Inés Hernand se pronuncia sobre el pinchazo en audiencias de 'La familia de la tele' en TVE y pide paciencia

El estreno de La familia de la tele en La 1 ha sido, al menos en términos de audiencia, más tibio de lo esperado. El nuevo magacín producido por La Osa y presentado por Inés Hernand, María Patiño y Aitor Albizua arrancó con un 9.2% de share en su tramo principal, para descender progresivamente en los días posteriores hasta firmar un 6.2%, quedando relegado a la cuarta opción de su franja. Sin embargo, Inés no se da por vencida y pide tiempo para que el formato encuentre su tono y, sobre todo, a su público.

En su pódcast Saldremos mejores, la comunicadora ha abordado sin rodeos estos primeros datos y ha apelado a la paciencia y al proceso de rodaje: “Nos tenemos que oler los culillos en el pipicán, y en esas estamos”, ha dicho gráficamente, reivindicando el necesario periodo de adaptación entre el equipo y la audiencia. En su opinión, el programa tiene “todos los ingredientes” que desea el público, aunque admite que “las cosas se tienen que ajustar, nos estamos adecuando”.

Hernand señala que uno de los problemas del debut fue el exceso de código interno heredado del universo Sálvame, demasiado denso para quienes no lo siguen desde dentro. Aun así, para Bob Pop y para ella, el desfile fue "como un accidente, no podías dejar de mirar". “Todo era muy código interno, de cosas de las que tienes que estar muy al tanto”, apunta, poniendo como ejemplo el comentado abrazo entre Rocío Carrasco y Marta Riesco. Un momento que, aunque relevante para los fieles de Telecinco, puede haber resultado críptico para el espectador generalista que TVE intenta captar.

Lejos de caer en el desánimo, la presentadora insiste en que lo importante ahora es “analizar qué se hace bien y qué se hace mal” para corregir el rumbo sin perder la esencia del programa. La familia de la tele ha nacido con una fuerte carga simbólica —marcar el regreso de los rostros de Sálvame a la televisión en abierto— pero también con una ambición más amplia: construir un espacio coral, versátil y competitivo en las tardes de TVE.

No obstante, Hernand no esconde su frustración ante el impacto limitado del lanzamiento: “Es mucho mejor trabajar sin expectativas, pero yo, como soy una persona altamente ilusionante, me dejo ilusionar”, confiesa. Y aunque asume que “el dato es objetivo”, no se corta y lanza una crítica frontal al sistema de medición de audiencias: “Es falsa, tramposa, obsoleta y no será real”.

Por ahora, TVE no ha hecho movimientos drásticos tras el flojo arranque, pero las próximas semanas serán clave para determinar si el programa encuentra su sitio o si la pública vuelve a repensar su estrategia de tarde. Hernand, por su parte, tiene clara su apuesta: "Yo tengo paciencia, pero hay mucha gente que no la tiene. Estamos muy poco acostumbrados a los medios plazos, pero en esas estamos, queridas mías, con paciencia y tranquilidad. Instamos a que se tenga paciencia. Habrá que tener paciencia", remata la presentadora, esperanzada con que con el rodaje de los programas, el magacín vaya encontrando su sitio en La 1.