'Patria' cierra el círculo con un emocionante, brutal y esperado final

No hacía falta leer la novela de Fernando Aramburu para saber cómo terminaría 'Patria', su adaptación televisiva. No creo que haya mucha gente que no se esperara el arrepentimiento del etarra Joxe Mari o el reencuentro entre Bittori y Miren. Pero no por esperado, el final es menos emocionante, y el último episodio de la serie de HBO resuelve muy bien (como viene haciendo) el último trazo que cierra el círculo de 'Patria'.

El octavo capítulo de 'Patria' resuelve de una manera brutal la verdadera identidad del asesino del Txato. La serie comenzaba con la secuencia de su muerte en el primer episodio, con el Txato saliendo de casa en una tarde lluviosa y Bittori sobresaltándose del sillón tras escuchar los disparos que acabarían con la vida de su marido. Hemos visto esa escena desde todas las perspectivas posibles, pero hasta ahora no habíamos visto quién apretaba el gatillo. Si Joxe Mari o Patxo. Y la solución es brutal, desalmada, y no sé si esperada por el espectador no familiarizado con la novela de Aramburu.

Antes de conocer la identidad del asesino del Txato, despejábamos otra de las incógnitas de la serie, probablemente el leitmotiv del principal protagonista de una serie coral en la que hemos echado en falta profundizar en algunos personajes (Gorka o Xabier, por ejemplo). Y es que lo que hace avanzar la trama de 'Patria' es la búsqueda de la verdad por parte de Bittori, una mujer incansable que al final consigue esa ansiada, y esperada, carta de Joxe Mari pidiéndole perdón por el terrible asesinato de su marido.

El del etarra Joxe Mari es uno de los personajes que todavía quedaba por definir en este final de 'Patria'. Sí, le hemos visto pasar de radical abertzale a miembro de ETA, le hemos seguido en sus primeros crímenes con la banda terrorista, hemos sido testigos de su detención y de las torturas que sufrió antes de ingresar en prisión, donde le hemos observado en contadas ocasiones sin llegar a definir en qué punto se encontraba en cuanto a su militancia etarra. En este último episodio despejamos esta duda y respondemos a la previsible pregunta de por qué Joxe Mari no disparó al Txato aquella noche en la que se encontraron cara a cara en el garaje. Esto también era previsible.

Mientras llegamos al previsible final de 'Patria', que no podía consistir en otra cosa que el reencuentro entre sus dos personajes más importantes, Bittori y Miren, se van despejando otras tramas como las de Arantxa, que por fin empieza a ver la luz al final del túnel, o la de Xabier, al que vemos sonreír en muchos episodios. Quizás he echado en falta más de algunos personajes como los mencionados Xabier y sobre todo Gorka, cuya evolución estaba siendo tremendamente interesante y se resuelve en este último episodio con una simple fotografía, dejándonos con ganas de más.

Lo que no me ha sabido a poco es el esperado reencuentro entre Bittori y Miren. Creo que no se podía haber resuelto de mejor manera, con un 'crescendo' que culmina en un abrazo emocionante, pero sin recurrir a lo fácil. Lo he hablado con algún amigo, lo que más me gusta de 'Patria' es su capacidad para contar muchas cosas con pocas palabras, para cocinar a fuego lento las emociones a través de las miradas. Y este final de función es el colofón perfecto a una forma de narrar la historia alejada de efectismos y artificios, que no por ello menos espectacular.

Haciendo balance de 'Patria' tras sus ocho episodios solo puedo aplaudir a Aitor Gabilondo y a todo el equipo de la serie que han conseguido adaptar con fidelidad la esencia de la novela de Fernando Aramburu, captando toda su emoción y dureza gracias a una ambientación muy cuidada, a una producción impecable y a unos actores en estado de gracia, sobre todo esas dos madres enfrentadas interpretadas magistralmente por Elena Irureta y Ane Gabarain.

Y no, en ningún momento he sentido que 'Patria' sea equidistante, ni que aborde el tema de ETA con tibieza ni nada. Como me dijo en su momento su creador, Aitor Gabilondo, "la polémica es de mentira. La verdad fue mucho más dura. Lo importante es la honestidad con la que hemos hecho la serie, lo demás es fogueo". No sé si aún queda algo del fuego (virtual) que se montó con el famoso y polémico cartel, pero si por algún casual usted es de los que se dio de baja de HBO ya le digo que la serie está por encima de campañas de marketing más o menos afortunadas. No sé si estamos ante la serie española del año, pero seguro que a finales de diciembre nos estaremos debatiendo todos entre 'Veneno', 'Antidisturbios' y 'Patria', y eso es lo que realmente queda, no las polémicas de barra de Twitter.