David Broncano corta a María Patiño y Belén Esteban por su frenética intervención en 'La revuelta': "No puede ser"

Si algo destaca de María Patiño y Belén Esteban, así como de todos los que fueran sus compañeros de Sálvame, es su naturalidad. Junto a su energía arrolladora, son la combinación perfecta para levantar un programa o para dinamitarlo por completo, como ha pasado esta noche con La revuelta. Giro tras giro, pestañear se ha convertido en un lujo para los espectadores, que las han visto esta noche absolutamente frenéticas.

La entrega de regalos se ha convertido en una parte ineludible de La revuelta, raro es el día que un invitado se presenta sin un agasajo para el programa, para el presentador o para el público (el que asiste a las grabaciones). No obstante, lo de esta noche ha ido mucho más allá con el sinfín de obsequios con los que se han presentado María Patiño y Belén Esteban, que han vuelto al espacio de TVE para promocionar el inminente estreno de La familia de la tele.

En primer lugar, la de Paracuellos le ha entregado un imán de Nevada que obtuvo en una visita a su hija, que reside en Los Ángeles actualmente por estudios. Además, le ha dado también una taza para que la rompiese en directo, un pacto que habían acordado en una visita anterior de Belén a La revuelta. Minutos más tarde, María Patiño se quitaba una pulsera de su propio pie para que David se la pusiese en su muñeca: "Aparentemente, no significa nada, pero para mí mucho. Nos unirá para siempre".

Minutos más tarde, se sentaban en el sofá del programa con nuevas bolsas cargadas de obsequios. "Hoy es posible que solo hay regalos. A ver cómo hacemos hoy con el programa", comentaba el presentador viendo que la situación se alargaba. Una vez más, Belén Esteban ha otorgado el presente, una fotografía de los tres presentadores de La familia de la tele (Patiño junto a Inés Hernand y Aitor Albizua) y Belén para que ocupase su mesa.

Broncano, atónito: "La que estáis liando"

Mientras, Patiño rebuscaba hasta encontrar un incontable número de álbumes de cromos para repartir entre los asistentes, que podrían coleccionar las pegatinas que su compañera ha lanzado por el aire como su peculiar manera de repartir suerte. Tras más de veinte minutos sin llegar a profundizar en el contenido que verdaderamente justificaba su intervención (la promoción), han insistido en dar un último regalo que ha acabado con la paciencia del presentador: "Dios mío, la que estáis liando".

Incluso ha llegado a pedir a los de las butacas que abriesen los cromos luego para poder continuar con las dinámicas. Finalmente, han confirmado el regreso del Grand Prix mostrando dos peluches de la vaquilla del formato que han lanzado también a los asistentes a la grabación en un nuevo y enérgico movimiento a lo largo y ancho de todo el escenario. Este ha sido el último regalo.

Luego, Belén se ha dirigido de nuevo a una esquina del escenario, donde el presentador pensaba que cogería de nuevo otro obsequio. "No puede ser todo regalos", decía confuso, pero al final había sido solo un movimiento de la invitada para colocar un elemento de decoración que había tirado anteriormente por error.