La muerte de un veterano trabajador conmociona Telecinco: el emotivo mensaje de Ana Rosa, Joaquín Prat y Patricia Pardo

La mañana de este lunes, 5 de mayo, ha estado marcada por el silencio, la emoción contenida y las palabras de despedida en los programas matinales de Telecinco. El motivo: la repentina muerte de Carlos Bañares, auxiliar de plató en El programa de AR y Vamos a ver, quien falleció el pasado sábado a los 56 años. Una pérdida profundamente sentida en Unicorn Content, la productora de ambos espacios, y que ha dejado una huella visible en la pantalla y en el ánimo de sus presentadores.

“Compañero, vuela alto”: el emotivo adiós de Ana Rosa

Ana Rosa Quintana cerró la mañana en su programa realizando una pausa, tragando saliva y mirando a cámara para compartir con su público la dura pérdida que su equipo había sufrido a lo largo del pasado fin de semana. La presentadora lanzaba entonces un mensaje cargado de emoción y cercanía, dedicado a quien llevaba más de tres lustros acompañando desde la discreción del plató.

"Carlos llevaba trabajando en Telecinco 18 años, 15 de ellos aquí, en este programa. Era un vallecano orgulloso de su barrio, un hombre atento, un buen compañero. Siempre que podía nos traía miel de su pueblo, Piedralaves, en Ávila", recordó, dibujando con sus palabras la figura de un profesional querido y humano.

Quintana no ocultó la tristeza del equipo, visiblemente tocado por la pérdida, y dedicó unas palabras especialmente sentidas a su familia: "Queremos dar el pésame a la madre, el hermano, la hermana y los amigos de nuestro compañero... Carlos, compañero, vuela alto. Hasta siempre", sentenció, no sin antes recordar algunas de las aficiones de su compañero, al mismo tiempo que remarcaba que su capilla ardiente se encuentra ya abierta, por la que desfilarán varios de ellos para darle su último adiós.

Prat: "Hoy nos falta una pieza maravillosa de este puzzle"

En Vamos a ver, Joaquín Prat arrancó su intervención con sinceridad y sin buscar apariencias. Tras repasar los principales temas de la jornada, el presentador quiso hacer un alto para dirigirse a los espectadores, tal y como había hecho minutos antes Ana Rosa: "Hoy no es un programa fácil para ninguno de los que participamos... Hoy nos falta una pieza maravillosa de este puzzle, que es nuestro Charlie".

El presentador quiso poner en valor el trabajo invisible, pero esencial, de quienes hacen posible el día a día televisivo fuera del foco mediático. “Somos cuatro gatos los que hacemos la tele que ustedes ven. Luego hay muchos, igual o más importantes, detrás de las cámaras”, subrayó, visiblemente afectado.

Con el corazón en un puño, Prat cerró su homenaje con un gesto de compromiso: "Le vamos a echar mucho de menos. Hoy vamos a tirar de tópico, la vida sigue, así que vamos a hacer el programa como podamos, o como le hubiese gustado a él que siguiésemos haciendo. Se lo vamos a dedicar a él".

Patricia Pardo: "Era uno más de nuestra familia"

Prat no era el único que quería tener unas palabras para su compañero en Vamos a ver, ya que, aunque a Patricia Pardo le daban paso para que abriese la sección de sucesos, la copresentadora del magacín pedía tiempo para rendir su particular tributo antes de entrar en la actualidad informativa: "Luz y progreso para el alma de nuestro compañero", dijo en un tono sereno pero conmovedor. "Formaba parte de nuestra familia. Llevaba tanto tiempo con nosotros que era uno más", añadía.

Su mensaje incluyó además un abrazo simbólico a todos los que, desde hoy, sentirán el hueco que deja Carlos: "Por supuesto, un abrazo enorme a toda la gente que lo va a echar de menos a partir de ahora. Nosotros también lo vamos a hacer", remataba la gallega

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Una familia de plató en duelo

Lo que se ha vivido hoy en la franja matinal de Telecinco no ha sido solo una despedida profesional, sino un verdadero gesto de duelo compartido entre compañeros que pasan más horas juntos que muchas familias. La pérdida de Carlos Bañares ha visibilizado esa red invisible de afectos que se teje detrás de las cámaras, donde la televisión no se hace con focos, sino con personas.

La capilla ardiente ya ha sido abierta y, aunque el programa debe continuar, como decían sus propios presentadores, lo hará con una ausencia muy presente. Carlos era mucho más que un auxiliar de plató: era una presencia constante, una sonrisa diaria, un gesto de compañerismo silencioso. Hoy, su nombre ha dejado de ser el de alguien que estaba detrás... para ocupar, por un momento, el centro del escenario.