Una rueda revienta. Un camión se estrella. Un conductor muere. Durante años, así se archivaron decenas de siniestros como meras fatalidades en las carreteras europeas. Pero la última entrega de Salvados, el programa de La Sexta, ha demostrado que, tras el polvo del asfalto, se escondía algo mucho más oscuro: una red de pactos de silencio, documentos internos filtrados y un modelo de neumático, el Goodyear Marathon LHS II+,que podría haber causado decenas de accidentes con un patrón inquietante.
Gonzo y su equipo viajan al epicentro de esta historia, que comenzó en España hace once años, y que gracias a la perseverancia de una viuda francesa y a periodistas independientes como Thierry de Lestrade, ha llegado ahora a los tribunales galos. Mientras tanto, en nuestro país, ni Fiscalía ni juzgados han movido ficha.
España, punto de partida de la tragedia
La investigación televisiva parte de un caso conocido en Francia pero apenas explorado aquí: el de Antonio Montoya, un camionero español que en 2014 sobrevivió por los pelos al reventón de una de estas gomas defectuosas. “Me tiró primero a la derecha y, del tirón, a la izquierda... atravesé la carretera y ya le metí al quitamiedos con la cabina”, recuerda aún con la tensión en la voz.
Su camión, recién revisado, estalló en plena ruta de Murcia a Granada. Un agente de la Guardia Civil que acudió al siniestro le dijo, sin titubeos: “Por cada diez accidentes de este tipo, ocho camioneros mueren”. Montoya vivió para contarlo, pero nadie investigó entonces si aquello podía deberse a un defecto de fábrica.
El “garbanzo negro” que llevó a Goodyear a juicio
El camión de Montoya pertenecía a Juan Gallardo, un pequeño empresario del transporte que, tras el accidente, optó por hacer lo que nadie más se atrevió: demandar a la multinacional estadounidense. Goodyear le ofreció un acuerdo extrajudicial de 40.000 euros, pero él se negó. “Yo no puedo aceptar 40.000 cuando el camión me costó 120. Si tú me estás ofreciendo algo antes del juicio, es por algo”, explica.
Gallardo perdió el juicio. Fue condenado a pagar 28.000 euros en costas y recibió una carta con una cláusula inquietante: silencio a cambio de una rebaja. “En la carta me ponía eso, que punto en boca. Que no comentara nada, que encima me podían denunciar a mí”. La derrota judicial le arrastró a la ruina. “Yo estuve cuatro años con pastillas”, confiesa ante las cámaras de Salvados.
En los documentos internos de Goodyear filtrados por un informante anónimo a Sophie Rollet, Gallardo aparece como una excepción. Mientras decenas de nombres estaban marcados en verde —presuntamente, aquellos con los que se alcanzaron acuerdos confidenciales— el suyo estaba en morado. “Yo era el garbanzo negro”, resume con ironía amarga.
Gonzo, presentador de 'Salvados'. (Atresmedia)
Una viuda francesa, una cruzada europea
La pieza de Salvados no se entiende sin la figura de Sophie Rollet, cuya vida cambió en julio de 2014 cuando su marido, Jean-Paul, murió tras un choque provocado por el reventón de un neumático Marathon. Lo que parecía un caso aislado se convirtió en su lucha personal, tras descubrir que no era la única: “Había tres accidentes idénticos con el mismo neumático Goodyear”, aseguró.
Su investigación —con la ayuda de los periodistas De Lestrade y Gilman— destapó una supuesta “campaña de satisfacción” con la que Goodyear pidió la retirada voluntaria de 75.000 neumáticos sin admitir los riesgos reales. Según admite un directivo en un documento mostrado por Gonzo, solo lograron recuperar un tercio de esas unidades.
Y fue tras la emisión del documental en Francia cuando llegó el gran giro: un pendrive anónimo con archivos internos, una lista de afectados pagados y el inquietante “Proyecto Alpha”, el plan interno para silenciar el problema con acuerdos confidenciales.
Un ejecutivo de élite y 10 millones de euros
Entre esos documentos, una revelación especialmente llamativa: el caso de Luis Lesmes, alto directivo de Glencore, muerto también en un accidente vinculado a un reventón de neumático. Goodyear, consciente del perfil del fallecido, pactó con su familia una indemnización de 10 millones de euros, firmada ante un juez británico y blindada con cláusulas de confidencialidad.
Una cifra que contrasta duramente con el trato ofrecido a los transportistas españoles. Gallardo lo verbaliza con crudeza: “Normal... porque el gordo es el gordo y el flaco es el flaco”.
¿Y ahora qué?
La justicia francesa ya ha sentado a Goodyear en el banquillo por homicidio involuntario y engaño agravado. Las sanciones podrían llegar hasta el 10% de la facturación de la compañía, que ronda los 20.000 millones de euros. En España, por ahora, silencio absoluto.
Sophie lo resume así: “Si han pagado millones para callarles, es que puede que tuvieran algo que esconder”. Gallardo, el empresario arruinado que no aceptó callar, deja una frase que define el hartazgo de muchos transportistas: “Que les reviente una goma. Pero que no les pase nada. Solo eso. Para que sepan lo que es un reventón... y lo que es un pinchazo”.
Una rueda revienta. Un camión se estrella. Un conductor muere. Durante años, así se archivaron decenas de siniestros como meras fatalidades en las carreteras europeas. Pero la última entrega de Salvados, el programa de La Sexta, ha demostrado que, tras el polvo del asfalto, se escondía algo mucho más oscuro: una red de pactos de silencio, documentos internos filtrados y un modelo de neumático, el Goodyear Marathon LHS II+,que podría haber causado decenas de accidentes con un patrón inquietante.