'Stranger Things' lo ha vuelto a hacer: brilla con una segunda temporada más madura

Convertida en uno de los mayores éxitos de Netflix hasta la fecha, 'Stranger Things' tenía el listón muy alto de cara a su segunda temporada. Un primer año impecable convertía en todo un reto volver a convencer a crítica y público y, sin embargo, lo ha logrado gracias a profundizar en las relaciones entre sus protagonistas, llevándolos al siguiente nivel de madurez. Una maduración que se ha notado no solo en los personajes, sino también en sus tramas, ofreciendo un segundo año mucho más adulto.

Netflix puso a disposición de sus abonados los nuevos episodios el pasado viernes 27 de octubre, pero si eres de los que todavía no los ha maratoneado, por tu bien, no continúes leyendo. ¡Alerta spoilers!

'Stranger Things' apostó sobre seguro con dos primeros capítulos que tiraron de nostalgia para contentar a los más fieles seguidores, un regreso a Hawkings cargado de referencias a la cultura pop pero en el que se pecó de demasiado introductorios, repitiendo una y otra vez el planteamiento de sus escenas. Tras este inicio lento, donde se fueron colocando las piezas del nuevo tablero de juego, la serie se metió en harina con la llegada de la nueva amenaza.

Si el primer año los niños preferidos de la televisión se enfrentaron al Demogorgon, en esta segunda temporada tuvieron que hacer frente a algo todavía mayor: El Azotamentes, una criatura que se expandía por la ciudad gracias a controlar no solo a Will (como parte de las secuelas de su estancia en El Otro Lado) sino también a un ejército de Demodogs. Todo esto mientras luchaban contra la ausencia de Eleven y la entrada en la adolescencia.

Si el primer año se caracterizó por la cohexión de las tramas, por la unión del grupo, por la verdadera amistad, durante este segundo año 'Stranger Things' ha optado por mantener más separadas las diferentes tramas, permitiendo un mayor desarrollo de los personajes al centrarse en mostrar las dinámicas internas del grupo, tanto en lo que a amistad se refiere como a sus tramas románticas.

Eleven deja cada vez más atrás a la niña que conocimos para dar paso a una joven que sabe lo que quiere y lucha por conseguirlo

Eleven vivió toda la temporada alejada de los chicos, pero lejos de resultar un lastre para la ficción, ello le permitió explorar sus raíces, sus sentimientos hacia Mike y su relación paternofilial con Jim Hopper. Esta segunda temporada ha sido la del crecimiento de Eleven, quien deja cada vez más atrás a la niña que conocimos para dar paso a una joven adolescente que sabe lo que quiere y lucha, decididamente, por conseguirlo. Su maduración a través de su historia familiar ha sido, sin lugar a dudas, lo mejor de los nuevos capítulos.

Mientras Eleven encontraba su motor personal en sus raízes, el resto del grupo hacía frente a las consecuencias de los hechos de la primera temporada con una nueva amenaza que estuvo a la altura: Nancy lidió con la pérdida de Barb, Will (y su familia) con sus demonios interiores y Mike y los suyos con sus sentimientos. Tres tramas que, además de consecuentes, sirvieron para encaminar a los protagonistas a su nueva etapa vital, una adolescencia que promete revolucionar todavía más el pueblo.

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Con todo ello, 'Stranger Things' ha vuelto a demostrar por qué es uno de los mayores entretenimientos de la actualidad. El factor nostalgia continúa presente, así como la amistad y el amor verdadero que da sentido a toda la locura en la que se ven envueltos los protagonistas, pero lejos de acomodarse (como podría parecer en los dos primeros episodios), la serie logra evolucionar lo suficiente como para continuar en lo alto de las mejores ficciones de la temporada. Una maduración coherente y, sobre todo, interesante, que vuelve a conseguir que sus seguidores, como Eleven, ya contemos los días para volver a reunirnos con el grupo.