La cruda y controvertida realidad tras 'La Línea: la sombra del narco' (Netflix)

"Creo que soy el alcalde con más problemas de Europa", dice Juan Franco, regidor del municipio gaditano de La Línea de la Concepción, en el primer capítulo de 'La Línea: la sombra del narco'. Su testimonio es solo una parte de las más de 80 entrevistas y cerca de 336 horas de grabación de esta miniserie documental de Netflix que intenta acercarse a la cruda realidad de esta población y que se ha ‘colado’ entre las más vistas de la plataforma en su estreno.

Y es que según el último estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE), La Línea de la Concepción es el segundo municipio con mayor tasa de paro de España (27,4%). Una terrible realidad que se extiende a toda la comarca del Campo de Gibraltar y la provincia de Cádiz. Con este panorama y un paso juvenil cercano al 70%, los narcotraficantes han encontrado un filón en uno de los puntos clave de entrada de droga en Europa: apenas 14 kilómetros separan las playas gaditanas del mayor productor del mundo de hachís, Marruecos.

Estas condiciones han provocado que el Campo de Gibraltar, y concretamente el municipio La Línea de la Concepción, se haya convertido en una "pequeña Medellín" (ciudad colombiana donde se formó el famoso cártel de Pablo Escobar), como indica el alcalde Juan Franco en la miniserie documental. Y esa es la realidad que se muestra en 'La Línea: la sombra del narco', una producción de Cuerdos de Atar en colaboración con Mediaset España en la que los protagonistas son, sobre todo, aquellos que se intentan poner freno a esta lacra.

"Si no fuese por la presencia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, esto sería el salvaje oeste". Esta frase, dicha por el Teniente Campillo de la Guardia Civil, resuena en varios momentos de los cuatro episodios de 30 minutos de duración. Y es que ellos, los policías y guardias civiles que intentan detener a los narcotraficantes en La Línea de la Concepción, son los grandes protagonistas de 'La Línea: la sombra del narco'.

Les seguimos en la calle, en el coche patrulla, en las embarcaciones que ven como las 'gomas' (las pequeñas lanchas con las que los narcos transportan la droga) pasan sin inmutarse frente a ellos. Las imágenes son espectaculares, tanto que hay quien ha tachado esta producción de sensacionalista. Lamentablemente, la situación en la zona del Campo de Gibraltar "hace ya mucho tiempo que se fue de las manos", dice un narcotraficante en el documental.

Un total de 1806 personas fueron detenidas y más de 286 toneladas de droga fueron incautadas en los dos años de trabajo del último Plan Especial de Seguridad del Ministerio del Interior para el Campo de Gibraltar. Cifras preocupantes, sobre todo si se ve con perspectiva en el tiempo, este problema cada vez crece más. "Si no le damos respuesta al enemigo, esto llegará con el tiempo a ser algo parecido a lo que ocurre en Sudamérica", dice un agente anónimo en uno de los episodios. Y es que es esa petición de respuesta, de medios para combatir el narcotráfico, la cuestión que subyace en el mensaje de 'La Línea: la sobra del narco'.

La indignación de los vecinos de La Línea

Nada más conocerse la noticia del estreno de 'La Línea: la sombra del narco', vecinos de esta localidad mostraron su indignación por la imagen que esta producción podía dar de su ciudad. De momento, más de 1000 personas han firmado una petición en Change.org para retirar el documental, pero lo cierto es que en los cuatro capítulos de este, no se escapa a esta cuestión.

Entre las decenas de voces que aparecen en el documental, se insiste constantemente en que el narcotráfico es una ocupación minoritaria en La Línea, pero es imposible abstraerse de una realidad importante que lastra al municipio. "La imagen de la ciudad está por los suelos y está provocando graves daños colaterales en el sector turístico y de inversiones", dice el alcalde Juan Franco en el primer episodio. Aunque insiste en las bondades de su ciudad: "Todo el que viene se va encantado, pero el problema es cómo les convences de que vengan".

"Aquí se hace una vida totalmente normal", dice el regidor. "Pero ¡ojo!, no vayas a tal playa a las 4:00 de la mañana porque te vas a encontrar con lo que te vas a encontrar... Negar eso es también negar la evidencia". Así, entre las sobras nocturnas, es como se mueven principalmente los delincuentes que vemos en este documental. Una ciudad que trabaja de día y en la que se lucha de noche, como dice el Teniente Campillo: "Una noche en La Línea de la Concepción es completamente imprevisible".

'La Línea: la sombra del narco' no es 'Fariña' ni 'Narcos' ni la película 'El Niño' (por mucho que compartan escenario). Aquí se impone la cruda realidad sobre cualquier atisbo de ficción. Y la realidad ya es bastante impresionante. Aunque en los cuatro episodios de la serie documental podemos escuchar testimonios de narcotraficantes, ellos no son los protagonistas de esta función (en todo caso los antagonistas), que son los policías y guardias civiles (y miembros de la sociedad civil) a los que seguimos en su lucha desigual contra el narco.