Giro en 'Mujer': Sirin recibe de su propia medicina tras ser repudiada por su padre

Sirin cree tener controlada la situación tras haber chantajeado a Sarp, sin embargo, lo que no se espera es el rumbo que tomarán los acontecimientos en las próximas horas. A lo largo del capítulo 39, que Antena 3 ofrecerá este lunes, Sirin probará de su propia medicina y será víctima de una de sus grandes mentiras.

"He perdido la guerra, y lo sé, pero jamás permitiré que Bahar gane una guerra que yo he perdido. ¡Jamás! A mí ya nadie puede hacerme daño en esta vida, ni siquiera Piril, solo Bahar. Estoy preparada para todo", aseguró recientemente la joven. Pero, a veces, el destino es caprichoso.

Los padres de Sirin descubrirán, por fin, la clase de hija que tienen

Lo que Sirin no imagina es que las comprometedoras fotografías que se sacó en la cama junto a Sarp, para chantajearlo y así alejarlo definitivamente de Bahar, van a acabar en manos de Piril. Precisamente por ello, la mujer de Sarp/Alp acude al hospital en el que se encuentra ingresada Bahar en busca de Sirin.

La alianza entre Ceyda y Piril

"¿Qué se le ha perdido aquí? Ya le robó al padre de sus hijos, ¿también quiere robarle la vida?", le reprocha Ceyda tras conocer la identidad de la mujer. "Bahar no me interesa, busco a Sirin", responde de forma tajante. La respuesta de Piril desconcierta por completo a Ceyda: "¿A Sirin? ¿A su hermana? ¿Qué quiere de ese demonio?".

Lo que Piril busca, en realidad, es vengarse de Sirin tras descubrir que se ha acostado con su marido: "Quiero destrozarle la vida". Más directa, imposible. "¿Usted es otra víctima de Sirin?", pregunta confundida Ceyda antes de informarle de que Sirin ya no se encuentra en el hospital.

Pero antes de que Piril abandone el lugar, Ceyda decide tomar partido y ayudar a la mujer: "Ya se fue, pero yo sé dónde vive... y si quiere darle una lección, se lo diré. ¿Quiere hacerlo?".

Piril se presenta en casa de Enver

Tras coger un taxi, con los gemelos a cuestas, Piril se planta en casa de Enver. "Soy la mujer de Sarp. Me llamo Piril y los dos niños son nuestros hijos, Ali y Omer... Pesan mucho, ¿puedo entrar, por favor?".

Sirin se queda impactada tras ver a la mujer de Sarp en su propia casa. No entiende nada. "Disculpe que les moleste a estas horas [...] Soy la mujer de Sarp y he venido a preguntarle a su hija por qué se acostó con mi marido hace dos días".

Todas las miradas se centran en Sirin, que se queda boquiabierta con la acusación de Piril. Tras un sonado silencio, Sirin reacciona riéndose: "No es cierto, miente. ¡Lo que dices es mentira! ¿Por qué piensas una cosa así? No es verdad, eso no pasó", le reclama a Piril.

"Cálmate, por favor", le ruega ella, "no quiero que mis hijos se asusten". En ese momento, Enver interrumpe la charla y le recrimina a la mujer sus palabras: "No puede venir aquí, a estas horas de la noche, y empezar a decir locuras". Pero de locura... nada de nada.

Las pruebas de Piril

"Cuando vi estas fotos, yo también estuve a punto de sufrir un infarto", le confiesa a Hatice mientras le muestra su móvil. "Su hija le envió esto a mi marido". Hatice y Enver no pueden creer lo que ven sus ojos. Mientras tanto, Sirin se siente completamente acorralada. El chantaje con el que pretendía controlar a Sarp se le ha vuelto en su contra.

Con el rostro desencajado, Sirin se lanza contra Piril: "¡Dámelo, dámelo!", le grita mientras intenta arrebatarle el móvil de las manos. "¡¿Qué haces con estas fotos?! ¿De dónde las has sacado, psicópata? ¿Qué te crees que haces?".

Sin excusa alguna, Sirin acusa a Piril de haberlo preparado todo: "¡Ha sido ella! ¡Es un montaje!". Pero nadie la cree, mucho menos su padre que le arrea un bofetón en la cara: "¡¿Qué clase de persona eres?! Tú no tienes corazón, ni siquiera eres humana... ¡No respetas a nadie! Hatice, esto es una vergüenza. ¡Qué clase de hija es esta, me va a matar!".

Sirin intenta callar a Piril: "Cierra la boca, ¡loca asquerosa!, lárgate de aquí"

"No es cierto", se intenta defender Sirin, "esta mujer está mintiendo, ha hecho un montaje. ¡Es una psicópata! ¿Es que no veis que miente? No la creáis, está loca, ha manipulado las fotos con un programa de ordenador. Todo el mundo hace montajes con las fotos ¡y es lo que ha hecho esta mujer!". Sin embargo, no parece que nadie crea su versión: "Créeme, papá, esta mujer miente. Te estoy diciendo la verdad".

"Ojalá que solo fuera esto", recalca Piril, refiriéndose a las fotos. "Ojalá que esto fuera lo único que ha hecho su hija. Por desgracia, hay algo más... Su hija y mi padre también son amantes. Lo han oído bien. ¡Está liada con un hombre que podría ser su abuelo!".

Sirin se queda muda. "¿Qué hacías en casa de mi padre? ¡¿Qué hacía una chica de tu edad viviendo en casa de un hombre de su edad?!", le pregunta Piril a Sirin. "Se acuesta con mi marido, mientras mantiene una relación con mi padre", asegura la mujer ante el asombro de Enver y Hatice.

Tras recomponerse del disgusto, Enver acepta las palabras de la mujer: "Tiene derecho a escupirnos, tiene todo el derecho del mundo a venir y a escupirnos en la cara". Acto seguido, se levanta y decide tomar una drástica decisión: "Esto se acabó, Hatice. No lo puedo perdonar. Hemos fracasado [como padres]".

Enver llama a la puerta de Sirin y le pide que recoja sus cosas: "Márchate, siento haberte pegado, pero ya no tenemos una hija llamada Sirin. Recoge tus cosas y sal de esta casa ahora mismo y no vuelvas nunca".

De nada sirven los ruegos de su mujer Hatice: "Ya me da igual donde pueda ir. No la quiero bajo este techo. Cuando está cerca no puedo respirar". Segundos después, Sirin sale de su habitación, con lágrimas en los ojos, y una maleta en sus manos: "Ahora me echáis, ahora que he dado la médula, ¿verdad? Ya no me necesitáis más". Sin remordimiento alguno, Enveres el único que le responde: "Has acertado, ya no te necesitamos".