Pide "un caballero de derechas" y 'First Dates' la sorprende con un "liberal": "Yo soy chapada a la antigua"

Los participantes de First Dates son la prueba de que las combinaciones más extraordinarias, incluso las que resultan aparentemente antagónicas, pueden ser idóneas para el amor. Quizás la clave está en ser abierto de miras o, por el contrario, en tener las cosas claras, como es el caso de Carolina, una funcionaria de Málaga que reside en Castellón que ha manifestado a Carlos Sobera sus imprescindibles para encontrar al futuro hombre de su vida: "Un caballero de derechas".

A sus 54 años, Carolina ha madurado sus ideas y sus perspectivas de futuro hasta tenerlas bien claras: "Quiero un señor que me trate como una reina". Se lo ha trasladado con firmeza al presentador del espacio de Cuatro, que ha querido saber más y ella, sin tapujos, se ha abierto: "Soy chapada a la antigua, me gusta lo clásico".

Lo cierto es que Carolina guarda cariño por una época de "mentalidad más antigua, cuando los hombres eran más caballerosos, más tradicionales", algo que le impide dejarse llevar con las dinámicas más habituales en la actualidad: "Los hombres hoy en día van muy deprisa. Te venden la moto porque quieren mojar el lápiz. Perdona, yo salgo, ceno, hablo y conozco gente, pero no van a mojar el lápiz".

Ella prefiere "la generación de antes, cuando había otros valores" porque "la gente se respetaba más" y "había un cortejo" que le resultaba más interesante, más atrayente. Es por ello que cuando Sobera le ha pedido que anotase en un posavasos las tres cualidades que le pedía al hombre que propone el programa, lo ha tenido claro: "caballeroso, con iniciativa y de derechas".

Carolina: "Prefiero un hombre de derechas para curarme en salud"

"La derecha yo la identifico con que el hombre es un poco más el rol de caballero. Que también habrá gente de izquierdas que lo sea, pero para curarme en salud prefiero de derechas, que me entiendo más en ideas y en la forma de vivir", se ha justificado. A su llegada, Antonio se ha definido como la mejor versión de sí mismo: "El viajar tanto me ha servido para ser mejor persona, para cambiar mi forma de ver las cosas y ser más comprensivo, tolerante y afable".

A priori, su definición no desencaja con las sugerencias de Carolina, aunque Antonio se ha mostrado algo confuso al leerlas: "¡Hostia! Está bien, tengo cierta tendencia a la derecha aunque no soy muy derechón. Soy liberal". En un primer momento, su reunión no ha comenzado con mal pie, puesto que el "estilo casual" de la vestimenta del citado ha resultado gracioso a la mujer: "Yo soy un poco más clásica, me ha hecho gracia".

De hecho, la cita ha avanzado con cierta amabilidad por parte de ambos, que aparentemente han disfrutado del encuentro y se han manifestado de acuerdo en puntos clave, como el sexo el feminismo. Incluso se han atrevido a bailar juntos una bachata. A Carolina, de lo que más le ha gustado ha sido el caballeroso gesto de Antonio al invitarla a la cena: "Para mí es un sinónimo de galantería, no significa que me tenga que invitar a todo". Finalmente, han optado por seguir conociéndose en una segunda cita.