El gran silencio de 'No somos nadie' sobre 'La familia de la tele', el batacazo en TVE que nadie quiso recordar

El estreno de No somos nadie en TEN, presentado por María Patiño y con Belén Esteban como gran reclamo, convirtió al canal en lo más comentado de la tarde en redes sociales. La audiencia se enganchó al regreso del núcleo duro del universo Sálvame, celebró el tono distendido del formato y aplaudió especialmente a Alberto Guzmán, que sostuvo buena parte del peso de la primera emisión. Sin embargo, entre todos los comentarios positivos, hubo una ausencia que resonó más fuerte que las presencias: el silencio sobre La familia de la tele, el gran fracaso reciente de este mismo equipo en La 1 de TVE.

El magacín de la cadena pública fue uno de los proyectos más sonados de la pasada temporada, con la expectación de ver a Patiño, Matamoros o Esteban en un plató alejado de Mediaset. Sin embargo, el resultado se tradujo en discretísimos datos de audiencia, constantes cambios en el guion y un final precipitado que dejó en evidencia la falta de conexión con el público. Un material perfecto para abrir debates y confidencias en el estreno de No somos nadie. Pero, contra todo pronóstico, no hubo ni una sola mención.

¿Por qué el silencio? La explicación podría estar fuera del plató. No somos nadie está producido por La Osa Producciones, la misma compañía responsable de La familia de la tele y que, a pesar del descalabro de aquel programa, sigue teniendo proyectos activos en TVE. Actualmente mantiene en emisión Malas lenguas, el formato de Jesús Cintora, y prepara el lanzamiento de Directo al grano con Marta Flich y Gonzalo Miró. Poner sobre la mesa los entresijos de un fracaso tan sonado, con testimonios de sus protagonistas, podría tensar o enrarecer las relaciones con la cadena pública y comprometer futuros acuerdos. Además, de Telecinco fueron expulsados por sus directivos, en el caso de TVE fue la audiencia la que le dio la espalda, por lo que el adiós no se produjo en los mismos términos.

Y, sin embargo, buena parte del público esperaba justo lo contrario. Acostumbrados a que este equipo no esquive hablar de sus etapas anteriores —ya lo hicieron en Ni que fuéramos shhh y Tentáculos con Telecinco—, muchos seguidores confiaban en que el estreno incluyera confesiones sobre cómo se vivió desde dentro aquel proyecto fallido. Había materia para titulares: la frustración del equipo, la falta de química con el formato, la presión de las audiencias y el contraste con el clima de libertad que ahora exhiben en TEN.

La estrategia fue otra: empezar desde cero, sin mirar atrás y reforzando la idea de un nuevo comienzo televisivo. Pero esa omisión convierte el fracaso de La familia de la tele en un tabú dentro de un grupo de presentadores y colaboradores que, precisamente, habían hecho de la transparencia y la autocrítica una de sus señas de identidad.

En definitiva, No somos nadie arrancó con buen pie en lo mediático, pero dejó abierta una gran incógnita: ¿Se atreverán algún día María Patiño, Belén Esteban y compañía a contar qué pasó realmente con aquel experimento en TVE? De momento, el silencio habla más que cualquier exclusiva.