Adiós a 'Ni que fuéramos', el programa que ha salvado a sus estrellas de sus propios personajes
El programa de María Patiño echa el cierre en Ten ante su gran salto a las tardes de Televisión Española
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F697%2F49d%2F666%2F69749d666b5e77fde231602a2a241af3.jpg)
Hoy, jueves 27 de marzo, acaba para siempre Ni que fuéramos Shhh, el programa de entretenimiento considerado por muchos la continuación de Sálvame tras su abrupta y comentada cancelación en Telecinco hace ya casi dos años.
El pasado 15 de mayo, tras un descafeinado paso por Netflix con Sálvese quien pueda, en el que la idea de hacer un reality show con los colaboradores más traviesos de la televisión no fue ejecutada como se esperaba, María Patiño se ponía al frente de un espacio diario y en directo dedicado al mundo del corazón, la televisión y la actualidad social. Con Belén Esteban, Kiko Matamoros, Chelo García Cortés, Lydia Lozano y Víctor Sandoval como colaboradores y David Valldeperas como director.
En un plató reducido y reacomodándose a su nueva realidad, es decir, sin los grandes medios a los que estaban acostumbrados, con una audiencia minoritaria y en la era puramente del streaming, ya que en sus inicios el programa solo se podía ver por Youtube y Twitch, llegaron con fuerza, garra y despecho. Aquellos primeros meses raro era el día en el que no disparaban a Mediaset España por la manera en la que habían prescindido de ellos. Una forma de actuar más que lógica y normal, ya que volvían a tener un potente altavoz para expresarse y, esta vez, de forma completamente libre al no depender de ningún grupo audiovisual.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fd0f%2Fecc%2Fd4e%2Fd0feccd4e4b7148eeebd5cbc675503a0.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fd0f%2Fecc%2Fd4e%2Fd0feccd4e4b7148eeebd5cbc675503a0.jpg)
Pero como sucede siempre en la vida, gracias al tiempo fueron sanando y dejando paso a su mejor versión. Llegaron Kiko Hernández, Marta Riesco o Javier de Hoyos, volvieron a la televisión tradicional de la mano de Ten y ampliaron el plató. El show seguía creciendo y los personajes que durante tantos años fueron forjando en Telecinco, aquellos que seguramente crearon por las necesidades televisivas del momento, el poder y la notoriedad que les daba la cima de la audiencia y la fábrica de entretenimiento en la que estaban montados sin tener tiempo para parar, respirar y pensar, fueron también reformulándose y adaptándose.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fe08%2Fefb%2Fda5%2Fe08efbda59267eda3f3fddc852b65a6d.jpg)
María Patiño estuvo muchos años en Telecinco ejerciendo como presentadora a base de aprender, hacer, arriesgar... demostrando que su evolución natural en la profesión era llevando las riendas de un espacio, pero en Ni que fuéramos ha brillado como nunca. La periodista no solo conecta ya de forma innata con los espectadores, ha perdido todo tipo de prejuicios y sabe que en su carácter, su instinto y su talento encuentra la fórmula del éxito. No es, ni pretende ser, una presentadora al uso, se debe ya al público con sus cosas buenas y sus cosas malas, estando a la altura de los grandes del medio que hacen suyos cada formato.
Belén Esteban sigue siendo Belén Esteban, pero ahora con su parte más divertida, positiva y cachonda por bandera. Su época de enfados, malas caras y gritos ya pasó, y aunque también hemos disfrutado con todos los dramas personales que ha vivido y que ha compartido sin filtros en pantalla durante años, ella, como icono televisivo que traspasa cualquier tipo de barrera, potencia ahora esa aura tan especial que tiene. Verla cocinar, bailar, cantar, llorar de emoción o defender con vehemencia sus opiniones, hacen que siga siendo hipnótica y siempre queramos seguir viéndola.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ffa5%2F2e0%2F781%2Ffa52e0781abe71b544af73badf6a0ec1.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ffa5%2F2e0%2F781%2Ffa52e0781abe71b544af73badf6a0ec1.jpg)
Kiko Matamoros ha sido otra de las piezas clave de Ni que fuéramos. No solo sabe levantar a la perfección cualquier trama y llevar al programa al punto en el que exactamente quiere, aporta la parte sensata, culta, analítica y, por supuesto, también ocurrente y ácida. Resulta completamente disfrutable verle reír cuando él mismo sabe que está soltando alguna burrada y busca show por encima de todo. Sigue siendo uno de los colaboradores más completos y versátiles de la televisión.
Lydia Lozano, Chelo García Cortes y Kiko Hernández, siendo fieles a su personalidad, también han sabido ajustarse a esta nueva etapa y dar lo mejor de sí mismos desde esta perspectiva menos guerrera. La complicidad entre todos ellos sigue siendo otro de los grandes ingredientes del proyecto. Asimismo, las intervenciones de Valldeperas desde dirección y en forma de voz en off han tenido un tono más conciliador, avivando la llama de los diversos temas sin perder su toque maestro, pero con objetivos nada incendiarios y mucho más cómicos.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fd7d%2Fe7a%2F4a1%2Fd7de7a4a1f9507f4b1659b7c2776aa13.jpg)
No podemos olvidarnos de Marta Riesco, que ha sido la gran revelación del programa, ganándose día a día el cariño y la aceptación de la audiencia gracias a su descaro en la calle e ingenio en el plató, demostrando que ha sabido transformarse y dejar atrás el pasado. O Javi de Hoyos, la voz del pueblo, la persona que ha aportado frescura y energía nueva y noble con temas diferentes a los habituales.
Fui fan y seguidor de los primeros años de Sálvame, aquellos en los que reinventaron la televisión y la naturalidad, el buen rollo, el humor, las risas, los piques, las huidas de plató o las reconciliaciones eran las armas con las que nos entretenían cada día. La polémica, las broncas, las descalificaciones y esa televisión más sangrienta tuvo también su punto, pero todo se acabó descontrolando y saturando. Llegó un momento en el que se creían por encima del bien y del mal y parecía que todo valía.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F493%2Fff4%2F0c8%2F493ff40c8b5822cfcdffb1d638475246.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F493%2Fff4%2F0c8%2F493ff40c8b5822cfcdffb1d638475246.jpg)
Por eso celebro estos 10 meses de Ni que fuéramos, este programa puente entre Telecinco y Televisión Española, entre Sálvame y La familia de la tele, porque una vez más se han salvado. Esta vez de ellos mismos. De esos alter ego gruñones e irascibles en los que se habían convertido. Este tiempo han tenido la suerte de expresarse, curarse y cicatrizar, pasando página de verdad y situándose en una nueva casilla de salida para dar paso a algo nuevo.
No soy de los que cree que ahora en TVE van a estar encorsetados o van a perder la libertad ganada. Creo firmemente en que pasan a otra etapa, se reinventan y seguirán siendo ellos mismos con una versión actualizada. La televisión ha cambiado y todos los profesionales del medio saben que no se podría volver a hacer un Crónicas Marcianas hoy en día, tampoco un Hotel Glam o un Operación Triunfo con Risto Mejide humillando a sus concursantes. Quizá en esa lista ahora entra también Sálvame.
Pero la improvisación, la autenticidad, el color y un punto gamberro siempre es necesario, tanto dentro como fuera de la tele. Dicen que la esencia nunca cambia y la de todos ellos es única, atractiva y envolvente. Todo en la vida es evolucionar, reconstruir y seguir. Lo mejor siempre está por llegar y el salto que les espera seguro que será emocionante y enriquecedor, dejando Ni que fuéramos en alto y con el mejor de los recuerdos.
Hoy, jueves 27 de marzo, acaba para siempre Ni que fuéramos Shhh, el programa de entretenimiento considerado por muchos la continuación de Sálvame tras su abrupta y comentada cancelación en Telecinco hace ya casi dos años.