Laura Madrueño: "Supervivientes' es muy duro, la última vez estuve durmiendo una semana por agotamiento extremo"

El año pasado, Laura Madrueño estuvo en Honduras más de cinco meses. En ese transcurso de tiempo, la presentadora y más de 200 trabajadores se dejaron la piel haciendo Supervivientes. Algunos se sorprenden cuando ven el ya habitual cierre de palapa, ese momento en el que Madrueño rompe a llorar ante la inminente vuelta a España. Y es que, detrás de esa despedida, hay muchas renuncias y cientos de horas de trabajo.

Habitualmente, se habla del sacrificio al que se someten los concursantes de este reality extremo, pero no tanto del de sus trabajadores. Estos obreros de la televisión también dejan a sus familias en España y sufren unas condiciones extremas para ofrecer el mejor entretenimiento a los telespectadores de Telecinco.

En solo cuatro días, Madrueño afronta su tercer año al frente de Supervivientes y lo hace con muchas ganas: "Estoy de los nervios", reconocía la presentadora en una entrevista previa a su marcha a Honduras. La periodista promete que el reality será "más extremo todavía" y que el casting de concursantes será "muy competitivo".

Tras dos años al frente del formato, Laura Madrueño ha demostrado con creces estar a la altura de su predecesora, Lara Álvarez. "Lo que más me gusta de Supervivientes es que me permite ser yo. Eso es lo que me ha enamorado del formato", comenta la presentadora, que ya se prepara para abrir de nuevo la palapa.

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Paco Martín-Vázquez

PREGUNTA. ¿Qué se necesita para ser concursante de Supervivientes y qué esperas de los participantes de esta edición?

RESPUESTA. A mí me gusta que sea un casting competitivo, que den juego al reality. Tienen que ser personajes polifacéticos y a la vez tienen que ser mentalmente fuertes para aguantar la experiencia. Lo más bonito de Supervivientes es vivir la evolución de los concursantes durante todos los meses de aventura, porque nunca sabemos por dónde va a salir el ser humano. No dudo que vaya a ser una gran edición.

P. Al ser tu tercer año, ¿lo afrontas de otra forma?

R. Sí, lo afronto de otra manera. Sigue siendo el mayor reto profesional que puedo tener en la televisión, pero no es lo mismo que el primer año, que fue un salto al vacío. El segundo también fue distinto porque, con el cambio de productora, cambiaron muchas cosas del programa. Este será el primer año en el que vaya más asentada. Tengo ganas de vivirlo de una manera más tranquila.

"Te vas alejando cada vez más de la vida porque 'Supervivientes' te va absorbiendo"

P. Físicamente, estás preparada, ¿pero mentalmente cómo te preparas para soportar las duras condiciones del programa y estar alejada tanto tiempo de tu familia?

R. No es fácil. Con la diferencia horaria, cuando yo me estoy levantando, mi familia se está acostando. En los días de gala no tengo tiempo para nada. Te vas alejando cada vez más de la vida de aquí porque el reality te va absorbiendo. Es inevitable. Allí estamos muy centrados en el trabajo. Aunque mentalmente estoy mucho más fuerte que los primeros años porque mi cerebro ha ido aprendiendo y asimilando.

P. ¿Qué te pierdes estando en Honduras?

R. Mi cumpleaños siempre me toca en Supervivientes, al igual que el de mi pareja y el de mi padre. Me pierdo la primavera, que es maravillosa; me pierdo plantar mi huerta, que me gusta mucho. Te pierdes miles de cosas.

P. Cuando Lara Álvarez abandonó Supervivientes, lo hizo porque no quería seguir estando alejada tanto tiempo de España y de su familia. ¿Te planteas esto o te ves al frente de la palapa durante 10 años?

R. No tengo una bola de cristal y la televisión cambia mucho. De momento, no lo sé. Yo quiero disfrutar del momento porque siento que es un programa que está hecho para mí. Lo disfruto mucho. Puedo presentar un programa de televisión estando descalza y viendo peces aguja en el agua. Para mí, eso es un regalo. Es durísimo, pero esa adrenalina me engancha mucho.

P. ¿Cómo es regresar a España tras estar meses en Honduras grabando Supervivientes?

R. Es raro, es como regresar a otro planeta. Todo te resulta extraño, hasta tu casa. El año pasado, cuando volví, no me acordaba en dónde estaban las tazas. Estuve durmiendo una semana por un agotamiento extremo. Eso hay que trabajarlo. El primer año es muy duro, pero aprendes que se necesitan unos días de adaptación.

"Soy empática, pero siempre marcó las líneas entre presentadora y concursantes"

P. Vais a recoger el testigo de La isla de las tentaciones, que están haciendo excelentes audiencias. ¿Sentís presión por estar a la altura?

R. Siempre tienes presión. En un prime time semanal siempre estás pendiente a la acogida del público. El año pasado hicimos audiencias de otra época. Yo espero continuar con esta buena racha.

P. Esta temporada estuviste presentando la última hora de Gran Hermano en el access de Telecinco. Es una franja horaria de máxima competitividad por la emisión de El hormiguero y La revuelta. Ahora es probable que regrese la última hora de Supervivientes al access. ¿Cómo lo afrontas?

R. Con Gran Hermano disfruté muchísimo. Me lo pasé superbién haciendo los access. Espero que con Supervivientes también lo podamos hacer para manteneros informados de todo lo que pasa en Honduras. En cuanto a la audiencia, seguiremos en la lucha. La televisión son ciclos y lo único que queda es trabajar y no perder la ilusión.

P. En el caso de que Montoya vaya a Supervivientes, ¿tienes ganas de enfrentarte a él?

R. Corro bastante en todas las galas de Supervivientes. En los juegos no paramos [risas].

P. ¿Cuál es el mayor aprendizaje que sacas de Supervivientes?

R. Honduras te enseña cada día. Aunque sea el tercer año, sé que voy a seguir aprendiendo. Hacemos galas en directo y no tengo iluminación o cue. No tengo nada, estoy completamente a ciegas en comparación con un programa normal de televisión. Por lo tanto, el aprendizaje es constante y eso es lo que más me gusta. Parte de mi trabajo es vivir el formato con intensidad para transmitíroslo así.

"En Honduras es muy duro ponerse malo porque todos somos imprescindibles"

P. En estos dos últimos años, ha habido alguna ocasión en el que tú misma has sufrido una indisposición, como un golpe de calor. ¿Eso te sirve para empatizar aún más con el esfuerzo que hacen los concursantes?

R. No me hace falta ponerme mala para empatizar con el esfuerzo de los concursantes [risas]. Lo pasamos mal porque son muchos meses y hay momentos muy difíciles. Los participantes pasan mucha hambre y se tienen que esforzar muchísimo en los juegos para conseguir ventajas. Además, ponerte malo allí es lo peor. En Supervivientes All Stars hizo tan mal tiempo que cogí frío. Me empapé en una tormenta y sufrí una bronquitis que fue horrible. Allí es muy duro ponerse malo porque estamos solos y todos somos imprescindibles. Este año llevo un amuleto para protegerme y no ponerme mala.

P. En este sentido, ¿cómo de duro es ver a los concursantes pasarlo mal y no poder hacer nada por ayudarlos?

R. Yo intento empatizar con los concursantes y ellos lo agradecen mucho. Al final, soy el único contacto que tienen con alguien de fuera. Te esperan como agua de mayo y yo siempre trato de animarlos antes del directo. A veces, vienen muy bajos, por lo que intento tirar de ellos para que se vengan arriba. Aunque siempre marcó las líneas porque yo soy la presentadora y ellos son los concursantes. Hay que encontrar el punto medio.

P. El año pasado hubo varias polémicas. ¿Cómo afrontáis las críticas estando allí?

R. Aunque estemos en Honduras, todo llega porque estamos en contacto con Mediaset constantemente. Intentamos capear las cosas que nos ocurren de la mejor manera, de la misma forma que sucede en los realities que se hacen en España. En cuanto a las críticas, intento no leer mucho porque es lo mejor para mi cabeza.

"Creo que sería buena superviviente, aunque mi punto débil sería la convivencia"

P. ¿Cuáles serían tus puntos fuertes si fueras concursante de Supervivientes y qué llevarías peor?

R. Creo que sería buena superviviente. Me encanta el mar, estaría todo el día en el agua y pescaría. Llevaría un poco mal el hambre, pero pasaría ese mes de adaptación y estaría feliz. Quizás mi punto débil sea la convivencia. Me llevaría mejor con las iguanas y los pelicanos [risas].

P. Siempre te muestras muy natural. ¿La sencillez siempre ha primado en tu carrera?

R. Siempre he tenido una vida muy sencilla. Creo que hay está la clave, el no haber pasado de 0 a 100 en ningún momento. En mi carrera he ido paso a paso, creciendo y aprendiendo todo lo que he podido. Sigo teniendo una vida igual de sencilla que antes de presentar Supervivientes. Lo fundamental es mantener tus pilares y los pies en la tierra.