La cita entre Mar y Carlos en First Dates fue mal desde el principio. Ella ya mostró su personalidad especial en la entrevista previa con Carlos Sobera, algo que echó completamente para atrás al soltero nada más oírle las primeras expresiones.
A pesar de estar al borde de los 60 años, la comensal no ha tenido jamás una relación sentimental. Prefirió dedicar su vida a formar una familia que ahora no puede disfrutar, ya que son dos hijos adoptados que viven en Etiopía. Ahora, la terrible soledad la ha empujado a llamar a la puerta del restaurante de Cuatro para encontrar a su compañero de vida.
Eso sí, dejó cristalino que no quería que quien le presentase el equipo del programa fuese ingeniero de profesión. Recalcó haber tenido muy malas experiencias en su pasado, cuando intentó coquetear con algún que otro chico, y pretendía toparse con un hombre que rellenase ese hueco emocional que tanto echa en falta desde hace unos años.
Carlos le pareció perfecto. Sin embargo, fue el soltero quien se negó a algo más con ella. No le gustó físicamente, pero menos aún en su forma de comportarse. Es más, llegó a llamarle "hipócrita", después de escucharle decir durante la cena que "dices las mismas cosas que he dicho yo en la entrevista previa". Dando a entender que eran dos gotas de agua.
Carlos y Mar, comensales de 'First Dates'. (Mediaset)
Al soltero le sonó demasiado artificial y desesperado, además de no encajar con el proyecto de vida que decidió tener, adoptando y dejando escapar oportunidades de pareja. Ella, en cambio, cuanto más avanzaba la conversación, más entregada se mostraba de cara a conocerlo.
Pero en la ceremonia de la decisión final se llevó un gran chasco. Ella sí quiso volver a tener una segunda cita para avanzar, pero Carlos no la vio para algo más que para una simple amistad. Ni era su tipo, ni tampoco encontró la química que ella repitió haber notado durante la velada.
La cita entre Mar y Carlos en First Dates fue mal desde el principio. Ella ya mostró su personalidad especial en la entrevista previa con Carlos Sobera, algo que echó completamente para atrás al soltero nada más oírle las primeras expresiones.