Chicote no da crédito a la brutal enganchada de los participantes de 'Batalla de restaurantes'

Las disputas entre los cuatro restauradores de Batalla de restaurantes terminaron con enganchón final. Mientras Alberto Chicote analizaba con todos ellos las valoraciones de las catas, tres de ellos protagonizaron uno de los momentos más tensos de la emisión.

La tensión entre Carmen González (Bohemia), Iván Gallego (Mellow Grill) y Manuel Gómez (Koru) terminó de estallar al final de la grabación. Las bajísimas notas de dos de ellos intensificó la ya de por sí cruzada que mantenían entre sí estos tres contrincantes, durante sus respectivas visitas a los locales.

"Tienes una prepotencia y una pedantería que cansas a Dios"

Los primeros cuchillos empezaron a volar desde la primera cata en Badajoz. La opinión sobre decoración de la sala de comidas o los tecnicismos que empleaba uno de los participantes, como con tono dictatorial, provocaron los resquemores que hilarían el resto de las discusiones ante las cámaras.

Una de las peores fue durante la visita de Manuel al local de Iván, con un ataque de llanto del restaurador incluida. La única concursante de esta competición por el cerdo ibérico de Extremadura también chocó frontalmente con su rival por haberla llamado "ignorante" en plena discusión por las evaluaciones a su restaurante. "No te consiento las faltas de respeto. Eres un prepotente. Quieres llegar a ser alguien en el mundo de la cocina, pero aquí no lo eres. Fracasaste en tu primer restaurante y vas camino al segundo", sentenció ella.

Otro enganchón épico fue contra el jefe del Mellow Grill, local que catalogó como "vergüenza ajena". "Sois unos irrespetuosos y unos maleducados", lanzó como defensa el aludido de todas las broncas. "¡Vergüenza ajena das tú! Eres una persona con mucho ego, maleducada y que le falta respeto", contraatacó Iván, indignado.

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"Me pareces de una prepotencia y de una pedantería que cansas a Dios bendito", interrumpió Carmen, después de que Manuel infravalorase el trabajo de todos los presentes. El dueño del Koru, tachó a sus compañeros de un bajísimo nivel de conocimiento en la materia, algo que hizo saltar la tensión desde el minuto uno.