Así ha sido la experiencia cercana a la muerte de Frank Cuesta por la mordedura de una serpiente: "A una persona normal..."
Su pareja, Paloma Ramón, no se ha separado de él y se ha puesto en contacto con su comunidad de seguidores en estos días tan difíciles
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Frank Cuesta ha vuelto a burlar a la muerte: los que le llevan siguiendo un tiempo saben que no es, ni de lejos, la primera vez que esto ocurre. El naturalista más popular de nuestro país ha vivido uno de los sustos más graves de su vida tras sufrir el impacto del veneno de una cobra escupidora en Tailandia. El incidente, que ocurrió cuando acudió a retirar al animal de una zona poblada, le provocó una reacción agresiva en los ojos y lo llevó de inmediato al hospital.
"A una persona normal la mata", confesó su entorno más cercano, y no se trata de una exageración Este tipo de serpiente, capaz de escupir veneno a más de dos metros de distancia, no solo afecta la visión: su toxina puede colarse por los conductos lagrimales y descender por vías respiratorias como la tráquea o los pulmones, provocando colapsos y hasta infartos. Por eso, el susto no fue menor y los médicos reconocen que la recuperación de Frank ha sido casi milagrosa.
El propio Cuesta permaneció varios días ingresado mientras los médicos "alucinaban con su resistencia". Su rostro, visiblemente hinchado, mostraba las secuelas del ataque, pero su fortaleza física, forjada durante años de contacto con animales salvajes y una vida marcada por varios frentes abiertos en lo personal, ha sido clave para frenar los efectos del veneno.
Su pareja, Paloma Ramón, no se ha separado de él y se ha puesto en contacto con su comunidad de seguidores en estos días tan difíciles. Ella fue la encargada de tranquilizar a los seguidores del leonés con actualizaciones sobre su estado. "Está en casa y fuera de peligro", aseguraba con alivio, tras confirmar que los médicos descartaban ya riesgos sobre el sistema nervioso central. Aunque deberá continuar con curas oculares, su vida ya no corre peligro. Cuesta subió hace unos días una fotografía de una cobra escupidora a su perfil de Instagram, riéndose de su propia tragedia incluso en un momento tan bajo.
No es la primera vez que Frank Cuesta se enfrenta a una situación así. Años atrás, una cobra lo dejó en coma y acabó con la vida de su compañero. "Esto ya lo he vivido", dijo una vez el herpetólogo, que ha hecho de estas situaciones límite casi una rutina. Pero el susto de esta vez ha sido más sonado, quizá por la acumulación de reveses que arrastra en los últimos meses.
A su ya conocida batalla contra el cáncer, se han sumado la reciente detención en Tailandia por posesión de especies protegidas y una larga lucha judicial relacionada con su ex pareja. Ahora, este nuevo episodio ha vuelto a poner a prueba su aguante. "Han sido días muy duros", decía hace poco en un mensaje a sus seguidores. Pese a todo, la vida de Frank Cuesta sigue adelante con la misma determinación salvaje, como los animales que siempre le rodean, que le ha hecho famoso.
Frank Cuesta ha vuelto a burlar a la muerte: los que le llevan siguiendo un tiempo saben que no es, ni de lejos, la primera vez que esto ocurre. El naturalista más popular de nuestro país ha vivido uno de los sustos más graves de su vida tras sufrir el impacto del veneno de una cobra escupidora en Tailandia. El incidente, que ocurrió cuando acudió a retirar al animal de una zona poblada, le provocó una reacción agresiva en los ojos y lo llevó de inmediato al hospital.