provocas en otra persona cuando le transmites algo", añade.

Rapada de cabezas

Daniel informa que desde el casting las cinco actrices dijeron un rotundo sí ante la necesidad de raparse la cabeza, asegurando que si lo hacían alguna vez en su vida sería por un proyecto como este. Godeliv Van den Brandt celebró lo sucedido: "Llevaba mucho tiempo proyectando un trabajo así porque quería raparme la cabeza, pero no me atrevía. Y cuando me dijeron que sería necesario no lo dudé ni un momento". Mónica Miranda asegura que lo más difícil ya era "cuando estábamos grabando y todos los lunes nos rapaban de nuevo la cabeza... este proceso duró casi los cuatro meses de rodaje. Los fines de semana yo siempre me ponía cosas en la cabeza, un pañuelo en forma de turbante, una peluca...".

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Mariona Terés añade que "yo no descarto volver a raparme la cabeza porque a ver, mola mucho, la verdad. Es una experiencia guay como mujer, quitarte todo el pelo, pero es verdad que en algunos momentos también te sientes desprotegida. Por el pueblo donde rodamos nos llamaban 'las pelonas' porque cinco mujeres rapadas llaman mucho la atención".

Para María Rodríguez Soto, al tratarse de un trabajo audiovisual, desvela que no fue fácil: "Yo empecé rodando con la cámara directamente en mi cara. Es decir, que tampoco te veías bien en el espejo, te ves un poco, medio en sombra, medio como puedes... Pero la verdad es que fue divertido porque en el fondo dije, 'nunca más voy a poder hacer esto ni lo hubiera si no me lo hubieran propuesto'. Así que me lo cogí por ese lado y lo disfruté".

Los desnudos

Las cinco mujeres, a lo largo de toda la serie, aparecen en multitud de ocasiones ligeras de ropa, algo que Mariona valora de la siguiente manera: "Va por días, pero a mí me dicen 'acción', se me olvida todo, voy y lo juego. El personaje es así y hay que hacerlo, pero luego verse... nosotras durante el proceso no veíamos nada porque a Dani no le gusta que los actores se vean en el 'combo' para que no se condicionen. Pero para mí, verme luego, ha sido lo complicado. Las primeras veces que vi imágenes mías en la playa, lloraba...".

"En un primer momento da un poco de apuro porque no estamos acostumbradas a mostrar nuestro cuerpo. Y como tampoco tenemos un cuerpo, digamos, al uso, como normalmente se ve las ficciones españolas y universales, pues te da un poco de cosa, pero creo que está muy bien. Que claro que sí, pues aquí está mi culo y es lo que hay. Creo que hacemos un favor a la sociedad", añade María.

Trabajar sin 'combo'

En cuando al 'combo', es decir, el monitor en rodaje por el que el directo y parte del equipo va dando el visto bueno a las tomas, de lo que habla Mariona, Itsaso Arana profundiza en la cuestión de trabajar sin ir viendo poco a poco el resultado: "El 'combo' es un elemento que hay que tratar con mucha responsabilidad. Yo comprendo que un director tenga como mucha alergia a que nos miremos todo el rato, pero me pareció un poco excesivo también. Considero que ver tu trabajo, si sabes verlo... pero luego también fui consciente de que estamos todas rapadas, en muchos momentos desnudas... Ha sido mucha exposición y Dani no confiaba en que si nos veíamos no íbamos a cambiar. No íbamos a ponernos a controlar más nuestro trabajo. Y es verdad que hay momentos que son muy descontrolados por cómo rodábamos, entonces era también parte de la entrega que nos exigía. Era parte del pacto".

Sin final definido, hasta el final

Daniel Sánchez Arévalo sorprende por la forma en la que ha optado por trabajar en este proyecto, lo cual nos detalla con satisfacción: "Yo decidí que si iba a hacer este juego con el espectador, de no saberlo hasta el final... iba a escribir la serie sin decidir cuál de ellas es la que tenía cáncer. Verónica Fernández, que también es guionista, me dijo 'no vas a poder'. Y lo hice, lo conseguí. Eso me llevó hasta el momento del último episodio, a la mitad del capítulo seis, y me dije, 'Dani, ya, ya te toca decidirlo'. Estuve, creo, que tres semanas sin escribir una sola palabra, no me acababa de animar. Al final dije, 'elige una, Dani, y ya está... luego en rodaje lo puedes cambiar', pero al final ya no lo cambié".

Las actrices, 'a ciegas' ante la enfermedad

Daniel optó también por no desvelar a las protagonistas el gran secreto. María aclara cómo lo vivió: "He pasado por varios puntos. En un primer momento, pensaba que necesitaba saberlo para estructurar y profundizar en mi personaje, pero luego la verdad es que me saqué un peso de encima. Cuando empecé a trabajar, pensé, 'ok, Dani lo tiene claro, ya está'. Nos hacía un poco jugar a todas en ese punto y me liberé. También ayuda a que el viaje de Carol es tan heavy que solo me faltaba pensar en eso [risas]. Teníamos ya muchas cosas de las que ocuparnos".

Itsaso explica su experiencia: "Para mí fue complicado, la verdad, porque yo sí que considero, por mi forma de currar, que si el personaje lo sabe, la actriz lo puede saber y por eso no tratar condescendientemente a los demás. Creo que para eso somos actores, que eso es posible. Lo que pasa es que lo entendí como un experimento personal de Dani y así lo tomé. Él quería ver hasta qué punto también su guion se sostenía con esa parte inconsciente de las actrices y él también luego iba a jugar con todo eso en montaje. Entonces ahí le estábamos dando un poder que había que soltar. De bueno, vale, Dani, lo que tú quieras [risas]. Entonces fue un poco así, una elección artística diferente".

Mariona detalla el momento en el que todas finalmente lo descubrieron: "Cuando rodamos ya prácticamente toda la serie y volvemos a Madrid, seguíamos sin saber quién lo tiene. Recuerdo que nos meten en una sala, nos dan el guion y por fin nos enteramos. No podíamos parar de llorar. Esto ocurrió un viernes, el fin de semana te aprendías el guion, rodábamos el lunes y ya llegaba el final de la serie. Fue muy emocionante".