La brutal versión de María León: "Me vino la regla en el calabozo y no me dejaron ir a asearme"

María León está en el punto de mira por la condena que acaba de recibir por el altercado policial que protagonizó hace un par de años en Sevilla al acabar de rodar El hijo zurdo, la serie que hizo para Movistar Plus+.

Tras años de silencio, ha decidido hablar largo y tendido de todo lo que pasó con Jordi Évole en Lo de Évole, el programa que tiene en La Sexta: "Tengo mis razones por las que no he hablado. Por protegerme y proteger mi salud mental. Ha sido difícil".

Entrando en materia, la actriz se ha abierto por completo: "Tengo un recuerdo agridulce. Fue terrible. Venía de hacer un proyecto, uno de los más importantes de mi carrera. Terminamos de rodar y salimos a celebrar. Íbamos todo el equipo andando por la calle de forma repartida, yo iba con el director. La última persona que iba era el cámara, con la bicicleta de un director y una copa en la mano".

"Vemos que pasa la Policía y paran a mi compañero. Lo vemos de lejos y entendemos que no va a pasar nada, pero aparece otro coche y ya sí nos preguntamos qué pasa. Pero seguimos esperando sin acercarnos hasta que apareció una lechera. Entonces ya fuimos y había mucha violencia en ese círculo. Mucha tensión. Fuimos a preguntar qué pasaba y directamente comenzaron a empujarnos", son sus palabras textuales.

"Yo que peso 50 kilos caí al suelo y me asusté porque no entendí. Y al no entender, por instinto y con mis nervios, comencé a grabar. Pregunté por qué estaban haciendo eso en vez de protegernos. Y un agente de la Policía Local me salió por peteneras, hablándome de la cultura. 'En la cultura nos vamos a gastar el dinero', eso fue lo que me dijo y lo tengo grabado", añade.

La hermana de Paco León sigue con el realto de la siguiente forma: "Me pidió el DNI y le dije que no lo tenía y me dice 'al coche'. Yo tengo claustrofobia y no me había montado nunca en un coche de Policía. Me sentí encajonada y a gritos le pedí a la chica que no me dejara ahí. Y con las mismas me mira y me deja allí encerrada".

"Yo empiezo a gritar en el coche y no sé de qué manera no dejé de grabar. Lo tengo tan claro porque está grabado. Se abre la puerta del coche, me bajo con una angustia queriendo coger aire y se escucha en el vídeo que alguien me dice 'huye'. Y yo digo 'no voy a huir porque no he hecho nada'. Voy hacia donde están los policías a buscar ayuda porque tenía un ataque de ansiedad", asegura.

"Y yo no sé lo que ellos vieron, pero se tiraron tres personas encima de mí. Pegunté por qué me estaban haciendo esto y me dijeron que porque sí. Me meten en el coche esposada, me llevan a una comisaría y no sé el tiempo que pasó, pero fue suficiente para que yo me agotara y dejara de llorar. Me quedé pachucha en una esquina agotada", cuenta bajo la atenta mirada de Jordi.

León sigue con su versión: "Y aparece el mismo señor que me habló de la cultura y me dice, 'esto se puede quedar aquí y te puedes ir a tu casa, pero borra los vídeos'. Y no sé de dónde lo saqué, será el sentido de la justicia, pero le dije que no. Que quería mis derechos. Se calló, no me dijo nada más y se fue".

"Llegaron las chicas, me leyeron mis derechos y me dijeron que estaba allí por haberle pegado una patada y un puñetazo a aquella misma chica. Me quitaron mis pertenencias, me tomaron las huellas, me hicieron la foto... y cuando vi dónde me iban a llevar mi cuerpo desconectó y me caí al suelo. Entonces apareció un Policía Nacional y dijo 'a esta chica no la podéis meter ahí, me la tengo que llevar al hospital'. Ya en el hospital me explicó que iba a volver a esa comisaría, no a mi casa, pero que te van a poner en otra celda, con espacio y que tienes que estar tranquila. Que no iba a pasar nada".

"Me quedé en una de las celdas medio dormida y una de las veces en las que me desperté me había bajado la regla del sofocón. Pedí que me dejaran asearme y no me dejaron. Era muy denigrante", desvela visiblemente afectada.

"Al rato me llamaron y me llevaron como a un ojo de pez. Y un señor me dijo que dijera que no iba a declarar y que en media hora estaría fuera de ella, que mi hermano estaba en la puerta. Y era el abogado que mi hermano había conseguidos en dos horas en plena madrugada. Me dio unas gafas, algo que no entendí, y era porque la prensa estaba en la puerta. Y ahí empezó la pesadilla. Decidí encerrarme y buscarme un psicólogo y un psiquiatra", sentencia.

Entre otras declaraciones y con todo lo que pasó después, asegura que "me fui a MasterChef Celebrity porque tenía que pagar la abogada".