'Cuerpo de élite', la sátira política que la ficción española necesita

Tras convertirse en una de las películas españolas más taquilleras de 2016, 'Cuerpo de élite' dará esta noche el salto a televisión en forma de serie en Antena 3. María León, Miki Esparbé y Andoni Agirregomezkorta entregarán el testigo en este primer episodio al nuevo cuerpo integrado por Cristina Castaño, Canco Rodríguez, Octavi Pujades, Adriana Torrebejano y Álvaro Fontalba.

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Lo mejor de cada comunidad autónoma se dará cita en este cuerpo secreto de seguridad a las órdenes del Ministerio del Interior, una institución representada por Joaquín Reyes, Ana Morgade, Antonio Garrido y María Botto. Este será el primer elemento diferenciador respecto al film, abriendo el abanico de protagonistas a la política, un aspecto que servirá para dar réplica a la actualidad, con El Langui encarnando al líder de la oposición (en silla de ruedas, con ropa morada y una carpeta con las siglas de su partido PO, ¿os viene alguien a la cabeza?).

Y es que 'Cuerpo de élite' tratará de dejar atrás los tópicos autonómicos que la convirtieron en todo un éxito en taquilla para centrar su humor más en la política y la actualidad, envolviendo a la brigada en misiones reconocibles por el público. El primero, un incidente internacional del sobrino del Rey, al que le seguirán las 'tarjetas gold', una rica familia catalana que evade impuestos en Andorra o una condesa que chantajea al Estado con su museo.

Una crítica sana y desenfadada a la política y actualidad, desde el respeto pero sin perder acidez

Es precisamente en este aspecto donde más luce el primer episodio de 'Cuerpo de élite', aprovechando bien las situaciones en el imaginario colectivo de los espectadores. La serie caricaturiza al partido en el gobierno sin ningún tipo de miramiento (ay, esa destrucción de discos duros), pero también a la oposición. Una crítica sana y desenfadada, desde el respeto pero sin perder acidez, algo que también estaba presente en la película pero en un segundo plano. Aquí lo ponen al frente, suponiendo todo un acierto para la propuesta, ya que hasta la fecha se ha echado en falta esa crítica política en la ficción española (no así en el entretenimiento, con 'El intermedio' o 'Crackòvia' como mayor exponente de ello).

Froilán, duque de Magaluf

Este factor se explota tanto en el Ministerio del Interior (y sus relaciones con la prensa) como en las misiones que lleva a cabo el cuerpo de élite. En este primer caso su encargo será rescatar al sobrino del Rey en un país del este, una tarea que se complicará cuando se den cuenta de que este no está retenido, sino de fiesta con uno de los mayores capos del país.

Mujeres, alcohol, desenfreno, drogas..., el joven se resiste a abandonar todo aquello para regresar a un país que lo trata como a un bufón, junto a una familia que tampoco le respeta. ¿La solución? Nombrarle duque de Magaluf, toda una declaración de intenciones en esta primera misión, poniendo a la monarquía en el punto de mira de su crítica.

Un cuerpo... ¿de élite?

Mientras que en la película los integrantes del cuerpo de élite no destacaban especialmente por sus habilidades (al final habían sido reclutados para, precisamente, no resolver la misión encomendada), en la serie sí son varios de ellos los mejores en su terreno. ¿Su problema? Ni funcionan necesariamente bien juntos ni dominan todos los palos que deberán tocar. De ahí nace su comicidad y de un abanico de personalidades muy diferentes entre sí.

La coralidad funciona, porque la serie aprovecha bien los diferentes caracteres, aunque algunos personajes lucen mucho más que otros. Es el caso del interpretado por Cristina Castaño. La actriz se adueña de la serie desde el primer minuto gracias a dar vida a una madre abnegada que deberá ocultar a su familia su sanguinario trabajo mientras trata de conciliar ambas facetas. Suyos son los gags más inspirados, con una pelea cuerpo a cuerpo mientras reprende a su hijo, por teléfono, por una agresión a un compañero.

Con todo ello, 'Cuerpo de élite' tiene los mimbres para convertirse en una de las series de la temporada. Humor fácil y ligero, con personajes llevados al límite, que funciona bien cuanto más paródico se vuelve. Si es capaz de profundizar en este aspecto, en esa crítica mordaz, la ficción podrá asentarse en el prime time español, esa será su gran baza para conquistar al público. Por el momento apunta maneras, ahora deberá coger forma y consolidar la dinámica entre sus personajes.