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Guionista a la fuga: la odisea de Darío Madrona, 'showrunner' español en EEUU
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Guionista a la fuga: la odisea de Darío Madrona, 'showrunner' español en EEUU

Repasamos con el cocreador de 'Élite' la trastienda de los hitos de su carrera con motivo del estreno en España de 'Alguien está mintiendo', su primera serie estadounidense

Foto: Darío Madrona. (A. R.)
Darío Madrona. (A. R.)

Lo de Darío Madrona es un anonimato bienvenido. En dos horas, no se le acerca para pedir selfis o autógrafos ni un solo transeúnte de la plaza madrileña donde atiende a El Confidencial. Las superestrellas juveniles de las series que escribe ya no pueden entrar en un bar como si nada, pero él sí. Tampoco parece importarle. Y es comprensible: desde fuera, no resulta tan fácil reconocer que alguien es el primer español en conseguir un puesto de 'showrunner' en una serie de televisión estadounidense.

El guionista, cocreador de la serie 'Élite' (Netflix), española pero de calado internacional, está libre por primera vez en mucho tiempo. En 2020, Madrona abandonó 'Élite' tras su tercera temporada y agarró el petate para probar suerte alrededor del globo. De vuelta en Madrid desde hace unos meses, ha esperado con paciencia el estreno en su país de su última ficción: 'Alguien está mintiendo', de la plataforma Peacock, que se vio en EEUU el pasado octubre.

"Había una doble barrera cultural al hacer 'Alguien está mintiendo' en Nueva Zelanda"

"Antes solo veía abiertas las puertas de España. Ahora, de repente, hay más opciones". Resumido como lo resume Madrona, parece poca cosa. Según él, el perfil del guionista viajero que se pasa el año firmando libretos por el mundo no existe. "Creo que, en general, la gente que trabaja en series de un país es porque es de allí. Si no, a ver cuánto conoces de ese país para poder contar bien una historia sin caer en estereotipos. Es mucho más fácil que viaje un director que un guionista", argumenta. Sin embargo, viene de encadenar un trabajo políglota para Netflix en Alemania con una serie estadounidense que, para colmo, ha rodado en Nueva Zelanda.

placeholder El 'showrunner' Darío Madrona. (A. R.)
El 'showrunner' Darío Madrona. (A. R.)

Sin falsas modestias, el guionista narra esos triunfos como lo que son: improbables. "En abril de 2020, después de la última entrevista con la cadena [la americana NBC], me llaman para decirme que el trabajo en 'Alguien está mintiendo' es mío. Euforia". Viene un giro: "Al día siguiente, me llaman otra vez. 'El trabajo es tuyo, pero la serie está parada por culpa del covid, así que no sabemos lo que va a pasar'. Me dicen que voy a ser el 'showrunnner', pero hasta agosto no se confirma que se vaya a hacer la serie. Me podían haber dicho perfectamente que al final no".

Pero al final sí. NBCUniversal, el conglomerado propietario de Peacock, deslocalizó el rodaje de 'Alguien está mintiendo' a Nueva Zelanda y envió allí a Madrona y su equipo, "por temas covid y presupuestarios". La historia de la serie, sin embargo, ocurre en California. Allí, los destinos de cinco estudiantes de instituto castigados en la misma aula quedan irremediablemente unidos cuando uno de ellos muere y los demás resultan sospechosos de su asesinato.

placeholder El reparto de 'Alguien está mintiendo'. (NBCUniversal)
El reparto de 'Alguien está mintiendo'. (NBCUniversal)

Actor de método

Aunque el argumento de la serie sale de una novela epónima de Karen M. McManus, los temas no le son extraños a Madrona. 'Alguien está mintiendo', que en España ya puede verse en Netflix, es un catálogo de jóvenes inadaptados. Un tributo a la adolescencia como un momento de ebullición, intenso, complejo, solitario e incluso marciano.

Durante la producción de la temporada en Oceanía, Madrona hizo suyas esas sensaciones como haría un actor de método. "Había una doble barrera cultural", confiesa. "Diferencias a la hora de trabajar, de comunicarse… Y yo las tenía con los americanos y con los neozelandeses. Por ejemplo, en el mundo anglosajón dan más vueltas alrededor de las cosas, hasta el punto de que a veces acabas una reunión y necesitas otra porque no sabes lo que te han dicho".

placeholder Dos de los protagonistas de 'Alguien está mintiendo', en un instante de la serie. (Netflix)
Dos de los protagonistas de 'Alguien está mintiendo', en un instante de la serie. (Netflix)

Madrona acepta con resignación que todo el mundo le pregunte por la diferencia entre esta nueva adolescencia salvaje y la que vivían los personajes de 'Élite'. Según su diseño, las relaciones entre los protagonistas avanzan en progresión opuesta. El drama de Netflix mostraba la desintegración de un frágil equilibrio. En cambio, en 'Alguien está mintiendo', como el asesinato ocurre en primer lugar, no queda nada que desintegrar pasado el primer cuarto de hora. Todo a partir de ahí es negociación, aceptación y la forja de unas amistades inesperadas.

"Me molaba que fuera más positiva, porque yo soy bastante moñas y la parte oscura [de los guiones] siempre me cuesta un poco más", revela. "Es mucho más 'thriller' que 'Élite', en cierto sentido, pero al mismo tiempo va sobre la amistad. Es una combinación que me ayudaba a no sentir que me estaba repitiendo". Tampoco puede eludir lo que seguramente muchos fans del culebrón de Miguel Bernardeau y compañía estén preguntándose a estas alturas: "En la superficie, la mayor diferencia es que follan y se drogan mucho menos, precisamente porque ha ocurrido un crimen y no están como para irse de fin de semana".

"La gente consumía las temporadas de 'Élite' como películas de Marvel"

Madrona ocupó el 'impasse' hasta el comienzo de la producción sin demasiada dificultad. Mientras esperaba la luz verde para poder abalanzarse por fin sobre su drama juvenil yanqui, recibió una oferta de Netflix. La plataforma lo invitaba a participar en una nueva serie: '1899'. El proyecto consistía en reunir en Berlín a guionistas de distintos países y lenguas bajo la batuta de Baran bo Odar y Jantje Friese, creadores de la serie de ciencia ficción alemana 'Dark'.

La finalidad de este "camarote de los Hermanos Marx", como lo describe Madrona, era que, tras esas tres semanas de retiro en comunión, cada uno escribiera un guion de la serie. De '1899' apenas se sabe nada, excepto que su reparto es plurinacional e incluye precisamente a Bernardeau. Madrona lo describe como un simulacro intensivo de la escritura expatriada que practicaría después. "Era un entrenamiento muy burro por pasarte ocho horas encerrado y tramando en tu segundo idioma, que para mí gasta el doble de energía", recuerda. "Fue una experiencia muy radical".

placeholder Darío Madrona, en una localización del rodaje de 'Alguien está mintiendo'. (D. M.)
Darío Madrona, en una localización del rodaje de 'Alguien está mintiendo'. (D. M.)

Antes de todo aquello, cuando el guionista todavía estaba confinado a esta orilla de los Pirineos, Aitor Gabilondo —el creador de 'Patria'— lo había convocado también para ocuparse de los libretos de su nueva serie, 'Besos al aire'. Madrona recuerda con una sonrisa el encargo de aquella comedia romántica ambientada en plena explosión del coronavirus, que produjo Mediaset aunque se vio en Disney+ (puedes suscribirte aquí). "Fue superterapéutico. Me permitía coger todo lo que nos estaba pasando a mí y a la gente de mi alrededor y hacerlo bonito y divertido", valora. "No me lo he pasado mejor en vida".

placeholder Una imagen de 'Besos al aire'. (Disney+)
Una imagen de 'Besos al aire'. (Disney+)

Niños con poderes

Darío Madrona ha tenido una, 20 y 100 vidas distintas. La suya y las de todos sus personajes. Siete de las más memorables las inventó siendo el creador de 'Los protegidos'. Aquella serie, un híbrido entre comedia familiar y aventura superheroica que ideó junto con Ruth García, alcanzó las tres temporadas. "Yo hice solo dos, dentro de mi cosa de hacer un par de temporadas o tres, ¡chunchún! [se sacude las manos] y salir por patas cuando creo que lo que tenía que contar está contado", confiesa Madrona.

García, su compañera en aquel viaje, tiene su propia versión. "Darío estaba más feliz que una perdiz", recuerda la cocreadora. "Era su serie y estábamos en un momento de máxima audiencia, pero hay que oxigenar la cabeza. Cuando te metes en una serie, estás sumergido día y noche en un producto que te absorbe. Creo que aprovechó la marcha de Angie Cepeda [actriz protagonista de las dos primeras entregas] para decir 'hasta aquí'. Hubiera molado empezar y acabar ese camino juntos, pero Darío siempre se va de los sitios bien, dando una razón que todo el mundo entiende: que la decisión le sale de la tripa".

"Es un milagro que 'Los protegidos' quedara medio bien... con cuatro palos"

Hacia 2010, Madrona tenía un titular: una familia de niños con poderes. Después de llamar a filas a García para pensar y producir la serie mano a mano, tuvo que maquillar la frase para no asustar a las cadenas. Hablaban de "habilidades especiales". Al fin y al cabo, 'poderes' significa 'efectos especiales' y estos, a su vez, 'dinero'. Y la televisión española de entonces no manejaba los presupuestos de hoy. "Es un milagro que 'Los protegidos' quedara medio bien", valora Madrona, "porque teníamos cuatro palos para hacerlo todo".

placeholder Ana Fernández y Luis Fernández, en un momento de 'Los protegidos'. (Atresmedia)
Ana Fernández y Luis Fernández, en un momento de 'Los protegidos'. (Atresmedia)

El limitado presupuesto para lo que la serie luego contuvo —capítulos de 70 minutos, efectos visuales y algo de acción— no impidió que se convirtiera en un auténtico fenómeno. "Se habían hecho cosas de fantasía en España, pero se tomaban menos en serio a sí mismas", explica el guionista. "Nosotros teníamos mucho más claro que queríamos hacer una cosa que pudiera ver toda la familia junta, sin que al padre le diera mucha vergüenza ajena y que el hijo lo pudiera disfrutar igual".

Más transgresora de lo que se suele recordar, 'Los protegidos' —emitida entre 2010 y 2012— cimentó también la conexión entre la experiencia televisiva y las redes sociales. Según rememora Madrona, aquella fue la primera serie suya que se acompañó de un 'hashtag' donde comentar la jugada en directo y, en su caso, ver cómo sus historias afectaban a la gente. Por lo demás, se quita importancia: "Puede que fuéramos innovadores, pero tampoco inventamos la rueda. Solo queríamos contar una historia bien y creo que lo hicimos".

"El sindicato americano hubiera quemado las oficinas de la cadena en cuestión"

Esa misma historia se intentó continuar hace unos meses. En 2021, Atresplayer emitió en cuatro partes 'Los protegidos: el regreso', una secuela que retoma la trama una década después. Madrona se enteró de la existencia del proyecto por la prensa. "No es que no formáramos parte de la decisión, que tampoco teníamos por qué; es que no nos dijeron nada. Era una cuestión de mínima cortesía". No es la primera vez que la plataforma de Atresmedia recupera una de sus series míticas sin levantar el teléfono para avisar a los responsables originales: también le ocurrió a Carlos Montero con el reencuentro de 'Física o química'.

A Madrona la nueva lo pilló en otro continente, ya inmerso en la preparación de 'Alguien está mintiendo'. "Por la diferencia horaria, vi la noticia antes de empezar a trabajar por Zoom con mis guionistas americanos", relata. "Me preguntaron qué tal estaba y les conté lo que había pasado. Y, claro, flipaban. No podían creerse que una cadena pudiera hacer eso sin tener en consideración para nada al creador, ni siquiera para informar. Bueno, es que el sindicato americano hubiera quemado las oficinas de la cadena en cuestión. A día de hoy, nadie nos ha llamado para decir que se les pasó".

Un drama sexy

En la actualidad, existe una conciencia mucho mayor de lo que significa escribir una serie. Su autoría ya no la tienen las productoras, sino los creadores. Madrona lo sabe porque precisamente él y Carlos Montero blindaron ese reconocimiento cuando desarrollaron para Netflix 'Élite', el drama sexy que puso a ambos guionistas en el mapamundi. La pareja escribió tres temporadas enteras en absoluta compenetración. Montero jura que trabajaría con él toda la vida: "Siempre está como estable. Yo soy muy voluble, me entusiasmo o me deprimo mucho, y Darío siempre es una constante. Es como trabajar con una red de seguridad".

placeholder Una imagen de la tercera temporada de 'Élite'. (Netflix)
Una imagen de la tercera temporada de 'Élite'. (Netflix)

Hace cuatro años, justo después del estreno de la primera temporada de la serie, Madrona tenía miedo de que los espectadores se olvidaran de ellos para cuando llegara la segunda entrega. Da vértigo pensarlo hoy, después de su triunfo global. "Siempre tienes ese miedo, vives con él", se defiende. "Tiene mucho que ver con la forma de consumir la serie. Creo que la gente consumía las temporadas como películas que salen una vez al año, como las de Marvel, 'Crepúsculo' o algo así. Evidentemente, si te viste la primera del tirón en un día, cuando sale la segunda, un año después, no te acuerdas".

"Las historias breves de 'Élite' fueron la despedida más bonita posible de la serie"

El guionista achaca esta amnesia en el público al modelo de lanzar todos los episodios de una serie de una tacada, propio de Netflix, frente a la ceremoniosidad del estreno semanal que siguen practicando servicios como HBO. "Has convivido con 'Emily in Paris' un día o dos; en cambio, los personajes de 'Euphoria' van a ser tus compañeros de piso durante dos meses", ejemplifica. "Sentir esa compañía es una de las grandes ventajas de las series de televisión".

Un rotundo éxito dentro y fuera de nuestras fronteras, 'Élite' atraería pronto hacia sus creadores ofertas desde el otro lado del charco. Además, Madrona estaba cansado. Así, emitida la tercera entrega, el murciano abandonó el equipo. Según recapitula Montero, "Darío tuvo todo el peso de la tercera temporada, porque yo ya estaba preparando 'El desorden que dejas' [otra de sus series, también de Netflix] y lo dejé bastante solo. Se agotó mucho y necesitaba cambiar. Da pena, pero no tienes que retener nunca a la gente que se quiere ir".

placeholder Un momento de la entrega de 'Élite: historias breves', que escribió Darío Madrona. (Netflix)
Un momento de la entrega de 'Élite: historias breves', que escribió Darío Madrona. (Netflix)

Antes de dejar pista libre para que comenzara una nueva etapa de la ficción —que coincidió con la renovación de parte del elenco—, Madrona pudo despedirse de Las Encinas, el instituto de lujo donde había ambientado sus tramas durante tres años, con 'Élite: historias breves'. La serie, una antología de episodios cortos, debía aliviar la espera entre las temporadas tres y cuatro. "Ahí pude contar cosas que, como íbamos todo el rato a calzón quitado, no nos había dado tiempo a contar", dice Madrona. "Me pareció la despedida más bonita que podía tener con la serie".

Como gotas en el océano

Mucho de 'Élite' sobrevive en 'Alguien está mintiendo'. Por ejemplo, el esquema organizador de un crimen por temporada, que Madrona ha empleado en ambas series. Esta plantilla se enraiza en su fervorosa defensa de unas ficciones de adolescentes libres de las constricciones de lo verosímil. "A lo mejor, la aceptación de 'Euphoria' significa que nos dejamos de esta tontería de que las series de adolescentes tienen que ser realistas. Es como si me preguntas cómo compro que cada vez que va Jessica Fletcher a un sitio muera alguien".

Sin embargo, 'Alguien está mintiendo' no las tiene todas consigo para cosechar un éxito como el de 'Élite', al menos en España. "Tengo la sensación de que Netflix tampoco va a hacer un esfuerzo promocional muy bestial, porque la serie en el fondo no es suya", se sincera el guionista. Más allá de las buenas o malas críticas, Madrona parece especialmente preocupado por que su ficción y otras tantas pasen de largo y se disuelvan, "como gotas en el océano", en catálogos cada vez más ingentes. "Ojalá la gente la encuentre".

"Tengo la sensación de que ahora las series se estrenan y ni te enteras"

"No quiero sonar abuelo cebolleta, pero antes, con las series generalistas, sabías que tenías una noche de oportunidad en la que todo el mundo estaba pendiente de ti. Ahora la sensación es que la serie se estrena y ni te enteras", se lamenta Madrona. Al decirlo, él mismo percibe que lamentos nostálgicos como ese delatan que se le empiezan a amontonar los años: "O mueres hecho un 'enfant terrible' o vives lo suficiente para verte convertido en Garci".

placeholder Un momento de 'Alguien está mintiendo'. (Netflix)
Un momento de 'Alguien está mintiendo'. (Netflix)

Pero la experiencia también regala perspectiva. Pasados 17 años desde su primer crédito como guionista, Madrona tiene una visión "cada vez más colaboracionista" del funcionamiento de su industria. En un negocio donde son frecuentes las fricciones creativas, el murciano se encuentra más dispuesto a escuchar que nunca. "En mi juventud, cuando sabía menos, tenía la sensación de que sabía mucho más. Y de que yo tenía razón y los demás ni puñetera idea", recuerda. Su postura actual es menos combativa, pero quizá más honesta: "Me gusta hacer series para contar historias al mayor número de gente posible, siempre que también me gusten a mí".

Guionista a la fuga

Como el primer juntaletras español que lidera una serie de televisión estadounidense, Madrona abre un camino para los guionistas del país, pero eso no significa que su gremio vaya a seguirlo con los ojos cerrados. La expansión de las plataformas permite triunfar en todo el mundo sin salir de la Península, sobre todo si no se tienen los atributos necesarios para hacer las Américas en modalidad presencial. Carlos Montero no deja de advertir los riesgos de la pirueta de su amigo: "Darío tenía muy buena base para dar el salto. Aun así, es un salto mortal".

placeholder Dos de los personajes de 'Alguien está mintiendo', en una imagen de la serie. (Netflix)
Dos de los personajes de 'Alguien está mintiendo', en una imagen de la serie. (Netflix)

Pese a su logro histórico, Madrona sigue siendo un guionista a la fuga. Superada la primera temporada, el murciano ha dejado también de ser 'showrunner' de 'Alguien está mintiendo' para acomodarse fuera de la primera línea de fuego. "Voy a seguir como productor ejecutivo, pero en un rol mucho más pequeño. En esta profesión de contar historias, lo más guay es cambiar, si no sería muy coñazo".

Es una intrepidez con trampa, pues el guionista siempre se marcha contando con que recogerán el testigo compañeros que conocen sus series tanto o más que él. "Dejo al niño con papá o mamá y yo me divorcio y soy el padre cabrón que no va a verlo casi nunca", admite. Su gira mundial —aún inadvertida para el gran público— lo ha dejado exhausto. "En total, ya he contado cuatro temporadas de adolescentes con asesinatos. A lo mejor es hora de dejarlo e ir a otra cosa". Madrid. Exterior. Atardecer. Darío Madrona sale en busca de una historia.

Lo de Darío Madrona es un anonimato bienvenido. En dos horas, no se le acerca para pedir selfis o autógrafos ni un solo transeúnte de la plaza madrileña donde atiende a El Confidencial. Las superestrellas juveniles de las series que escribe ya no pueden entrar en un bar como si nada, pero él sí. Tampoco parece importarle. Y es comprensible: desde fuera, no resulta tan fácil reconocer que alguien es el primer español en conseguir un puesto de 'showrunner' en una serie de televisión estadounidense.

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