'La isla de las tentaciones' vuelve a hundir a Montoya con una lacrimógena carta de amor de Anita

Uno de los clásicos de La isla de las tentaciones regresó en la entrega del miércoles, 19 de febrero. El reality de seducción de Telecinco volvió a enfrentar a los participantes con las palabras de sus parejas en el pasado. Concretamente, a unas cartas que se escribieron antes de entrar a las villas de República Dominicana y poner a prueba sus relaciones.

"Todas las parejas, antes de comenzar esta prueba de amor, plasmaron sus sentimientos más íntimos en unas emotivas caras para recordar, más allá del tiempo, cómo eran sus relaciones en ese instante. Ahora llega el momento de que las reciban y recuerden lo que sentían el uno por el otro", anunciaba Sandra Barneda.

Montoya: "Llega muy tarde"

Y es que los primeros en enfrentarse a su pasado fueron Anita y Montoya, con el utrerano rompiendo a llorar nada más comenzar a leer la epístola de su pareja, antes de que le fuese infiel con Manuel en La isla de las tentaciones. "Cómo decirte todo lo que siento por ti en una simple carta", comenzó a leer el conocido participante, incapaz de contener las lágrimas.

"Sabes que los dos nos conocimos en un momento clave de la vida, que ninguno quería nada con nadie y apareciste de la nada, dándomelo todo", prosiguió el sevillano. Unas palabras de Anita que hicieron alusión a El conquistador de Televisión Española, el reality donde la pareja coincidió por primera vez un año antes.

"Me has dejado marcada de por vida tu sitio en mi corazón", continuó leyendo Montoya. "Sí, se nota mucho", apostilló sobre las sonadas escenas de cama de su pareja con el ex de Lucía. "Todo lo que yo decía y todas mis lágrimas las has reflejado aquí", añadió sobre el texto de su pareja.

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P. M-V.

"No quiero perderte bajo ningún concepto. Te quiero, Anita", fueron las últimas palabras de la carta de la joven que, después de ser leída, Montoya usó para secarse sus lágrimas. "Esto era mi relación a un segundo de pisar La isla de las tentaciones", reflexionó, asegurando que no iba a romper la misiva. "Simplemente, se está rompiendo ella sola con mi dolor [...] Llega muy tarde", concluía, tirándola al agua del jacuzzi de la villa.