"Ya no estamos juntos": Disgusto para la tentadora que se tatuó el nombre de un participante de 'La isla de las tentaciones'
Álvaro y Mayeli empezaron una relación poco después de la hoguera final, donde el participante dio por finalizado su romance con Alba
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fe3f%2Facb%2F27d%2Fe3facb27d80821dd217bab7363ea51b8.jpg)
El hilo relacional de La isla de las tentaciones 8 ya se ha convertido en prácticamente un ovillo de lana con Mayeli como uno de sus claros nudos con más vínculos interrelacionados. La tentadora se posicionó bajo el foco cuando Tadeo se dejó llevar con ella en Villa Montaña, pero no logró conquistar su corazón como Álvaro, a quien sí eligió para arrancar una relación que resultó ser de gran intensidad, pero poca duración.
Pocos días después de que Telecinco emitiese las hogueras finales de La isla de las tentaciones, en las que las parejas deben decidir si rompen sus relaciones o apuestan por ellas, Mayeli se hizo viral por sus declaraciones de lo que había ocurrido en República Dominicana cuando las cámaras no grababan. Según relató en una entrevista para una clínica estética, habría tenido un acercamiento con Álvaro durante sus últimas jornadas: "Te quitan las cámaras dos días y te dejan allí".
Indiscreta, incluso explicó que ambos se besaron en una situación que suele subir la temperatura en las villas: "Aproveché un poco y jugamos a un juego en el jacuzzi. Nos dimos un beso tonto". No obstante, esto solo fue una primera toma de contacto que tomaría forma tiempo después, ya de regreso en España: "Empezamos a conocernos un poquito más, a salir de fiesta. En Barcelona, yo me di un beso con un chico y él (Álvaro) se volvió loco. Me dijo que quería estar conmigo".
Álvaro, roto por su ruptura con Mayeli: "Tenemos una relación muy tóxica"
Al parecer, su relación habría sido de película, una absoluta hipérbole del romanticismo y la reciprocidad que la habría hecho sentir mariposas en el estómago y la imperiosa necesidad de dejar huella en su cuerpo con un tatuaje del nombre del joven. "Álvaro Rubio" consta en la piel de su antebrazo de por vida (o hasta que decida borrárselo).
Aunque en ese mismo vídeo decía que el joven sería "el futuro padre de mis hijos", poco han tardado en dar por finalizada su relación, de modo no llegaron a El debate de las tentaciones como una pareja, sino que se recibieron con dos besos fríos y distantes en lugar de una muestra de cariño. Por supuesto, Sandra Barneda no ha podido evitar indagar en esta inesperada circunstancia.
Inicialmente, el joven ha aludido a la incompatibilidad de caracteres para sobrellevar la relación: "Tenemos un vínculo muy tóxico. Tengo corazón, pero también tengo una cabeza que me dice que peleamos cada día. Me voy a cenar y me dice que no la elijo". No obstante, la presentadora ha preguntado por los comportamientos de la joven sobre los que se habían extendido rumores.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fbf2%2F19d%2F74d%2Fbf219d74d8358e0d2c2725280d7c67ae.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fbf2%2F19d%2F74d%2Fbf219d74d8358e0d2c2725280d7c67ae.jpg)
Entonces, Álvaro ha añadido una información que había estado tratando de evitar: "Hace tres semanas encontré una conversación de ella con un chico donde ella le dice que ya no estamos juntos, pero sí que lo estábamos, y que quiere ser su novia. Es lo que yo veo". "Esto no es una infidelidad, es una conversación", ha recalcadora la moderadora, empática con Mayeli.
Por su parte, la tentadora se ha defendido escueta: "Él sabe perfectamente que no he sido infiel, no he sido infiel a Álvaro. No quiero dar ninguna explicación, Sandra. Él sabe perfectamente el porqué y para qué y es con lo que me queda. Ya está".
El hilo relacional de La isla de las tentaciones 8 ya se ha convertido en prácticamente un ovillo de lana con Mayeli como uno de sus claros nudos con más vínculos interrelacionados. La tentadora se posicionó bajo el foco cuando Tadeo se dejó llevar con ella en Villa Montaña, pero no logró conquistar su corazón como Álvaro, a quien sí eligió para arrancar una relación que resultó ser de gran intensidad, pero poca duración.