Jarro de agua fría en 'El diario de Jorge' con lo que sucede en su esperado test de ADN: "Me quedo igual"

Verónica, una estudiante sociosanitaria de 43 años, estaba llamada este jueves, 3 de abril, a ser la gran protagonista de la tarde en El diario de Jorge. La joven había acudido a principios de semana para presentar su caso, que no era otro que las dudas que tenía acerca de la paternidad de su padre. Cuando tenía 13 años, su madre le confesó que se había acostado con su padre y con un feriante durante la semana en la que se quedó embarazada, por lo que siempre había tenido dudas sobre quién era realmente su padre biológico.

Tras años de incertidumbre, y con ambos progenitores ya muertos, la joven había dado por fin un paso al frente para disipar todas las incógnitas, acudiendo al programa de Jorge Javier Vázquez para pedirle a un tío y a un primo que se sometieran a sendos test de ADN para comprobar su filiación. Ellos aceptaron sin dudarlo, seguros de que el resultado no cambiaría, en absoluto, su relación.

El día había llegado, siendo este el plato fuerte de esta entrega. Tras hablar con los tres protagonistas por separado para comprobar cómo estaban viviendo estas últimas horas, el presentador daba entrada a la experta, quien portaba el sobre con la esperada resolución. Unos segundos de incertidumbre y tensión después, Jorge Javier revelaba por fin el resultado: las pruebas no eran concluyentes.

La cara de todos los presentes era un poema, con Verónica siendo incapaz de contener un rotundo "joder, me quedo igual". Su decepción era el reflejo del estado de la audiencia del espacio de Telecinco, quedándose con las ganas de conocer la verdad y tener así un cierre de la historia.

La experta en plató animaba a Verónica a no tirar la toalla, emplazándola a dar con algún otro tío del que poder tirar, así como invitándola a buscar cualquier objeto de sus padres que pudiera contener todavía restos de ADN. Antes de que se lo pensara mucho, el propio Vázquez recordaba que durante sus charlas habían mencionado la existencia de otro tío, con quien El diario se había puesto ya en contacto.

Así, el susodicho intervenía telefónicamente para que Verónica le explicara brevemente la cuestión. Este tampoco lo dudaba, viendo cómo su sobrina se deshacía ya en lágrimas: aceptaba su petición para hacerse las pruebas también. Todavía había esperanza para ella, con el presentador emplazando a ambos a encontrarse nuevamente en el programa para intentar nuevamente arrojar luz sobre su caso. ¿A la segunda irá la vencida? De momento, coitus interruptus, tanto para ella como para el público del programa.