El escepticismo de Risto Mejide destruye a Rappel en 'Viajando con Chester': así ha reivindicado su credibilidad como vidente

El icónico Rappel ha sido el rostro elegido para decir adiós a la undécima temporada de Viajando con Chester. El particular modisto y empresario, ligado a la televisión desde hace décadas, ha repasado su trayectoria como vidente junto a Risto Mejide en esta última entrega en Cuatro. Sus relatos han dejado al presentador estupefacto de principio a fin.

Risto no daba crédito durante la entrevista con Rappel cuando, escasos minutos después de arrancar la grabación y con su característico desparpajo, la interrumpía para hacer lo que mejor se le da: las labores adivinatorias. Casi sin darle opción a negarse, el que fuera concursante de la cuarta edición de Gran Hermano VIP ha leído la carta astral de Mejide de manera detallada y para disfrute de todos los espectadores.

"Estoy flipando, yo venía a hacer una entrevista", comentaba ojiplático y jocoso el entrevistador. No obstante, Rappel ha seguido a lo suyo: "Tienes el Sol en Sagitario, te defines como seguro de ti mismo, con personalidad y carácter. Te gusta mandar y rodearte de gente que te aporte y te ayude en tus proyectos". Aunque Risto se ha alegrado y ha agradecido las buenas predicciones del vidente, ha admitido no ser especialmente creyente en la fantasía adivinatoria.

El presentado ha trasladado a Rappel la desconfianza que estas artes le sugieren y las ha relacionado con cuestiones puramente psicológicas y con sus habilidades para analizar el entorno y los antecedentes de sus clientes. Su posicionamiento ha obligado al vidente a defenderse y poner en valor sus destrezas: "Hay muchas cosas que las siento". "Esa intuición de algo es un magnetismo que me produce la persona que tengo delante", detallaba sobre las conclusiones a las que llega durante sus sesiones.

La inesperada maestra de Rappel: "Una gitana que vendía cigarrillos"

Para reforzar su argumento, ha explicado además cómo fue su formación en adivinación: "Yo había aprendido en el colegio a echar las cartas. En la puerta había una gitana que vendía cigarrillos sueltos y de un cajoncito sacaba unas cartas". Motivado por la confianza que su entorno tenía en las palabras de la mujer, se las arregló para acceder a sus conocimientos: "Cojo cinco o seis pesetas y le pago unas clases".

En cambio, también ha reconocido que en sus inicios llegó a dar valoraciones falsas: "Me lo inventaba o mi mente me lo decía". Según ha explicado en el formato de Cuatro, sus dotes fueron creciendo con el paso del tiempo y llegó a vivir acontecimientos verdaderamente espeluznantes: "Vi una persona que no existía". "Veo una señora con pelito blanco que viene, me sonría y desaparece. Era el espíritu que estaba en la casa", ha detallado.

A pesar de suceder aquello cuando tenía tan solo "catorce o quince años", ha asegurado no haberse "cagado de miedo": "Me pareció normal". Finalmente, ha sentenciado su defensa con el argumento que, a su juicio, pone en valor la credibilidad de su trabajo: "A Rappel vuelven".