Àngel Llàcer enmudece a Pablo Motos al detallar en 'El hormiguero' cómo estuvo a punto de morir: "Tenía a la muerte conmigo"

Àngel Llàcer todavía continúa recuperándose de la infección bacteriana que sufrió hace casi un año, tras viajar a Vietnam. Lo que en un primer momento parecía un simple virus estomacal, derivó en una fascitis necrotizante que casi le cuesta la pierna y la vida. De hecho, el showman tuvo que someterse a múltiples operaciones para recuperarse.

Anoche, el actor catalán acudió a El hormiguero para hablar sobre este duro varapalo que le podría haber arrebatado la vida: "Yo soy un tío muy positivo, pero ha sido un año muy difícil", comenzó afirmando Llàcer antes de explicar cómo una simple bacteria estuvo a punto de provocarle que le amputasen la pierna.

El dolor que el catalán sufría era tal que incluso tuvo la premonición de que iba a morir. Ante esto, Llácer acudió al hospital y su doctora decidió que debían de "abrirle la pierna": "La bacteria había entrado en la sangre. Tuve la suerte de que empezó por el gemelo, porque si llega a entrar por el tronco, se come tres órganos y adiós en menos de tres horas. Era una cosa de vida o muerte", explicó el actor en el programa de Antena 3.

"Me operaron cuatro veces porque el bicho no paraba y, con una cuchara, fueron quitando lo que se había comido el bicho", detalló Àngel Llàcer, expresando que perdió el 30% de su gemelo a raíz de las múltiples operaciones a las que se sometió. Y es que el actor no sanó a la primera intervención, por lo que comenzó a convivir muy de cerca con la muerte.

"Yo tenía a la muerte conmigo. Es algo que todos hemos vivido con algún familiar. La muerte invade tu casa y yo la notaba en mi espalda", explicó Llàcer, que dejó atónito a Pablo Motos con su duro relato. Aunque lo que más le impresionó al conductor de El hormiguero sucedió cuando el actor le reveló que se despidió de todos sus seres queridos y dejó su testamento hecho.

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"Todo el mundo se cagó. Les mandé un mensaje aterrorizado en el que les pedía que huyesen de los conflictos y que se quisieran. Les hice una putada porque esa noche no durmió nadie", confesó Llàcer. Afortunadamente, tras la segunda operación, el catalán sintió que había dejado a la muerte atrás.

A pesar del duro varapalo, Àngel Llàcer ha aprendido una poderosa lección de vida tras lo sucedido: "Ha sido el peor año de mi vida, pero también el mejor. Antes estaba todo el rato corriendo, pero ahora he aprendido a caminar. Eso te permite absorber la vida. Ahora solo hago las cosas que me apetecen", sentenció el catalán.