Susanna Griso trata de defender a Cayetano Martínez de Irujo ante las críticas, pero tiene que darle un toque por "incoherente": "Se equivoca"

Pocas veces se permite Susanna Griso romper la compostura en directo, y menos aún cuando se trata de alguien cercano. Pero este miércoles, 8 de octubre, en Espejo público, la periodista no pudo contener un visible tirón de orejas a Cayetano Martínez de Irujo, con quien mantiene una relación personal de años —hasta el punto de haber estado invitada a su reciente boda con Bárbara Mirjan—.

Todo comenzó durante la habitual tertulia de corazón del programa, cuando junto a Gema López comentaban las portadas del día. ¡Hola! abría su edición con la boda del hijo de la duquesa de Alba, un enlace que —según se había asegurado— no contaría con exclusiva. Sin embargo, la realidad parecía otra: 30 páginas y 46 fotografías dedicadas al evento.

“A ver si no tienes tanto cabreo y tanta malicia para lo que viene ahora, porque me temo lo peor, ya que vamos a hablar de Cayetano Martínez de Irujo”, advertía entre risas Susanna Griso antes de que Gema López introdujera el tema.

La colaboradora recordaba las palabras de Cayetano en la puerta de la iglesia, visiblemente molesto con la prensa: “Le estoy diciendo que muchas gracias, pero les pido respeto por una vez en la vida. Llevo 40 años aguantando la basura. No soy Familia Real, no soy político ni actor, ustedes me usurpan la vida con un micrófono. Esto no es información, es basura. Han intentado tirar por tierra mi carrera. Yo me he salido de este mundo”.

Tras la emisión de las polémicas imágenes, Gema replicaba con ironía: “Dice que se ha salido de este mundo... 30 páginas, 46 fotos exclusivas, incluido un vestido de novia que no habéis visto. ¿De qué mundo estamos hablando? ¿Del tuyo o del mío?”, preguntaba mirando fijamente a cámara, poniendo la pelota en el tejado de Susanna.

A Griso no le quedaba otra que intervenir, visiblemente incómoda, pero sin esquivar la crítica: “Yo no puedo decir nada aquí. Es que de verdad, no hay coherencia, no puedo decir nada. Creo que Cayetano se equivoca enfrentándose a la prensa cuando esto va a ser carne de muchas revistas”, sentenció, dejando así un tirón de orejas a su amigo.

Susanna, que conoce bien al aristócrata —llegó a colaborar en el propio Espejo público durante un tiempo—, intentó, sin embargo, echarle un capote, matizando el concepto de “exclusiva”: “Cuando yo digo que no hay exclusiva, es que no es solo exclusiva de ¡Hola!... Si pienso en una exclusiva, es que tú a una determinada revista le cedes el monopolio de las imágenes. En este caso, se nos dijo que podíamos ir con móviles y publicar con total libertad, como así hicimos en la iglesia. Otra cosa es ya en la finca privada, aunque sé que podría haber publicado también lo que me diera la gana”.

Aun así, la presentadora admitía que la boda pudo tener una fórmula distinta de colaboración: “Lo que me cuentan es que ahora hay un nuevo formato: la revista no paga una exclusiva como tal, sino que cubre algún coste de la boda —la decoración, el banquete, el grupo musical...—”.

Gema López no tardó en apuntar, tajante: “Esto ha pasado muchas veces, pero al final es un intercambio. Lo llamemos como lo llamemos, se llama exclusiva”, concluyó la periodista, muy crítica en todo momento con Cayetano.

Entre la crítica y la complicidad, Griso cerró el tema con un toque de humor y cierta ternura hacia el protagonista: “Lo llamativo es que después de esta bronca nos fuimos todos a la finca y él estaba feliz, exultante. Tengo que reconocer que a mí no me reconoció cuando le fui a felicitar, con el pamelón que yo llevaba. Se me quedó mirando y me reconoció por la voz. Por un momento pensé que me había colado en la boda que no era”, compartió entre risas.

Con este comentario final, Susanna Griso dejaba entrever el equilibrio que mantiene entre su papel de periodista crítica y su vínculo personal con Cayetano Martínez de Irujo, a quien quiso recordar más desde la comprensión que desde la censura. Aunque, eso sí, el tirón de orejas —por muy elegante que fuera— quedó patente.